Evasión

Una ruta impresionante por Guadalajara: cascadas que parecen sacadas de otro mundo

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En primavera es el mejor momento para descubrir algunos de los parajes naturales más espectaculares de España, sobre todo cuando ya terminan las lluvias y comienza el buen tiempo. Entre todos ellos las pozas toman un papel protagonista porque, si bien todavía puede ser pronto para bañarse en ellas, el entorno que las rodea hace de este un paisaje único.

Las cascadas del Aljibe son un buen ejemplo de estas estampas mágicas que en primavera viven su mayor explendor. De hecho, estas cascadas dan la impresión de pertenecer a otro mundo y su entorno rojizo y la tonalidad de sus aguas le han valido el sobrenombre de "Las Pozas de Marte".

A penas a 130 kilómetros de Madrid, en la provincia de Guadalajara, hay una serie de saltos de agua formados por el arroyo del Soto que en primavera llevan abundante agua. Algunos serán los valientes que se atrevan a cruzar la poza con un chapuzón, aunque más adelante está la posibilidad de atravesarla con un puente. Sea como sea, esta es una de las rutas que merece la pena para hacer con amigos o con familia, aunque a pesar de que sea de dificultad fácil las pendientes pronunciadas hace que no sea la más "familiar" de todas.

Para llegar a este lugar en el que se respira tranquilidad habrá que comenzar una ruta circular, pero tranquilidad porque es apta para toda la familia. Tiene un desnivel de subida de 435 metros con un tiempo medio de dos horas, aunque siempre se puede hacer con más calma.

Lo bueno de este tipo de rutas es que no hay por qué ir con grandes provisiones de casa, ya que si se visita antes el pueblo de Roblelacasa se podrá comprar en las tiendas locales a la vez que se recorre una preciosa pedanía de Campillo de Ranas en la sierra de Ayllón.

Es el momento de ponerse en camino a través de un recorrido circular de 11.33 kilómetros que tiene tres paradas llenas de encanto: los pueblos de Roblelacasa y Matallana, representativos de la arquitectura negra de Guadalajara, y como punto culminante, las cascadas del Aljibe

Desde el pueblo, se toma un sendero hacia el sur y, girando a la izquierda, se cruza una cancela para comenzar el descenso hacia el arroyo del Soto. A medida que avanzamos, el sendero asciende ligeramente en dirección a El Espinar, pero antes de llegar hay que desviarse en la Pradera Umbrillo, un mirador natural dominado por el Cerro del Jaralón.

Desde aquí se atraviesa la pradera hasta llegar a la zona de Las Moratillas. En la siguiente bifurcación, se toma el sendero de la derecha, que desciende hacia el Barranco del Aljibe. Esta parte del recorrido es algo resbaladiza, por lo que hay que tener cuidado. Finalmente se alcanza el arroyo del Soto, que se cruza fácilmente por una zona habilitada del camino.

Aquí llegaremos a las cascadas del Aljibe: la primera, más pequeña, da lugar a una poza cristalina; la segunda, situada más abajo, impresiona con su caída de más de 15 metros y una gran poza en su base. Sin embargo, ahora si se quiere seguir con la ruta circular hay que tener encuentra que atraviesa el río Jarama (apenas 40 cm) por lo que si se prefiere puedes dar media vuelta y deshacer el camino en esta ruta lineal.

Tras disfrutar del entorno, el camino se continúa en dirección hacia el Puente de los Trillos o de Matallana, que permite cruzar hasta las ruinas de esta antigua aldea, hoy con apenas unas casas dispersas.

En el corazón del "despoblado" se encuentra la antigua iglesia, punto de referencia para descender hasta el río Jarama. En este punto no hay un paso habilitado, pero la profundidad no supera los 40 centímetros, por lo que basta con colgarse las botas al cuello, refrescarse los pies y cruzar sin dificultad.

Desde la otra orilla comienza el ascenso por el Camino de la Cabeza Lijón. Antes de finalizar este tramo, un pequeño sendero a la derecha bordea la Umbría Robleña por la zona de Los Espinos y nos lleva de regreso a Roblelacasa.

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