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Cien años de Paul Newman: dónde ver las obras maestras de este actor irrepetible de mirada azul

Paul Newman nació el 26 de enero de 1925

Lucas del Barco

A cien años de su nacimiento, seguimos admirando no solo al actor, sino al hombre: un ser humano cuya vida fue un testimonio de pasión, integridad y amor. El resplandor de los ojos de Paul Newman se mantiene en sus películas, y la mayoría están disponibles en Filmin o Prime Video.

El 26 de enero de 1925, en un pequeño suburbio de Cleveland, Ohio, nació un niño llamado Paul Leonard Newman, que años después se convertiría en uno de los actores más emblemáticos y adorados de Hollywood. Hijo de Arthur Sigmund Newman, un próspero empresario de artículos deportivos, y Theresa Fetsko, una mujer de ascendencia eslovaca que le inculcó desde pequeño el amor por las artes, Paul fue una mezcla fascinante de determinación, encanto y sensibilidad. Su legado trasciende la pantalla, pues además de ser una estrella de cine, fue un filántropo comprometido, un piloto de carreras apasionado y un hombre que vivió intensamente cada uno de sus 83 años.

En este centenario de su nacimiento, la figura de Paul Newman resplandece más que nunca, como si los destellos de su famosa mirada azul aún iluminaran las pantallas del mundo entero. Su vida fue una historia de contrastes, entre la modestia que siempre lo caracterizó y la intensidad de su magnetismo. Newman nunca buscó ser el centro de atención, pero no podía evitarlo; tenía una calidad innata que hacía imposible no mirarlo, una luz que no solo definió su carrera, sino que tocó a todos los que lo conocieron.

Desde niño, Paul mostró un temperamento único. Aunque se crió en un hogar cómodo, lejos del glamour que definiría su futuro, su vida familiar no estuvo exenta de tensiones. Su padre esperaba que siguiera el negocio familiar, pero Paul sentía que su lugar estaba en otro lado, en un universo donde pudiera explorar su creatividad. Su madre, siempre alentadora, veía en su hijo algo especial: "Tus ojos reflejan más que el cielo; reflejan lo que sientes", le decía. Fue en la escuela secundaria donde descubrió su amor por la actuación, participando en producciones escolares y sorprendiendo a todos con su facilidad para conectar con el público. Tras un breve paso por la Universidad de Ohio, donde fue expulsado por travesuras, Newman ingresó a la Marina durante la Segunda Guerra Mundial. Sirvió como operador de radio en un escuadrón de torpederos, experiencia que no solo le dio disciplina, sino que le hizo valorar la vida con una profundidad inusual para alguien de su edad. El ascenso de una estrella Después de la guerra, Newman decidió perseguir sus sueños de actuar, matriculándose en la Universidad de Yale y más tarde en el legendario Actor's Studio de Nueva York, donde estudió bajo la dirección de Lee Strasberg. Fue aquí donde perfeccionó su técnica y desarrolló un estilo que combinaba intensidad emocional con una naturalidad que cautivaba. A mediados de los años 50, Paul Newman debutó en Broadway y poco después en el cine, aunque su primer papel protagonista en El Cáliz de plata (The Silver Chalice, 1954) fue un desastre que casi arruina su carrera. Newman la calificó más tarde como "la peor película producida en la década de 1950" y cuando fue emitida por televisión por primera vez en 1966, publicó un anuncio en un periódico de Hollywood disculpándose por su actuación y recomendando no verla, lo que resultó contraproducente, y la trasmisión obtuvo altos índices de audiencia.

Aquel fracaso no lo detuvo. Su gran oportunidad llegó en 1956 con Marcado por el Odio (Somebody Up There Likes Me), donde interpretó al boxeador Rocky Graziano. La actuación no solo consolidó su posición como actor, sino que marcó el inicio de una carrera que abarcaría más de cinco décadas. Su magnetismo en pantalla era casi sobrenatural. Con esos ojos que parecían contener el peso de todas las emociones humanas y un carisma que desbordaba naturalidad, Newman se convirtió en un símbolo de masculinidad y vulnerabilidad, una combinación rara que lo distinguió de sus contemporáneos. El hombre detrás del mito A pesar de su éxito, Paul Newman nunca dejó que la fama lo dominara.

Cuando se conocieron, Joanne Woodward era la estrella; acababa de ganar un Oscar por Las tres caras de Eva. Woodward y Paul Newman, en los Oscar en 1958.

Fue un esposo devoto de Joanne Woodward durante más de 50 años, en una relación que desafiaba los estereotipos de Hollywood. Juntos, formaron una de las parejas más queridas y estables de la industria, demostrando que el amor verdadero podía sobrevivir a las luces y sombras de la fama. Newman también fue un filántropo incansable. Fundó Newman's Own, una línea de productos alimenticios cuyos beneficios se destinan íntegramente a causas benéficas. A través de esta iniciativa, recaudó más de 570 millones de dólares para organizaciones sin fines de lucro, dejando un legado que trasciende la pantalla grande. Su compromiso con el bienestar de los demás se reflejó también en la creación de campamentos para niños enfermos, que él mismo visitaba regularmente. En su faceta más personal, Newman era un hombre de contradicciones. Aunque disfrutaba de la velocidad y el peligro como piloto de carreras, también valoraba los placeres simples de la vida: cocinar para su familia, disfrutar de una copa de cerveza fría o trabajar en su jardín.

Fue un hombre que nunca perdió el contacto con sus raíces, a pesar de que el mundo lo elevó a la categoría de ícono. El artista y su legado cinematográfico A lo largo de su carrera, Paul Newman trabajó con algunos de los mejores directores de Hollywood, incluyendo a Martin Scorsese, Sidney Lumet y Robert Altman.

