Evasión

Tus huevos revueltos quedarán más ricos y esponjosos si eliminas este ingrediente que se suele utilizar

Fuente: Istock

María León

Pocas cosas hay mejores que levantarse y tener tiempo para disfrutar de un desayuno deliciosos. Normalmente, esto ocurre cuando es fin de semana, pues, por lo general, disponemos de un tiempo ilimitado para prepararlo y comerlo tranquilamente. Uno de los platos estrella que triunfan en esta comida del día es el revuelto de huevos. Ahora bien, aunque pueda parecer que cometer un error es mucho más difícil que evitarlos, también requiere una técnica.

En este sentido, Chris Collins, chef y fundador de Don´t Go Bacon My Heart, ha compartido la manera correcta en la que se deben hacer para que el resultado sea el deseado.

Adiós a los huevos revueltos aguados y gomosos

Sé que puedes estar pensando que hacer unos huevos revueltos no es nada complicado, pero seamos sinceros, no es lo mismo unos que están esponjosos y sabrosos, con otros que simplemente parece una tortilla francesa rota en trocitos. En este caso, Collins, asegura que para conseguir que siempre queden en el punto deseado habría que dejar de incluir leche a la mezcla de huevos y, en su lugar, utilizar un poco de mantequilla sin sal.

Por lo general, la leche puede provocar que los huevos se cocinen demasiado rápido y queden secos y gomosos. Es más, si se añade demasiada cantidad se corre el riesgo de que el resultado de nuestros huevos revueltos no sea el esperado y que, por el contrario, tenga una textura aguada y poco apetitosa.

La mantequilla, además de evitar que se quemen los huevos en la sartén, aporta una textura sedosa al revuelto y mejora la riqueza natural de los huevos, por lo que quedan mucho más cremosos y deliciosos.

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El paso a paso

Ingredientes:

  • Tres huevos
  • Una cucharada de mantequilla sin sal
  • Una cebolleta fresca
  • Sal y pimienta al gusto

Para empezar, casca los huevos en un bol y añade una pizca de sal. El chef recomienda no añadir en este momento la pimienta, ya que podría aportarle un toque grisáceo a los huevos. Más tarde, derrite la cucharada de mantequilla en la sartén y una vez esté lista, agrega la mezcla de huevo batido.

El truco está en ir removiendo poco a poco los huevos para evitar que se peguen a la sartén. Por supuesto, la temperatura debe estar baja, ya que así evitaremos que queden demasiado secos y hechos. Remueve durante unos minutos y cuando estén todavía un poco líquidos, aparta la sartén del fuego.

Por último, colócalos sobre una tostada de pan o un plato, sazónalos con pimienta y agrega el cebollino cortado.