Evasión
¿Se puede comer la corteza del queso?: Los maestros queseros resuelven el misterio
- En función del tipo, algunas serán comestibles y otras no
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elEconomista.es
El eterno debate entre los amantes del queso es siempre el mismo: algunos defienden que la corteza sí se come, mientras que otros tantos afirman que es perjudicial y que bajo ningún contexto debería ingerirse. Bien, los maestros queseros han decidido acabar con el debate, explicando cuándo sí y cuándo no, ya que depende del tipo de queso será comestible su corteza o no.
Se consideran comestibles aquellas cortezas que forman parte del propio queso, es decir, que se forma durante la propia elaboración, ya que se trata de una capa de moho. Esta corteza le aporta sabor al propio queso y es blanquecina y suave.
Suele ser el caso de los quesos blandos, como:
- Brie.
- Camembert.
- Rulo de cabra.
Sin embargo, respecto a las cortezas no comestibles, están formadas con cera, parafinas o plásticos, ya que no han forman parte del queso en sí, sino que es su "envoltorio". Tienen colores intensos y diferentes a los del propio queso.
Algunos ejemplos de estos quesos son:
- Edam.
- Gouda.
- Quesos curados o semicurados.
Cabe recordar que no pasa nada si se ingiere alguna vez o de forma accidental, sin embargo, no es lo más recomendable y los maestros queseros aconsejan evitarlo, ya que no se trata de un alimento en sí.