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El curioso método para poner las luces en el árbol de Navidad que se ha hecho viral: en menos de un minuto y no se enredan

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Víctor Ruiz

La Navidad es una época para reunirnos con la familia en torno a una copiosa comida y disfrutar de una velada con una atmósfera muy colorida. Y es que muchos están ya deseando poner los adornos navideños para que empiece cuanto antes la fiesta. Aunque ya se pueda ver casas decoradas con luces, árboles y sus belenes reglamentarios, muchos son los que se esperan al puente de diciembre para llenar sus casas del espíritu de la Navidad.

Puede parecer un momento para disfrutar en familia en el que juntos decoréis hasta el gato, pero lo cierto es que muchas veces el método que se emplea no es correcto, o al menos no el más óptimo. En estos meses las redes sociales se llenan de vídeos y trucos con los que adornar mejor el árbol de Navidad y en especial un método se ha hecho muy popular y no te llevará ni un minuto.

Por norma general cuando se empieza con el árbol se colocan primero las luces y luego el resto de parafernalias decorativas, para que así no se vean los cables de estas y quede más elegante. Se gira el cable en torno del árbol haciendo una espiral que lo envuelve, pero este no es lo más eficaz y es muy probable que los cables se te enreden. Es por eso que se ha popularizado una manera de poner las luces de arriba a abajo del árbol haciendo zigzag.

El método para poner las luces de Navidad

Empieza desde la parte superior del árbol, ya que esto facilita el proceso y evita enredos. Luego, coloca las luces en zigzag, bajando verticalmente desde la cima hasta la base del abeto. Al distribuirlas, asegúrate de que las luces estén tensas, pero que se vean naturales. Evita colocar luces en la parte trasera del árbol, ya que no serán visibles y esto te ahorrará tiempo.

Los orígenes de decorar un árbol en Navidad

La tradición de decorar árboles en invierno tiene raíces en varias culturas pre-cristianas, donde los árboles eran venerados por su simbolismo relacionado con la vida, la fertilidad y la renovación. En las antiguas festividades del solsticio de invierno, muchas culturas utilizaban ramas verdes de pino, acebo y otros árboles perennes para adornar sus casas, ya que estos mantenían su verdor durante los meses más fríos, lo que representaba la esperanza de la vida en medio del invierno.

En la antigua Roma, por ejemplo, durante las celebraciones de las Saturnalias (una festividad dedicada al dios Saturno), se decoraban las casas con ramas de plantas perennes. De forma similar, en las antiguas culturas nórdicas, los vikingos rendían homenaje a sus dioses colocando ramas de abeto en sus hogares para alejar los malos espíritus.

La tradición del árbol de Navidad tal como la conocemos hoy tiene sus raíces en Alemania en el siglo XVI, cuando se empezó a colocar velas sobre los árboles de Navidad. A principios del siglo XX, la tradición llegó a América del Norte, y se convirtió en una costumbre muy popular en Estados Unidos y Canadá, donde se comenzaron a utilizar adornos como guirnaldas, luces eléctricas y figuras de ángeles, estrellas y otros símbolos religiosos.