Entre montañas y lagos: esta es la ciudad que celebra la Nochevieja dos veces al año
- En este lugar se prepara una receta de queso tan secreta que solo conocen dos personas
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Víctor Ruiz
En la región noreste de Suiza se encuentra un pintoresco pueblo que ha llamado la atención, no solo por tener una receta de queso única, sino porque además tiene una tradición muy particular por la que sus habitantes celebran dos veces la Nochevieja.
Appenzell es un pintoresco pueblo rodeado por montañas y lagos, un paisaje espectacular que marca las tradiciones y la cultura del pueblo. Exactamente está entre el macizo Alpstein y el lago Constanza, corazón del cantón más pequeño del país, tanto en población como en superficie.
El paisaje verde y sus vastos prados son el escenario perfecto para que las vacas pasten tranquilamente, unos animales que triplican al número de suizos que habitan esta tan curiosa ciudad. Es la calidad de vida, sobre todo de estos amigos bovinos, la que explica la excelencia de sus productos lácteos. En concreto hay uno muy destacado que se ha convertido en la estrella de su gastronomía: el queso Appenzeller.
Y en este pueblo se produce una variedad desde hace más de 700 años. Un queso muy intenso de masa semidura y pocos agujeros. Tiene un regusto picante, muy particular, es fruto de los cuidados de al menos tres meses estando sumergido en una mezcla de salmuera, cuya receta no podría ser más secreta. Solo dos personas del pueblo conocen la mezcla exacta de las más de 25 hierbas, raíces, flores y cortezas con la que se frota cada pieza de queso tres veces por semana.
Sin embargo, esta no es la única tradición que envuelve el pueblo en un halo de misterio. Y es que este lugar es el único punto de los cantones suizos en los que se celebra dos veces la Nochevieja.
El origen de esta doble tradición tiene lugar en el siglo XVI, cuando la reforma del calendario gregoriano sustituyó al juliano. Hubo algunas comunidades en estas zonas que no aceptaron el cambio y prosiguieron con su tradición de celebrar la Nochevieja el 13 de enero.
Con el paso del tiempo los habitantes empezaron a celebrar la nueva fecha, pero sin dejar de lado sus tradiciones, por lo que no tardaron en celebrar todos esta fiesta el 31 de diciembre por un lado y luego el 13 de enero. Esas dos noches los Silvesterchläuse, vecinos vestidos con trajes típicos y unos tocados decorados sobre escenas de la vida rural, pasean de granja en granja para felicitar las fiestas, expresar sus mejores deseos y entonar canciones tradicionales, por las que reciben un aguinaldo.
No es la única tradición del pueblo. La región tiene una rica agenda de festividades tradicionales, como el Desfile Alpino de Vacas, donde se celebra el regreso de las vacas a los valles después del verano en los pastos alpinos.