El Capitán Alatriste cabalga de nuevo en 'Misión en París', el nuevo libro de Arturo Pérez-Reverte
- La octava entrega de la emblemática saga llega a librerías el próximo 3 de septiembre bajo el sello Alfaguara
- La trama incluye espadachines, intrigas, lealtades que se tensan y una Europa dividida por la religión, la ambición y la guerra
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Carolina Cuesta
Catorce años después de su última aparición, Diego Alatriste regresa con una nueva misión que huele a pólvora, vino, y secretos de Estado.Arturo Pérez-Reverte nos invita otra vez a vivir el Siglo de Oro con la publicación de Misión en París, octava entrega de la emblemática saga, que llega a librerías el próximo 3 de septiembre bajo el sello Alfaguara.
Es un regreso que muchos esperaban, aunque no sabían si llegaría. Pero la historia, como las espadas del capitán Alatriste, sabe cuándo volver a cruzarse. Arturo Pérez-Reverte retoma las andanzas del mítico espadachín español, con una nueva entrega que nos traslada directamente a la París sitiada de 1627, donde los hugonotes de La Rochela resisten al asedio de Richelieu, y donde la política se juega a filo de acero y tinta diplomática.
La novela abre con una imagen cinematográfica: "Sonaba la medianoche en los relojes de París...", y con ella, el lector se sumerge de nuevo en ese universo en el que el honor y la traición se disputan callejón por callejón. Íñigo Balboa, Francisco de Quevedo y Sebastián Copons regresan para acompañar a Alatriste en una misión secreta que huele a conspiración internacional, con el conde-duque de Olivares moviendo los hilos desde Madrid.
La trama está ilustrada por Joan Mundet —el inseparable artista de la saga— y promete lo que los fans más leales desean: espadachines, intrigas, lealtades que se tensan y una Europa dividida por la religión, la ambición y la guerra.
Más que una novela histórica
Lo que Pérez-Reverte construye en cada entrega no es solo una novela de aventuras. Es una recreación minuciosa del alma del siglo XVII. En palabras del propio autor, "esa España fascinante y peligrosa, de tabernas, callejones oscuros y duelos de honor", ha sido desde siempre una fuente de fascinación y de juego narrativo. "Borrar las fronteras entre realidad y ficción" es su especialidad, y aquí lo hace con precisión quirúrgica.
A lo largo de la saga, el escritor ha entrelazado personajes históricos como Quevedo o Velázquez con los inventados, en una coreografía donde lo literario y lo verídico se funden con una naturalidad asombrosa. Ahora, incluso insinúa un cruce con los mosqueteros de Dumas. Sí, los de uno para todos y todos para uno. La historia y la novela se dan la mano, una vez más.
Alatriste no es un héroe convencional. Es un mercenario, un asesino con códigos, un veterano de los Tercios que ha visto demasiada sangre como para seguir creyendo en ideales. Pero tiene algo que escasea en cualquier época: principios. Y quizás por eso, sigue vigente. "Es un personaje políticamente incorrecto, sí —dice su creador—, pero con un sentido del honor que ya no se lleva".
Lectores de antes, lectores de ahora
Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara, lo resume bien: el público de Alatriste ha crecido junto con los libros. Muchos que comenzaron con 13 años ahora tienen 40, y probablemente lean esta nueva entrega con sus propios hijos. Porque las buenas historias, como las cicatrices, no desaparecen: se vuelven parte de quien las lleva.
Y esa es quizás la mayor victoria del Capitán Alatriste: sobrevivir al tiempo. Con Misión en París, vuelve a hacerlo. Para que recordemos que hubo un siglo en que España dominaba el mundo... y para que entendamos un poco mejor el mundo de hoy.