Evasión

Este pueblo a menos de una hora de España es el más bonito de todo el Algarve: perfecto para una escapada en invierno

Mercado municipal | Fuente: Istock

María León

Muy cerquita de la frontera con España, a tan solo una hora en coche desde Huelva, nos encontramos con una de las joyas de la corona de Portugal. Aunque en la zona del Algarve destacan lugares como Faro o las famosas zonas de costa, lo cierto es que este pueblecito de apenas 72.000 habitantes es uno de los más bonitos de la zona. Con callejuelas blancas repletas de encanto y azulejos, aquí se respira tranquilidad y reina la luz y el color. Estamos hablando de Loulé, una hermosa población donde parece no haber pasado el tiempo y donde la huella del pasado musulmán sigue presente.

Calma y tradición

En Loulé, las cosas no parecen haber cambiado mucho, aquí todavía los artesanos llevan una vida tranquila y mantienen las viejas tradiciones. Las calles estrechas y empedradas de su época medieval apenas han cambiado y todavía es posible perderse por el laberinto que parecen formar. Un paseo en calma y en silencio es la mejor forma de descubrir los recovecos que esconde la ciudad y las puertas de colores que dan acceso a los comercios locales.

Sin duda alguna, el centro neurálgico de la ciudad se encuentra en el colorido Mercado Municipal construido en el año 1908 de inspiración árabe. Esta joya arquitectónica alberga algunos de los sabores más auténticos de su gastronomía local, por lo que es una parada imprescindible en cualquier visita a Loulé. Junto a él se encuentra el Ayuntamiento y la Torre del Reloj, dos monumentos que también merece la pena conocer.

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Con un pasado musulmán

Sin duda alguna, Loulé es uno de esos destinos fascinantes que todo amante de la historia y la cultura debe conocer. La huella de su pasado musulmán sigue presente más allá de las calles de su casco histórico y prueba de ello son sus famosos Baños Islámicos. Considerados los mejor conservados de todo Portugal, fueron descubiertos bajo los cimientos de una casa señorial del siglo XV. Pasear por ellos es como viajar al pasado y entender la importancia de los hábitos que los musulmanes trajeron a la península ibérica.

Otro de los grandes atractivos de la ciudad es el castillo de Loulé, construido en el siglo XIII sobre los restos de una fortificación musulmana. La historia cuenta que fue adaptado para servir de residencia al gobernador de la época, una muestra de la importancia de esta población en aquellos tiempos.

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