Andrés Arconada recomienda 'Sorda', rotundo viaje emocional al temor de una vida en silencio

Cuando salí del cine en el pasado Festival de Málaga de ver Sorda estaba conmocionado, e incluso emocionado, con el debut extraordinario de Eva Libertad como directora. Acababa de ver una de las mejores películas españolas de este año. Sorda venía refrendada con el premio del público en la Sección Panorama de la Berlinale y salió de Málaga con los premios más importantes: actor, actriz y película. La cinta parte de un corto de 2023 realizado por la misma directora que consiguió con él distintos premios y llegó a estar nominada a los Goya.

Sorda es una historia apabullante por su contenido a la vez que sencilla en su realización. Ángela (Miriam Garlo) es una mujer sorda que vive con su pareja que es oyente, Héctor (Álvaro Cervantes). Cuando son padres, él se siente emocionado desde el primer momento mientras ella empieza a llenarse de preocupaciones, especialmente sobre cómo comunicarse con su hija, que ha nacido oyente, algo que no sabrá hasta los dos meses de vida de la pequeña. La llegada de la niña genera una grieta en la pareja y lleva a la protagonista a afrontar la crianza de su hija en un mundo que no está hecho para ella.

La película logra transmitir la sordera a un público oyente, uno de los ejes de esta narración. No es la primera vez que el cine se acerca al mundo de la sordera, pero yo al menos nunca experimenté antes el entendimiento que me propone Sorda, que te pone en la piel de Ángela. Entendemos cómo la maternidad amplifica todas sus inseguridades, desde el mismo parto, magnífica secuencia por cierto, en la que la falta de comunicación de lo que está pasando en el paritorio te llena, al igual que a ella, de angustia y miedo. Entramos de lleno en su viaje complejo y emocional, de cómo la maternidad puede destruir tu mundo, su mundo, porque no tiene apenas herramientas a las que agarrarse. Incluso te lleva a pensar que para Ángela hubiera sido mejor que su hija naciera sorda. Aunque puede sonar tremendo, te lo planteas como la propia Ángela.

Sorda cuenta con un clima sobrio y realista sin una pizca de moralina. La historia pretende ser didáctica, ya que es una película inteligente. No busca el melodrama ni la lágrima fácil, sino que nos habla de personajes complejos y contradictorios, como la vida misma. Puede que hasta te plantees cómo la sociedad se comporta con las personas sordas y sus necesidades. Es curioso, porque puede rozar la violencia no implícita que sobrevuela a lo largo de la narración por ese desconocimiento general que tenemos de esta comunidad. Desconocimiento que a veces sin quererlo nos puede llevar a la insolidaridad, y eso es tremendo. Una de las escenas que nos muestra una situación así es el intento de compra de unos audífonos con una dependienta que no sabe el lenguaje de signos.

Los protagonistas se salen

Eva Libertad no nos sermonea, sino que nos muestra y nos acompaña haciendo grande esta historia, no sólo por lo que cuenta sino por cómo la cuenta. Era imprescindible que en este viaje los dos intérpretes principales, Miriam Garlo y Álvaro Cervantes, estuvieran a la altura. Los dos se salen. Miriam, actriz sorda en la vida real y hermana de la directora, es una de las posibles candidatas a todos los premios de interpretación. No os la perdáis.