El paraíso en la tierra existe y se encuentra en España: descubre la fascinante historia de los jardines de Carlos IV
- Con más de 150 hectáreas, es uno de los jardines más grandes de Europa
- El majestuoso monumento de Madrid que cierra sus puertas a partir de enero y no podrá ser visitado más
- La ciudad alemana que sirve la auténtica cerveza Kölsch donde hay que tapar el vaso si no quieres que los camareros te sirvan otra ronda
María León
Para ir al paraíso no hace falta volar muy lejos, de hecho, no hay que ni volar, pues se podría decir que sí existe y que tenemos la suerte de que esté en España. Concretamente, al sur de la Comunidad de Madrid, el Real Sitio de Aranjuez, considerado Patrimonio de la Humanidad, alberga uno de los jardines más bonitos del mundo: el Jardín del Príncipe. Delimitado por el regio río Tajo, este lugar es perfecto para disfrutar y desconectar gracias a su riqueza botánica, de la misma manera que lo hacían los monarcas españoles.
Lugar de descanso entre reyes
Este lugar debe su nombre a Carlos IV, quien, cuando todavía ostentaba el título de Príncipe de Asturias, mandó construirlo en el 1789. Con una estética que seguía la moda inglesa y francesa del momento, este jardín paisajista con más de 150 hectáreas es uno de los más grandes de Europa. Además, cabe destacar que incluye en él algunos de los elementos anteriores del Real, como la huerta de la Primavera y el embarcadero de Fernando VI.
El joven príncipe acostumbraba a pasear por el Gran Pabellón, edificado por orden de su padre, el Rey Carlos III, y fue por ello, por lo que quiso contribuir a enriquecer este lugar. Y la verdad que no es de extrañar, ya que la atmósfera perfecta la crean sus numerosas fuentes, como la de Apolo o Narciso, sus majestuosos árboles y sus diversos elementos.
A nivel arquitectónico, los primeros planos pertenecen a Pablo Boutelou, aunque se desconoce el grado de implicación de Juan de Villanueva, ya que el arquitecto se encargó de algunas de las obras más significativas, como las puertas de entrada de estilo neoclásico. Él también fue el encargado de diseñar uno de los elementos principales del lugar más romántico del jardín, el pequeño templo neogriego del estanque de los Chinescos.
Además, uno de los mejores secretos guardados del Jardín del Príncipe y una de sus auténticas joyas es la Casa del Labrador. Este palacete fue construido por Carlos IV como casa de campo y residencia en Aranjuez. El interior está perfectamente conservado, tanto que para entrar es necesario cubrir los zapatos.
Cómo llegar a Aranjuez
Llegar a Aranjuez, o mejor dicho, al paraíso es muy sencillo, ya que se encuentra dentro de la Comunidad de Madrid, a 49 kilómetros de la capital. No obstante, la forma divertida de llegar hasta allí es a través del Tren de la Fresa, sobre todo si se viaja en fin de semana, ya que se realizan trayectos teatralizados.
Parte de la estación de Delicias hasta el Real Sitio. Y, sin duda, lo mejor de la travesía es que parece un viaje al pasado, ya que se trata de un tren de vagones de madera, igual que el primer ferrocarril construido en el año 1851.