El buscavidas (título original en inglés: The Hustler) es una película, una obra maestra coescrita y dirigida por Robert Rossen. Está basada en la novela homónima de 1959, la obra debut del escritor estadounidense Walter Tevis. Cuenta la historia de un joven jugador de billar, Edward «Fast Eddie» Felson, que desafía al legendario Minnesota Fats.1? Fue adaptada a una película de 1961, protagonizada por Paul Newman como Fast Eddie, Jackie Gleason como Minnesota Fats y Piper Laurie como Sarah. En 1984 se publicó una secuela, El color del dinero, muy inferior a la primera pero supuso un Oscar de Newman.

Cada una de sus actuaciones, desde el rebelde Eddie Felson en El buscavidas hasta el melancólico Frank Galvin en Veredicto final, demostró una capacidad única para explorar la complejidad humana. Newman no actuaba; vivía cada personaje con una intensidad que parecía surgir de lo más profundo de su ser. Fue nominado al Oscar en diez ocasiones, ganando finalmente en 1987 por su papel en El color del dinero.

Sin embargo, como dijo en su momento: "Los premios son agradables, pero no son el motor de mi vida. Lo importante es hacer algo que tenga sentido". Más allá de su trabajo, Newman se dedicó a inspirar a otros. Desde jóvenes actores que buscaban consejo hasta personas comunes que admiraban su integridad, él encarnaba lo que significaba ser no solo una estrella, sino un ser humano excepcional. Un centenario que celebra una vida plena En este centenario de su nacimiento, Paul Newman es aún hoy (o tal vez hoy más que nunca) un ejemplo de cómo vivir con autenticidad, pasión y propósito. Sus películas, su filantropía y su legado como esposo, padre y amigo nos recuerdan que la grandeza no reside en la perfección, sino en el compromiso de ser fiel a uno mismo. Newman no solo nos dejó un catálogo impresionante de actuaciones inolvidables; nos dejó una lección de vida: vivir intensamente, amar profundamente y dar generosamente.

10 películas para recordar a Paul Newman

El buscavidas (1961) En este drama clásico, Newman interpreta a Eddie Felson, un talentoso pero arrogante jugador de billar que busca redimirse tras varios fracasos. Una actuación electrizante que definió su carrera.

La gata sobre el tejado de zinc caliente (1958) Junto a Elizabeth Taylor, Newman brilla como Brick Pollitt, un hombre atormentado por sus demonios internos en esta adaptación de la obra de Tennessee Williams.

Dos hombres y un destino (1969) En este western inolvidable, Newman y Robert Redford encarnan a dos carismáticos forajidos que intentan escapar de su destino con humor y valentía.

El color del dinero (1986) Secuela de El buscavidas, dirigida por Martin Scorsese. Newman retoma el papel de Eddie Felson, ahora un mentor que guía a un joven prodigio (Tom Cruise).

La leyenda del indomable (1967) En esta película sobre rebeldía y resistencia, Newman interpreta a Luke Jackson, un preso que se convierte en símbolo de libertad. Su frase "lo que tenemos aquí es un fracaso de comunicación" es icónica.

Veredicto final (1982) En este drama judicial dirigido por Sidney Lumet, Newman ofrece una de sus interpretaciones más conmovedoras como un abogado alcohólico en busca de redención.

Cortina rasgada (1966) Bajo la dirección de Alfred Hitchcock, Newman interpreta a un científico atrapado en una intriga internacional junto a Julie Andrews.

Hud, el más salvaje entre mil (1963) Un cruce entre "Esplendor en la hierba" y "Pozos de ambición", este clásico dirigido por Martin Ritt ("La Tapadera") y protagonizado por Newman junto a una pletórica Patricia Neal estudia las duras condiciones rurales de la América profunda asolada por los pozos de petróleo. Newman brilla como Hud Bannon, un joven cínico y egoísta que enfrenta las complejidades de la moralidad en un drama cargado de intensidad.

Camino a la perdición (2002) En uno de sus últimos papeles, Newman interpreta a un jefe mafioso en esta película dirigida por Sam Mendes. Su actuación le valió una nominación al Oscar.

El golpe (en inglés, The Sting) Dirigida por George Roy Hill en 1973, la película reunió de nuevo a Paul Newman y Robert Redford después de su trabajo conjunto en Dos hombres y un destino (Butch Cassidy and the Sundance Kid).

El Coloso en llamas (1974) Un clásico del cine de desastres, donde Newman lidera un elenco estelar como un arquitecto que intenta salvar vidas durante un incendio catastrófico.

Bonus Track:

Éxodo (Exodus, 1960) Basada en la novela homónima de 1958, escrita por Leon Uris, trata de la fundación del Estado de Israel en 1948. Producida y dirigida por Otto Preminger, acompañan a Newman Eva Marie Saint, Ralph Richardson, Peter Lawford, Lee J. Cobb, Sal Mineo, John Derek, Hugh Griffith, Gregory Ratoff, Felix Aylmer, David Opatoshu, Jill Haworth y Marius Goring.

Ausencia de malicia (1981) Dirigida por Sydney Pollack y protagonizada por Paul Newman y Sally Field. Una reportera es engañada por un político a fin de que escriba una serie de artículos que desacrediten a un hombre inocente.

TCM le rinde un homenaje en su centenario

El canal TMC ha dedicado este fin de semana, tanto el sábado 25 como este domingo 26, una programación especial para homenajear la trayectoria de Paul Newman en su centenario. Bajo el título de Coloso Paul Newman, la citada cadena ha seleccionado las películas más representativas del actor como Dos hombres y un destino, El coloso en llamas, El veredicto y El golpe, entre otras.