Evasión

Andrés Arconada recomienda 'Aún estoy aquí', el estreno de una de las grandes películas del año


Andrés Arconada

Aún estoy aquí, de Walter Salles, es una película extraordinaria por varios motivos: principalmente por su temática, por la interpretación de Fernanda Torres y, finalmente, por la dirección. Es, sin duda, la mejor película de su director.

La historia se sitúa en el Brasil de los años 70 donde imperaba el régimen militar instaurado en 1964. Rápidamente se nos muestra la vida familiar de los Paiva en la ciudad de Río de Janeiro, el padre que fue diputado antes del golpe militar disfruta de una familia prolífica y feliz. Así lo explicaba su hijo Marcelo, autor de la novela en la que se inspira la película, y amigo de juventud de Walter Salles, lo que permitió al director vivir aquellos momentos familiares que cuenta en su película en primera persona. Por eso la recreación de arte del film es muy fidedigna gracias a sus recuerdos en tantas visitas a la casa de los Paiva. Salles nos introduce en la vida cotidiana de sus protagonistas sentándonos en su mesa para que cuando llegue la pérdida la sintamos como propia. Cuando llega el arresto del patriarca, en un principio un simple interrogatorio para terminar en su posterior desaparición, hace sentir al espectador una sensación devastadora ante lo que está ocurriendo aunque en ese momento no conozca su historia.

Son inútiles los esfuerzos de la madre por saber lo que le ha pasado a su marido, su lucha por conocer la verdad se hace desesperadamente agónica, aunque ella permanezca siempre en su lugar para proteger a sus hijos y darles un cierto aire de normalidad que no existe. Fernanda Torres, su protagonista, está inmensa como Eunice Paiva con una interpretación en la que no sólo pone el alma sino toda una gama de emociones fuera de cualquier histrionismo, nunca se rasga las vestiduras, sino que todo está bien medido para llevar a los espectadores a un estado de emoción que conmueve profundamente.

Estallido de luminosidad

Aún estoy aquí no deja de ser una oda a la vida durante una dictadura, es una carta de amor a la fuerza y la resistencia de Eunice que se desmorona silenciosamente y se recompone por el bien de la familia. No deja de ser un canto al amor como antídoto contra la barbarie. Por eso vamos viendo cómo esta mujer, que se mudó a la ciudad de Sao Paulo con su familia, se matriculó a sus 48 años en la facultad de derecho para posteriormente convertirse en activista política en busca de la verdad. La verdad más dolorosa y la injusticia más implacable porque no podemos obviar que Aún estoy aquí es una historia contra el olvido que contiene una mirada intensa ante el dolor de una familia.

Sin embargo, a pesar de retratar esa época oscura de Brasil, es un estallido de luminosidad y felicidad. No nos extraña por tanto sus premios en Venecia, el Globo de Oro como Mejor Actriz para Fernanda Torres o su nominación al Oscar. No tengas ninguna duda, Aún estoy aquí es una película que hay que ver y que seguro recomendarás a otros. No te la puedes perder.