Evasión

La historia del restaurante comunista de la prima del rey Carlos III en el centro de Londres: Frances Armstrong-Jones se defiende

  • Frances Armstrong-Jones es hija del fallecido conde de Snowdon, el que fue marido de la princesa Margarita, hermana pequeña de Isabel II
  • Fue el primer plebeyo que se casó con la hija de un rey británico en 400 años
Restaurante 'The Yellow Bittern'

Lucas del Barco

Frances, de 45 años, es hija de Snowdon y de su segunda esposa, Lucy Lindsay-Hogg, ex esposa de un director de cine. El que fuera tío de Carlos de Inglaterra se casó después de divorciarse de la princesa Margarita, en 1978. Frances Armstrong-Jones nació al año siguiente.

Por tanto, Frances es prima política de Carlos III y de sus hermanos, Carlos III del Reino Unido la princesa Ana, y los príncipes Andrés y Eduardo, si bien no guarda parentesco de sangre.

El padre de Francés, Antony Charles Robert Armstrong-Jones, fue eI conde de Snowdon GCVO (7 de marzo de 1930-13 de enero de 2017): fotógrafo, cineasta y político británico, y estuvo casado con la princesa Margarita, hija menor del rey Jorge VI, hermana menor de la reina Isabel II y única tía del rey Carlos III.

Frances está estos días en los titulares porque la aristócrata es copropietaria de The Yellow Bittern, tildado por medios como The New York Times como el restaurante más polémico de Londres, que divide a la crítica por ser un restaurante… ¿Comunista?

El local está a pocos pasos de la bulliciosa estación de King's Cross, en pleno centro de Londres. Allí se encuentra The Yellow Bittern, un pequeño local con capacidad para apenas 18 personas que, a simple vista, parece un acogedor refugio literario más que un destino gastronómico de alta gama. Sus clientes tocan un timbre para entrar, cuelgan sus abrigos en percheros de madera y se sientan en un espacio cálido donde el aroma del Irish stew se mezcla con el de los libros antiguos. Sin embargo, este rincón no ha ganado notoriedad solo por su comida o su atmósfera. El otro copropietario, y chef, Hugh Corcoran, ha logrado convertirlo en el restaurante más polémico de Londres en apenas unos meses.

Desde que abrió sus puertas en octubre de 2023, The Yellow Bittern ha sido objeto de intensos debates entre críticos gastronómicos, chefs y amantes de la comida. ¿La razón? No es solo la propuesta culinaria, sino la actitud combativa de Corcoran, un ferviente comunista irlandés que no teme enzarzarse en discusiones en Instagram con sus propios clientes.

Un restaurante que despierta pasiones (y polémicas)

"La gente se sienta a cenar y alguien pregunta: '¿Hablamos del Yellow Bittern?'", ha dicho en el Times Margot Henderson, chef de Rochelle Canteen y una de las figuras más influyentes de la cocina británica contemporánea. Y es que el restaurante ha generado un aluvión de opiniones encontradas desde su apertura.

Uno de los principales motivos de la controversia es la cuestión de la clase social, un tema siempre espinoso en Reino Unido. El Yellow Bittern solo acepta pagos en efectivo, solo abre de lunes a viernes y ofrece dos únicos turnos de comida: a las 12:00 y a las 14:00. Este esquema excluye a la gran mayoría de londinenses que no pueden permitirse un almuerzo pausado entre semana. Para añadir más leña al fuego, una comida para cuatro personas con vino puede salir por unas 250 libras esterlinas, unos 300 euros.

El problema, sin embargo, no es solo el precio, sino la percepción de que Corcoran, un hombre con un retrato gigante de Lenin en su restaurante, está promoviendo un modelo gastronómico inaccesible para la mayoría. "La comida estaba bien", escribió Jonathan Nunn, fundador de la revista gastronómica Vittles, "pero es como preguntarle a los pasajeros del Titanic si comieron bien. Todo está demasiado teñido por la polémica que lo rodea".

¿Gastronomía revolucionaria o elitismo disfrazado?

La propuesta culinaria de Corcoran no es radicalmente distinta a la de otros chefs londinenses que han reinterpretado la cocina tradicional con un enfoque más refinado. De hecho, sigue la misma línea de la modern British cuisine que Fergus Henderson (esposo de Margot Henderson) popularizó en los años 90 con su icónico restaurante St. John.

