Evasión
El paraíso sí existe y es posible caminar entre las nubes: así es el salar más grande del mundo y su espectacular efecto espejo
- Con una dimensión de 10.582 kilómetros cuadrados, agua y paisajes espectaculares
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María León
Como si de un regalo de la naturaleza se tratase, hay lugares increíbles en el mundo que existen y que podemos visitar. Y por increíble que parezca, algunos de ellos parecen sacados de la ciencia ficción, ya que no hay nada que se le asemejen. El concepto del paraíso difiere según a quien preguntes, ya que cada uno piensa en lo que para él significa: una playa desierta, un pradera repleta de flores, la cima de una montaña y sus vistas. Ahora bien, si tuviéramos que ponernos de acuerdo y nombrar de manera oficial así a un lugar, seguramente sería este.
El salar más grande del mundo
Si tuviéramos que mirarlo desde el cielo, lo que posiblemente nos encontraríamos sería una enorme mancha de color blanco. Con una dimensión de 10.582 kilómetros cuadrados, el salar de Uyuni es el desierto de sal más grande del mundo, producto de los lagos prehistóricos que se evaporaron años atrás. Ubicado al suroeste de Bolivia, llegar hasta aquí merece la pena únicamente para conocer este lugar que muchos denominan 'el fin del mundo'.
Y es que, a pesar de tener que pasar cuatro horas en coche desde los departamentos de Potosí y Oruro, más de 300.000 visitantes llegan al año para recorrerlo y hacerse fotos en una escenografía que parece irreal.
Entre la tierra y el cielo
Hay un pensamiento que ronda de manera muy frecuente por la cabeza de los niños, y también de algunos adultos, y es cuál sería la sensación de pasear entre las nubes. Aunque técnicamente esto no es posible, el salar de Uyuni nos ofrece una posibilidad muy parecida gracias a su espectacular efecto espejo. Y es que, durante los meses más húmedos, especialmente entre diciembre hasta abril, algunas lagunas se desbordan y una capa fina de agua transforma esta llanura en un reflejo del cielo.
Aunque se puede conocer el salar por cuenta propia, no es la opción más recomendable, ya que estamos hablando de un desierto plano y blanco en el que es fácil perderse. Por eso, lo mejor sería contratar alguna excursión o un coche con conductor que sepa entrar y salir.