Evasión

Regalar una de las monas de Pascua de Oriol Balaguer es un clásico imperdible

  • El maestro chocolatero incorpora como novedad un osito de peluche, un conejo, una flor, un payaso, una oveja, un panda, un dragón y un ratoncito
Oriol Baleguer.

T. Ferrandis

Ya hemos echado el ojo a las monas de Pascua, que ocupan los escaparates de sus locales. Figuras divertidas todas e, incluso, las hay hechas por encargo. Porque sí, Oriol Balaguer es todo oídos en cuanto a los caprichos de los más pequeños se refiere: "Todos los niños desean su mona y a nosotros nos gusta salir de la rutina. De ahí que nos encante hacer cuantos más diseños diferentes, mejor", confirma.

Nos cuenta que modeló su primera mona de Pascua a los 15 años siendo un adolescente y tomó como referente la pipa de su padrino, que reprodujo en chocolate. Dieciséis años después, creó su primera colección, hoy todo el equipo se implica en el proceso creativo –también, su hijo Jan– y vende más de 1.300 figuras al año.

La colección 2025 es un repaso a su trayectoria, en la que mantiene las monas con formas de animalitos y otros motivos infantiles y recupera alguno de sus clásicos, como el Pollito Naciente, y varios de sus favoritos, que reversiona, como la rana, el pulpo o el monito. Este año incorpora, además, a esta gran familia, un osito de peluche, un conejo, una flor, un payaso, una oveja, un panda, un dragón y un ratoncito.

Las monas son un dulce de Pascua que simboliza que la Cuaresma ha terminado y Oriol Balaguer se ha convertido en uno los guardianes imprescindibles de esta tradición, parte fundamental de nuestra cultura. Su proceso de creación comienza con una idea, que se plasma en un dibujo para después pasar al patronaje, tallado, ensamblado de las piezas y la pintura de cada uno de ellos.

Todas sus monas están elaboradas con el mejor chocolate, el mismo que utiliza en su línea de bombones: cacao Grand Cru de las plantaciones de Venezuela, Trinidad y Santo Tomé, además de chocolate negro y blanco.

En cada región, son diferentes y en Madrid cada vez vende más. "Cada año, aumentamos las ventas. Fíjate, si en 2008 vendí sólo doce monas, así que imagínate lo contento que estoy al ver cómo hemos crecido en la capital. Piensa que en Barcelona es una tradición muy arraigada», apunta quien atesora el reconocimiento de la Academia Internacional de Gastronomía como uno de los mejores pasteleros del globo.

Si eres amante de la pastelería y el chocolate, tuyo debe ser el libro Oh La La Chocolat (Planeta Gastro), en cuyas páginas reúne unas recetas "altamente adictivas para cocinar en casa". Entre ellas, magdalenas y pan de chocolate, la tarta Selva Negra y la de queso de chocolate blanco. Salen, por supuesto que salen.

Recordemos que, entre sus colecciones, nos encantó aquella en la que colaboró con el artista y pintor menorquín Marc Jesús, "un homenaje a las mujeres azules, figura icónica de sus obras", explica. Este es el motivo por el que pudimos hacernos con una mona formada por la citada fémina sobre la que coloca un nido repleto de huevos de Pascua. Asimismo, sublime es su versión del huevo de Chillida, que ya conocemos y que se asemeja a un panal de abejas con líneas de diseño: «Se trata de un huevo pigmentado, que parece un huevo real color camel envuelto con un tipo de papel de burbuja y da el aspecto de un panal de abejas, pero no lo es», describe.

Su colección puede encontrarse en Barcelona (Pl. Sant Gregori Taumaturg, 2; Travessera de les Corts, 340; Classic Line en Benet i Mateu, 62 y La Xocolateria, en calle Fusina) y en Madrid (C/ Ortega y Gasset, 44).

También en la web (oriolbalaguershop.com) es posible adquirir la oveja, por 130 euros; el oso grande, el payaso y el elefante, por 120 euros, mientras que el "Huevo Flor" cuesta 95, lo mismo que el conejo y el ratón, por poner un ejemplo.