Cómo hacer la famosa salsa aurora de Karlos Arguiñano para diferenciar tus platos de pasta

Muchas veces buscamos la complejidad en la cocina para descubrir nuevos sabores y experiencias. Sin embargo, no hay por qué aventurarse a una receta imposible para conseguir disfrutar de la cocina y esto es lo que demuestra Karlos Arguiñano día a día con platos pensados para todo el mundo. De esta manera hacer a los fogones hasta al menos experimentado.

Con una salsa muy simple. Así ha sido como el chef ha rememorado un plato con el que él disfrutó mucho de niño, en una época en la que tampoco tenía mucho. Se trata de una manera de hacer los macarrones con chorizo muy sencilla con una salsa aurora muy sabrosa y deliciosa.

Lo cierto es que esta es una variación de la salsa bechamel, a la que se le añade tomate para darle un color rosado y un sabor más rico. Es perfecta para acompañar pastas, huevos, verduras gratinadas o incluso carnes suaves.

Ingredientes

• Leche: 500 ml.
• Mantequilla: 40 g.
• Harina de trigo: 40 g.
• Tomate concentrado: 3-4 cucharadas (o salsa de tomate natural).
• Sal y pimienta: al gusto.
• Nuez moscada: una pizca (opcional).

Paso a paso

1. Preparar la base de bechamel. En una cacerola a fuego medio, derrite la mantequilla. Añade la harina y cocina durante 2-3 minutos, removiendo constantemente, hasta que se forme una pasta dorada. Vierte la leche poco a poco, batiendo constantemente para evitar grumos. Cocina a fuego lento, removiendo hasta que la mezcla espese.
2. Incorporar el tomate. Añade el tomate concentrado o la salsa de tomate natural a la bechamel y mezcla bien. Cocina durante unos 5 minutos para integrar los sabores.
3. Ajustar la textura y sabor. Si deseas una salsa más cremosa, añade la nata líquida y mezcla bien. Salpimienta al gusto y, si lo prefieres, añade una pizca de nuez moscada para un toque aromático.
4. Servir o usar. Retira del fuego y úsala de inmediato como acompañamiento para pastas, gratinados o como base para otros platos.

Consejos adicionales

• A la hora de añadir el tomate casero o concentrado asegúrate de no poner demasiado para que no opaque el sabor de la bechamel.
• Si encuentras la salsa muy espesa, puedes aligerarla con un poco de leche caliente.