El bar ambientado en 1920 de Madrid a lo "Peaky Blinders" donde entrar requiere de una contraseña: "Mucha gente se queda fuera"

Se encuentra en pleno centro de Madrid, pero entrar a este local es sinónimo de viajar al pasado, concretamente al año 1920 en Estados Unidos. ¿Y qué estaba sucediendo ese año allí? Efectivamente, la Ley Seca. Para emprender esta aventura, únicamente hay que tocar al timbre y decirle la contraseña a la persona que pregunte por la mirilla. Curioso, ¿verdad? Estamos hablando de Bad Company y este curioso bar se trata del primer 'speakeasy' de la ciudad.

Una vez dentro de este bar clandestino, lo más importante es seguir al guía y atender sus indicaciones. Porque sí, es posible echar unos tragos dentro de este local, pero se debe hacer con discreción.

Cócteles en recipientes para distraer

Pese a la época en la que "nos encontramos" Yerai Monforte y su equipo lo tienen todo controlado, ya que oficialmente se trata el local opera como un "negocio de exportación" de artículos hechos en Estados Unidos. Así que podrás sentarte tranquilo y disfrutar de unos de sus cócteles.

Bad Company cuenta con un excelente botellero, por lo que es posible encontrar una bebida al gusto de todos dentro de su repertorio de cócteles. Podrás pedir recomendación a la banda, que reconocerás fácilmente ya que van vestidos muy al estilo de la conocida serie 'Peaky Blinders'.

Y si por algún casual, irrumpieran los federales en este local, no habría peligro, ya que se han encargado de disimular todas y cada una de las bebidas. ¿Cómo? Literalmente sirven el cóctel dentro del artículo que hayas pedido. Si por ejemplo fuera el caso del Huevo Fabergé del Zar, pues eso será lo que recibirás, aunque en el interior se encuentra lo mejor.

Una contraseña imprescindible

Eso sí, lo más importante para poder disfrutar de esta experiencia única en la capital es conocer cuál es la contraseña que da acceso al local. No podemos desvelarla, ya que cambia cada mes, por lo que si quieres ir, deberás estar atento a sus redes sociales, pues es el único modo de averiguarla.