Pero a diferencia de Henderson, Corcoran no se inspira tanto en la cocina británica como en sus raíces irlandesas, además de influencias de la cocina francesa y vasca. Originario de Belfast, Corcoran no reconoce a Irlanda del Norte como un estado legítimo y solo tiene pasaporte de la República de Irlanda. Su identidad política impregna no solo su menú, sino la manera en la que gestiona el restaurante.

Las críticas más duras no han surgido por su cocina, sino por su actitud. Apenas dos semanas después de abrir, el chef desató una tormenta en Instagram al reprochar a los clientes que no pedían suficiente comida o que no consumían alcohol. "Los restaurantes no son bancos públicos", escribió. "Si vienes a comer aquí, es para gastar dinero".

Londres, una ciudad donde la cortesía suele primar sobre la confrontación, se escandalizó. La prensa gastronómica se dividió entre aquellos que veían en Corcoran una bocanada de aire fresco y quienes le acusaban de arrogante. Sin embargo, lejos de perjudicar al restaurante, la polémica atrajo aún más la atención. Figuras como Nigella Lawson, Alice Waters y el escritor Hilton Als han visitado el Yellow Bittern, reforzando su estatus de lugar de culto.

El menú: cocina rústica con precios de alta gastronomía

A pesar de todo, quienes logran reservar una mesa suelen coincidir en que la comida es excelente. La experiencia comienza con pan de soda y gruesas porciones de mantequilla, seguido de una cremosa sopa de puerros. Entre los platos principales destacan la tarta de conejo y pintada con una crujiente masa dorada o el Dublin Coddle, un estofado irlandés de salchichas y patatas flotando en un caldo rico en grasa.

De postre, se sirven tartas de manzana bañadas en crema, mientras los clientes desabrochan discretamente sus pantalones para digerir mejor la comida. Todo ello acompañado de una extensa carta de vinos, cuidadosamente seleccionada por Corcoran. Pero ahí reside otro punto de fricción: algunos críticos han señalado la ironía de ofrecer un estofado de clase trabajadora por 20 libras, acompañado de vinos que pueden superar las 90 libras por botella.

"El concepto es contradictorio", comenta David Ellis, crítico de The Standard. "Presentar un guiso de origen humilde con un vino de Borgoña carísimo es una fetichización de la vida obrera que nunca existió".

El comunismo según Corcoran: una cuestión de principios

El chef no se inmuta ante estas críticas. Para él, el comunismo no se trata de hacer accesible su restaurante a las masas, sino de garantizar que él y su equipo trabajen en condiciones dignas. "Tenemos que ganarnos la vida", explica. "Los que vienen aquí son los que pueden permitírselo".

Corcoran también se opone a la cultura del almuerzo rápido. Para él, la idea de engullir un sándwich en 10 minutos es un síntoma de un sistema que valora la productividad sobre el bienestar. "¿Es este el tipo de sociedad que queríamos construir?", pregunta. "Tenemos que luchar por la hora del almuerzo".

Un restaurante que no deja indiferente

Detrás de todo el ruido mediático, lo cierto es que The Yellow Bittern sigue lleno cada día. Sus propietarios-además de Corcoran, la aristócrata y editora Frances Armstrong-Jones y el librero Oisín Davies— han logrado crear un espacio que desafía las normas, para bien o para mal.

La hija del fallecido conde de Snowdon y copropietaria ha sido blanco de críticas por su linaje. Sin embargo, Francés Armstrong-Jones defiende su papel en el restaurante: "Quería ayudar a construir un lugar donde la gente se sintiera acogida y satisfecha".

Corcoran, por su parte, se mantiene firme en su postura. "En Belfast, no puedes evitar ser político", dice. "Tener opiniones y expresarlas es parte de la vida cotidiana".

Con un contrato de arrendamiento de 10 años y una lista de espera constante, The Yellow Bittern parece haber encontrado su nicho. Puede que no sea para todos, pero en un Londres donde la mayoría no tiene tiempo para un almuerzo pausado, quizá sea precisamente eso lo que lo hace tan provocador.

Frances Armstrong-Jones estuvo casada durante 16 años con el marchante de arte Rodolphe von Hofmannsthal, de quien se separó en 2022 y con quien tiene dos hijos. A su boda en 2006 acudió por supuesto Lord Snowdon, actuando de padrino. Se casaron en la iglesia de St. George, en Hanover Square, en el oeste de Londres. Snowdon irradiaba orgullo paternal al entregar a Frances en el altar, en una ceremonia a la que asistieron invitados Sienna Miller y su novio de entonces Jude Law. Entre los numerosos Armstrong-Jones presentes, estuvieron los medio hermanos de Frances, David (entonces vizconde Linley) y Sarah Chatto.