Escapada gastro a Alcocéber: descubrimos este restaurante de Castellón con estrella Michelin

Al frente de Atalaya se encuentran Alejandra Herrador y Emanuel Carlucci, quienes se conocieron en Martín Berasategui, en Lasarte.

Hoy es lunes y probablemente estéis planeando vuestra escapada del próximo fin de semana. En cuanto llega el buen tiempo, los madrileños tenemos hambre de mar y no hacen falta excusas para coger carretera y manta. Más si el destino está relativamente cerca. Por eso, en estas líneas va nuestra recomendación gastronómica, que se encuentra en Alcocéber y el restaurante en concreto es Atalaya. Posee dos Soles Repsol y una estrella Michelin y al frente se encuentran Alejandra Herrador y Emanuel Carlucci, quienes trabajan con esmero los productos de la huerta y el mar con quienes se sienten muy comprometidos.

Se conocieron en Martín Berasategui, en Lasarte, y tras aquella etapa, juntos decidieron seguir aprendiendo en el dos estrellas de Sergi Arola, donde formaron parte de la partida de pescados antes de decidirse a emprender. Así, en 2014 inauguraron Atalaya: "Es el apellido de mi abuela materna. En cocina, siempre se habla sobre quién te enseñó a cocinar y en mi caso fueron mi madre y mi abuela, así que quise hacer un homenaje a las mujeres de mi familia. Ellas me han inculcado el saber cocinar y el buen comer. Los guisos los aprendí de ellas".

Su cocina se nutre de la gran despensa que es Castellón. Les gusta ponerla en valor y las recetas saben a sus recuerdos: "Emanuel es argentino y mi familia es de Madrid, pero no faltan influencias andaluzas y del País Vasco. En definitiva, cocinamos las elaboraciones que nos gusta comer tal y como las preparaban nuestras madres y abuelas adaptadas a los productos que nos ofrece la provincia de Castellón». De ahí que sean embajadores de la marca Castellón Ruta de Sabor.

El menú, de nombre Falutx (130 euros), comienza con tres snacks, que son: un ximo de Castellón con tomates de colgar y ventresca de atún Balfegó, un pescado salvaje curado en koji con verduras encurtidas y colágeno de sus espinas y los espárragos a la brasa con carbonara y aire de queso Tot de Poble. Para continuar, llega uno de los platos estrella, la raya a baja temperatura con 'beurre blanc' cítrica y ñoquis de limón. También, los tortellinis rellenos de boloñesa de anguila, jugo de cebolla, parmesano y coliflor. Destaca el rape curado en chiles y miel Mos de Bresca en dos pases, mientras que, en cuanto a la carne, sorprende el royale de pato autóctono, Más del Peregrí, con nabos asados en 'beurre noissette'. Por supuesto, no puede faltar un arroz y es temporada del de verduras. Llegado el momento del postre, no dejen de probar el creado a partir de la miel de la Sierra D'Irta con almendras marconas, que otorgan un toque crujiente a la elaboración. Otra opción es escoger una segunda propuesta más corta (98 euros) formada por seis pases salados y dos postres. Incluso, los chefs se preocupan en adaptarlas para que el comensal sólo por el hecho de ser flexibles, porque se trata de que disfruten y repitan.

La armonía de los vinos, también se puede pedir por copas. La carta líquida, está diseñada por la sumiller Deiner Hernández y en la bodega descansan entre 300 y 350 referencias. Como recomendación, las etiquetas de la Bodega Vicente Flors (Castellón).