Evasión

La clave al elegir alimentos en conserva: ¿Es mejor el la lata o el bote de cristal?

Atún en lata de conserva. / Foto: Dreamstime

elEconomista.es

Todo el mundo tiene en su casa alimentos en conserva. Se trata de una perfecta opción para tener siempre a mano, en la despensa, ya que estos productos son no perecederos. Aguantan en el tiempo sin estropearse y, además, hoy en día se pueden encontrar en numerosos formatos, con alimentos de todo tipo. Esto hace que, en muchas ocasiones, los consumidores tengan dudas de cuál es mejor comprar.

Desde el mítico atún o las habituales sardinas en lata, berberechos, mejillones o espárragos hasta todo tipo de legumbres como garbanzos o judías, así como pulpo, paté, zamburiñas, merluza, salmón... Se pueden encontrar todo tipo de alimentos en conserva, al mismo tiempo que hay varios formatos, aunque los más comunes y extendidos son dos: las latas de toda la vida o los botes de cristal.

¿Qué conservas comprar?

Si encuentras un mismo producto en conserva y no sabes si optar por el formato de lata o, por el contrario, adquirir el bote de cristal, desde Frinsa, empresa especializada en conservas, indican cuáles son las diferencias entre las conservas en cristal y en lata: "Las diferencias entre las conservas en cristal o lata residen en su proceso de envasado, almacenamiento y conservación".

De este modo, la diferencia principal y que más destaca entre las conservas en lata o en bote de cristal está en el proceso de envasado: "Las latas, por su formato, permiten emplear máquinas empacadoras para agilizar el proceso. Con los envases de cristal, en cambio, al ser transparentes, requieren una presentación mucho más cuidada y un corte más preciso para ajustarse al tamaño del tarro", explican desde la empresa, desde la que añaden que este proceso de envasado en cristal se se realiza manualmente, introduciendo uno a uno los lomos de producto en el frasco.

"En cuanto a la estética o apariencia, la principal diferencia es que en los tarros podemos ver el contenido interior, con lo cual obtenemos mucha más información visual que con las latas opacas", destacan como ventaja del cristal, aunque lo cierto es que, precisamente en esta característica transparente, también se encuentra una desventaja: "El cristal será mucho más frágil que la lata, estando más protegido el contenido en esta última", añaden.

Por otro lado, en cuanto al almacenamiento, las latas son mucho más sencillas de almacenar, ya que se trata de un formato compacto, más estrecho y pequeño, que permite apilarlas y ocupar menos espacio que los tarros que son más voluminosos.

Un punto muy importante a la hora de decidir si optar por el cristal o por la lata es la conservación una vez abierto el producto: "Con las latas, lo que ocurre es que, si no consumimos todo el contenido y las guardamos en la nevera, es probable que el alimento pierda su sabor y propiedades", explican. "Los tarros de cristal, sin embargo, tienen tapa y podemos volver a cerrarlos para guardarlos en la nevera. Eso sí, siempre con el aceite o líquido de conserva", aseguran.