Evasión

Prueba el menú degustación de Martín Berasategui, se gasta casi 400 euros y opina sin filtros: "No es para todo el mundo"

Fuente: Martín Berasategui

María León

Martín Berasategui es uno de los chefs más reconocidos a nivel nacional e internacional por la calidad de sus elaboraciones de alta cocina. Muy pocos pueden decir que tienen una Estrella Michelín, pero únicamente él puede presumir de ser el cocinero que posee un total de 11 estrellas, junto con los Soles de Repsol. Su primer local, que lleva su nombre, apenas necesita presentaciones. Ubicado en el municipio de Lasarte-Oria, más allá de sus platos, este lugar destaca por su localización privilegiada, en un entorno relajado y con un ambiente de lo más acogedor.

En su propuesta gastronómica encontramos la opción de pedir a la carta un entrante, un plato principal y un postre por un precio de 330 euros. Además, también es posible disfrutar de un menú degustación exclusivo de 395 euros. Ha sido precisamente este último el que ha querido probar Arturo Lemman, un famoso tiktoker gastronómico, más conocido como El Arturito (@soyelarturito), que cuenta con más de dos millones de seguidores.

La experiencia de Arturo Lemman

El plato que abre este menú degustación es un corso con algas y caviar que consiguió sorprender a Arturo desde el primer momento, al igual que la falsa oliva marinada. Tampoco pudo faltar el plato que le otorgó a Martín Berasategui su primera Estrella Michelín, el milhojas caramelizado de anguila ahumada con foie, cebolleta y manzana verde. "Hoy en día es una elaboración más común, pero en el 93 fue algo muy arriesgado", comenta en el vídeo.

Más tarde, llega la ensalada de tuétanos de marisco y crema de lechuga, el rape negro y el cordero lechal, una elaboración que para Lemman estaba espectacular. La única decepción de la comida fue el brioche con tocineta ibérica: "Esperaba mucho más, sabía como a pan de avión".

Por supuesto, también hubo hueco para los postres. El primero, un helado de gin frío y caliente con fresas y lima, que le encantó. Con este se limpia el paladar para dar paso al falso limón con jugo de albahaca, judía verde y almendra y la esponja helada de cacao. "Es una auténtica locura", sentencia.

"Es como un museo"

Ahora bien, una vez que llega la cuenta, también lo hacen las conclusiones. Pese a ser una de las grandes incógnitas para muchos y preguntarse cómo sería disfrutar de un menú degustación, Arturo Lemman afirma que no es una experiencia para todo el mundo. "No es por un tema económico. Ir a un restaurante así es como ir a un museo donde te puedes comer todo, pero es ir a apreciar el arte de la alta cocina", explica.