Evasión

El pueblo andaluz que es un clon de Mijas pero pocos conocen: casas blancas, vistas al mar y sin aglomeraciones

Frigiliana | Foto: iStock

elEconomista.es

En la provincia de Málaga, Mijas se ha convertido en uno de los destinos turísticos más buscados por quienes buscan ese equilibrio entre encanto andaluz, vistas al Mediterráneo y calles llenas de flores. Pero a pocos kilómetros de allí, escondido entre montañas que se abren al mar, existe otro pueblo que comparte esa misma estética de postal, pero sin las multitudes: Frigiliana.

Este pequeño municipio de la comarca de la Axarquía malagueña está considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Pasear por sus calles empedradas, salpicadas de casas encaladas, macetas de colores vivos y detalles moriscos, es como retroceder en el tiempo. Y, al igual que Mijas, su arquitectura tradicional se mezcla con la tranquilidad de la sierra y el aire salino del cercano mar.

Lo que diferencia a Frigiliana es precisamente su calma. Aunque cada vez es más popular entre viajeros que huyen de las masificaciones de la Costa del Sol, sigue conservando esa autenticidad que muchos echan en falta en otros destinos turísticos. No hay grandes hoteles, ni cadenas comerciales. Solo calles estrechas, miradores naturales y restaurantes familiares donde disfrutar de una tapa de choto al ajillo con vistas.

A escasos 7 kilómetros de Nerja y del famoso Balcón de Europa, Frigiliana ofrece la posibilidad de combinar mar y montaña en una misma escapada. Desde allí se pueden hacer rutas de senderismo por el Parque Natural de las Sierras de Almijara, Tejeda y Alhama, o bajar en coche a alguna de las playas cercanas en cuestión de minutos.

Otro de sus atractivos es el famoso Festival de las Tres Culturas, que cada verano llena el pueblo de vida, gastronomía y música en honor al legado cristiano, judío y musulmán de la zona. Pero incluso en temporada alta, Frigiliana consigue mantener su esencia: ese aire de pueblo andaluz detenido en el tiempo, donde el silencio solo lo rompen las campanas de la iglesia o el canto de algún pájaro.