Evasión
Un siglo de Mastroianni: la 'dolce vita' del actor italiano universal a través de sus retratos en una gran exposición en Madrid
- El Istituto Italiano di Cultura de la capital acoge una exposición fotográfica como tributo a su inabarcable legado en el cine
Ana Gómez Viñas
Viajamos a los años 60, a La dolce vita de Fellini, a Marcello Mastroianni, Anita Ekberg y ese beso en la Fontana di Trevi. Imágenes de la burguesía italiana y de la noche romana. Enorme joya del cine con el gran galán italiano como protagonista del que este año se cumple un siglo de su nacimiento. Este es el viaje que nos propone el Istituto Italiano di Cultura en Madrid a través de la exposición fotográfica 'La mirada de Marcello'. Foto superior: Exposición La mirada de Marcello, en el Istituto Italiano di Cultura de Madrid.
Comisariada por Daniele Luxardo, la muestra recoge 60 imágenes en gran formato, en blanco y negro y a color, que proceden de los archivos del propio Luxardo y otros fondos fotográficos. Un itinerario a través de las galerías del bellísimo Palacio de Abrantes (en la calle Mayor, 86), que nos aproxima a la figura de Mastroianni, un actor inmenso y un hombre que renegaba de la etiqueta de latin lover, halo perpetuo que le acompañó durante décadas. Entre sus amantes, Ursula Andrews, Claudia Cardinale, Faye Dunaway, Anouk Aimée y Catherine Deneuve con quien tuvo a su hija Chiara. Fruto de su matrimonio con la actriz Floriana Clarabella nació su hija Barbara.
La muestra documenta cómo Mastroianni se convirtió en una estrella de la historia del cine. Ahonda, además, en el especial vínculo artístico que le unió a Fellini. En palabras del curador, "Mastroianni encarnó el modelo del actor italiano internacional, combinando la humildad y la inteligencia de haber sido moldeado por maestros del arte cinematográfico como Luciano Emmer, Alessandro Blasetti, Mario Monicelli, Vittorio De Sica", según recoge el propio Istituto Italiano di Cultura. El actor, de enorme carisma, dotó a cada papel de una personalidad única, entre la ironía y la profundidad emocional. Un enfoque que le llevó a colaborar con los más grandes.
Fumador y amante de la vida, Marcello firmó una carrera cinematográfica memorable: compartió cartel con una joven Sophia Loren en La bella Mugnaia de Mario Camerini, con Giuletta Masina en Ginger y Fred; y con Claudia Cardinale en Ocho y medio, un tributo al cine y al surrealismo. Trabajó con Mario Monicelli en Rufufú, uno de sus primeros papeles que le abrieron las puertas a la fama; con Michelangelo Antonioni rodó La noche; y con Vittorio De Sica, la taquillera Matrimonio a la italiana. Una cita costumbrista ambientada en las penurias de la Segunda Guerra Mundial. También con De Sica, Divorcio a la italiana; y con Nikita Mikhalkov, Ojos negros.
En Cannes, se le rindió homenaje con Marcello mio, de Christophe Honoré, protagonizada por Chiara. Hijo de un restaurador de muebles y de una mecanógrafa, Mastroianni se crio en Fontana de Liri, en la región de Lacio, y en Turín. En Roma el joven Marcello trabajó como contable con un grado de aparejador como formación hasta que se cruzó por el camino de Tennessee Williams y de Un tranvía llamado deseo con Gassman en el papel de Kowalski. Fue 1949. Murió a los 72 años en París, en 1996, por un cáncer de páncreas.