Evasión

Roostiq Bar, el nuevo local en el que te puedes pedir una de torreznos con un borgoña y ser la persona más feliz del mundo

  • Es la versión informal del ya emblemático restaurante Roostiq
  • Los buenos vinos, los cócteles y una cocina honesta son responsables de los llenos diario
Torreznos, una de las especialidades de Roosiq Bar.

T. Ferrandis

Os voy a desmigar ese bar del que no vais a querer salir una vez lo conozcáis. Se encuentra en Chueca, en la calle Barquillo, 40 y ¿lo mejor? En él, se come y se bebe muy muy bien. Imbatible, ¿verdad? Lo es porque se trata del hermano pequeño de Roostiq, de Roostiq Bar. Seguro que en el local habéis estado cientos de veces, ya que ocupa el mismo espacio del desaparecido Nimú, una pérdida en el escenario gastronómico madrileño que nos apena mucho. Pero, ojo, porque lo que os vais a encontrar es una experiencia muy diferente a la casa madre, que, curiosamente se encuentra a pocos metros, en Augusto Figueroa, 47, y posee una sede en Marbella.

Pero vayamos al grano. Zoilo Álvarez es, por supuesto, el responsable de que a pocas semanas de su apertura se haya convertido en el establecimiento del que todo el mundo habla, tanto los amantes del buen comer como del buen beber. Son 700 las referencias que entre maravillosos borgoñas y champanes os encontraréis. Entre los primeros, destacan productores como Domaine Bizot, Arnoux Lachaux, Leroy y Domaine Leflaive. Entre los segundos, Don Perignon P2 y P3, Krug y Selosse. Y es que lo que ha pretendido Zoilo es crear el espacio que para él representa un bar, de ahí que otorgue un gran protagonismo a la bebida. Tanto es así, que no pasa desapercibida la barra de coctelería. Además, recordad, podéis pedir cualquier elaboración de la carta a cualquier hora desde la una del mediodía hasta medianoche.

Roostiq Bar

La mayoría de los ingredientes que llenan la despensa de Roostiq Bar proceden de las dos fincas de Zoilo Álvarez en Ávila. Una de ellas, es una huerta ecológica, de donde parten las verduras y hortalizas: "Cuando no tenemos nuestro tomate 38 en todo su esplendor, no vendemos tomate", promete quien recuerda que en la otra crían los pollos, producto protagonista de varios bocados de la carta. También, los cerdos ibéricos, por eso, las chacinas son un manjar obligado, lo mismo que los huevos de sus propias gallinas.

Roostiq Bar

¿Qué pedir? Siempre varias raciones para compartir. Por supuesto, los ya emblemáticos torreznos de la casa, cortados en finas láminas y con un toque ligeramente ahumado, los mejillones en escabeche y las alcachofas de Tudela a la brasa, una delicia, ya que los buenos productos llegan a la mesa tras pasar suavemente por el fuego y sin adornos para así ensalzar su sabor. También, el contramuslo de pollo a la brasa, con la famosa salsa de tomate 38, y el sándwich de pollo, cuya alimentación a base de hierba se nota en el sabor de la pechuga marinada y rebozada al estilo coreano. Ojo, os llamará la atención la salsa, muy alegre gracias al wasabi y a la rúcula con balsámico, además de la combinación de los demás sabores. Un consejo, no dejéis de probar el sando de solomillo de vaca al fuego con una salsa especial para acompañar unas patatas muy bien fritas. De postre, no te equivoques y pide el bikini de torrija con frutas a la chapa.

Roostiq Bar