Evasión
Rumbo a Granada: descubre el menú viajero de la Ruta de la Seda que fusiona las culturas de Oriente y Occidente
- Seda Club Hotel, el primer 5 estrellas gran lujo de Granada, homenajea la ruta y pone en valor el papel de la ciudad en este camino
- Recuerdos de la India con un arroz carnaroli cremoso con un pichón asad.
Ana Gómez Viñas
El Seda Club Hotel granadino ofrece platos inspirados en el intercambio de culturas entre Oriente y Occidente
La Ruta de la Seda nos lleva a Granada, que tuvo un papel fundamental en el siglo XV como principal productor de seda mundial. La centenaria Alcaicería granadina era el lugar donde más seda se producía y se vendía de España y era también punto de exportación que despertó el interés de los Maharajás indios. La ruta propició un intercambio cultural, comercial y gastronómico que unió a tres continentes en un camino histórico de más de 12.000 kilómetros.
Siguiendo al explorador mercader y viajero italiano ?Marco Polo (1254-1324), desde el este llegaban a Europa té, tintes, porcelana, especias (jengibre, canela), arroz, y papel. Para celebrar la fusión entre Oriente y Occidente, nos vamos a la ciudad de la Alhambra y el Albaicín.
Seda Club Hotel, el primer 5 estrellas gran lujo de Granada, homenajea la ruta y pone en valor el papel de la ciudad en este camino. Lo hace con un menú gastronómico de diez pases que une dos mundos: Oriente y Occidente. Con ingredientes y sabores inspirados en un intercambios cultural que cambió el rumbo de Europa y de sus sabores. El proyecto, de la cadena Hidden Away Hotels, abrió sus puertas en 2023 en el emblemático edificio de Los Guerrilleros, situado en la granadina Plaza de la Trinidad.
Al mando del restaurante se sitúa el cocinero Rubén Castro, que nos lleva de viaje hasta Oriente a través de sus diez creaciones. El menú Ruta de la Seda comienza con dos aperitivos: un Ningo-yaki, un dulce típico japonés, relleno de paté de pichón y cacao, y un pan chino con presa laminada, curada y ahumada y trufa. Seguimos. Crema de berenjena con almendra de turrón de foie y setas de temporada. El segundo entrante nos trae recuerdos de la India con un arroz carnaroli cremoso con un pichón asado. De la carne de caza nos lanzamos el mar. Sorprendente parpatana de atún rojo con glaseado de ibérico. Un corte poco conocido del atún que, lejos de estofado, es preparado al vacío para conservar todo el sabor. Del mar a la tierra, con carne de gamo (animal autóctono de la Europa mediterránea y Asia Menor). Va con jugo de té negro y bergamota y mermelada de setas shitake.
Llegamos a los postres. Pero antes, y como refresco, el prepostre con un queso halloumi griego cocinado al kamado (horno japonés) y acompañado con merengue de eneldo, pepino y lima. Y ahora sí, los postres: sopa de cítricos con helado de menta buscando el contraste con el dulzor del lichi, originario del sur de China. El segundo postre recupera la intensidad con un babá al ron café montero (bizcocho de la gastronomía francesa muy popular en Nápoles por las invasiones del siglo XIX). El babá va acompañado de plátano estofado en el ron granadino y un helado de vainilla casero.
Cómo olvidar los petit fours, a base de pajaritas árabes, mochi de fruta de la pasión y mango y un filipino de gachas dulces y miel. Un menú viajero y vanguardista creado con elementos de proximidad. Su precio es de 75€ euros (con opción de maridaje con suplemento). En la Plaza de la Trinidad, C. Buensuceso, 2 (Granada).