Evasión
El pueblito que se encuentra muy cerca de Menorca y tiene las playas vírgenes más bonitas del país
- Rodeado de colinas, bosques y campos que cambian de color con las estaciones
- Toda la vida del pueblo gira en torno a la iglesia de Sant Bartomeu
- En los días despejados se puede divisar a la vecina Mallorca
Víctor Ruiz
Sol, playa y tiempo libre son la excusa perfecta para hacer un viaje de unos días a la costa. A lo largo y ancho de nuestro país hay rincones espectaculares repletos de encanto. Sin embargo, cuando se habla de una de las playas más bonitas de toda es inevitable pensar en las islas y en Menorca hay algunos lugares en los que disfrutar de verdad.
Ferrerías, un pintoresco municipio situado en el corazón de la isla de Menorca, es uno de esos lugares que, aunque menos conocido que las grandes capitales o los puntos más turísticos y masificados, guarda con celo la esencia más pura de la isla balear. Rodeado de colinas, bosques y campos que cambian de color con las estaciones, este pueblo invita a la calma. Puede que no esté conectado directamente con el mar, pero aún así tiene una de las calas más bonitas en su término municipal.
El nombre de Ferrerías (Ferreríes, en catalán) es un ejemplo de la tradición metalúrgica de la zona, y aún hoy se percibe ese lado en los pequeños talleres que conviven con las tiendas locales. El núcleo urbano, de casas blancas conserva la estructura de los pueblos menorquines tradicionales.
Paseando por sus calles resulta inevitable no toparse con la iglesia de Sant Bartomeu, en la que gira toda la localidad.
Más allá del pueblo en sí, lo que hace especial a Ferrerías es su lado más salvaje. Se encuentra en una de las zonas más verdes de la isla, muy cerca del Monte Toro, el punto más alto de Menorca. Desde esta cima se pueden divisar, siempre que el día esté despejado, a la vecina Mallorca.
Uno de los lugares más famosos de este rincón balear es la playa de Cala Galdana, una de las más espectaculares de Menorca. Aunque pertenece administrativamente a Ferrerías, se encuentra a unos minutos en coche del centro del pueblo y es un paraíso de aguas turquesas y arena blanca rodeado de acantilados cubiertos de pinos. Desde allí parten también rutas costeras hacia calas vírgenes como Cala Mitjana y Cala Macarella, dos remansos de paz para aquellos que prefieren vivir la tranquilidad salvaje de una estampa natural única
En verano, Ferrerías se llena de vida con las fiestas patronales de Sant Bartomeu, en las que los "jocs des cavalls", exhibiciones ecuestres típicas de la isla, llenan las calles de emoción y tradición. Los caballos de raza menorquina, negros y elegantes, son los protagonistas de una celebración que mezclan lo religioso, lo popular y lo simbólico.