Qué fue antes la calzone o la pizza frita: pocos lo saben, pero es un símbolo del pueblo (y te sorprenderá)

La pizza es uno de los platos más reconocibles de todo el mundo. Con su gran variedad de formas e ingredientes ha conseguido convertirse en un básico para cuando no se tienen muchas ganas de cocinar. Su origen tiene lugar en Italia, concretamente en la ciudad de Nápoles.

Es bastante frecuente que se piense que la calzone, con un aspecto que parece casi una empanada horneada, es anterior a la pizza frita. Sin embargo, la realidad es que en el siglo XVIII, en las casas napolitanas, ya se preparaba esta versión frita. Fue popular sobre todo cuando los hornos de leña eran un lujo y pocos podían permitírselos, por lo que se conoce a este plato como la "pizza del pueblo".

La receta, rápida, barata y muy calórica, era perfecta para alimentar a la clase trabajadora: una pizza preparada con ricotta, ciccioli (chicharrones) o incluso salami que se doblaba y se freía en aceite. Rápidamente pasó a ser una opción más económica a la pizza tradicional en horno de leña.

La calzone no aparecería hasta el siglo XIX, según los primeros registros gastronómicos que se tiene de ella. El concepto es similar, pero su origen totalmente distinto a la pizza frita.

El paso del tiempo llevó a que los dos platos fueran confundidos, sobre todo cuando se comenzó a llamar "calzone fritto" a la primera elaboración. La historia es bien distinta y mientras que la calzone fue simplemente innovación culinaria, la frita fue la respuesta del pueblo a la falta de recursos. En su época se convirtió en un símbolo de resiliencia gastronómica que llegó mucho antes que las calzone a las pizzerías.

Receta pizza frita

Ingredientes para la masa

• 500 g de harina de trigo de fuerza
• 325 ml de agua
• 10 g de sal
• 5 g de azúcar
• 3 g de levadura seca

Ingredientes para el relleno clásico:

• 200 g de ricotta firme
• 100 g de salami picado (curado con pimienta)
• 50 g de ciccioli (chicharrones)
• Queso rallado pecorino
• Pimienta negra al gusto

Paso a paso

1. Preparación de la masa. Lo primero es disolver la levadura y el azúcar en el agua tibia. Poco a poco ve añadiendo la harina y la sal. Amasar durante unos 10 minutos hasta que se haya logrado tener una masa elástica y suave. No te preocupes si está algo pegajosa, deja reposar en un bol cubierto durante unas dos horas, hasta que haya doblando su tamaño.
2. Preparación del relleno. Usa un bol amplio para mezclar la ricotta, el salami picado, el queso rallado, el ciccioli y salpimenta al gusto. La mezcla resultante debe estar algo espesa, si no se desparramará por los bordes.
3. Para formar las pizzas. Una vez que la masa haya reposado lo suficiente divídela en 4 porciones y ve estirando para darles forma de pizza. Coloca el relleno en el centro y dóblala sobre sí misma sellando muy bien los bordes con los dedos o un tenedor. Así se consigue que no se abra mientras se fríe.
4. Último paso freír. Calienta abundante aceite a 180 ºC, para saber si está caliente bastará con añadirle unas gotas de agua (con muchísimo cuidado) para ver si chisporrotea. Ve friéndolas una a una con mucho cuidado unos 2-3 minutos por cada lado. Escurre bien en papel de cocina y sirve caliente.