Evasión
Juan Gómez Bárcena: "Necesitamos medidas gubernamentales para concienciar sobre el problema de la soledad"
- El escritor cántabro publica 'Mapa de soledades', un ensayo narrativo que revisa los claroscuros de la experiencia solitaria
- Entrevista con Beatriz Serrano: "Quienes no venimos de la clase alta también tenemos el clasismo interiorizado"
Ana Latorre
Estación de tren de Santa Fe, California. Una mujer se acerca a sus paredes, las acaricia y las besa. Esta es la imagen que algunos viajeros guardan en su memoria de Carol Santa Fe, una ciudadana norteamericana que en 2017 confesó llevar seis años enamorada de este lugar. A miles de kilómetros, en Corea del Sur, un joven sucumbe al muckbang en su apartamento: come a solas mientras observa a un usuario de Internet disfrutando de un largo y copioso menú. En ese mismo instante, un hombre que se siente solo llora a la vez que su vecina suspira. Al fin, entre tanto ruido, siente alivio. No hay nadie cerca. Ha encontrado un rato de soledad, la misma que a todos les une.
El escritor Juan Gómez Bárcena (Santander, 1984) explora la experiencia solitaria en Mapa de soledades, un ensayo narrativo que parte de una extensa bibliografía y que repasa la vida de grandes solitarios de la historia. Él mismo nos lo explica en el madrileño Café Pavón, donde a las cuatro de la tarde enfría sus manos con una Coca-Cola.
"Uno siempre está solo, pero a veces está más solo". Arranca la conversación con estas palabras de la poeta Idea Vilariño. Nos sirven para definir el libro, pero también su origen: un viaje de trabajo a Buenos Aires, donde el autor, que acababa de publicar Lo demás es aire (2022), acudió como profesor invitado a un programa de la Universidad Nacional de las Artes. Durante su estancia le prometieron una llamada para "recorrer la Provincia", pero nunca llegó. "Cuando asimilé que estaba solo, empecé a no sentirme solo", nos dice. Fue entonces cuando empezó a toparse con distintas historias de soledad, esa sensación tan anhelada y demonizada en su ambigüedad. No se sentía preparado para escribir una nueva novela, así que escuchó su intuición: en su cabeza echaba raíces su primer ensayo.
"La soledad ha recibido diferentes connotaciones con el paso del tiempo", avanza el escritor. Hace un tiempo se hablaba de "solitud", una palabra en desuso que se utilizaba para hablar del placer asociado a la soledad. Pero también existe la soledumbre, que "en su origen significaba un lugar solitario", el mismo que presenta cada uno de los 13 capítulos del libro. Para darles forma, el autor de El cielo de Lima emprendió una profunda labor de investigación. Incluso llegó a pasar varios días en un monasterio, la antítesis de la ciudad.
"Al no sentirnos mirados, en las ciudades podemos ser libres. En los lugares pequeños, en cambio, se tiene un retrato fosilizado de nosotros", sostiene. Eso sí, la muchedumbre no es la garantía contra la soledad. El novelista recuerda el caso de Japón, donde hay ancianos que cometen periódicamente pequeños hurtos para socializar en prisión: "Prefieren limitar sus libertades si eso les va a traer compañía". En el país asiático y en Reino Unido existe el Ministerio de la Soledad. En España, el 20% de los adultos -uno de cada cinco- se siente solo, según recoge un estudio de las fundaciones ONCE y AXA realizado en el marco del Observatorio SoledadES.
"No sé si la soledad necesita su propio ministerio, como ocurre con Interior o Defensa. Lo que sí creo es que son necesarias medidas gubernamentales que nos permitan tomar conciencia. El problema de la soledad no se puede atajar con políticas. Tiene que ver con esta visión capitalista, individualista y propia del Estado de Bienestar, que tiene aspectos positivos, pero también esta contrapartida de que es el Estado el que debe encargarse de los ciudadanos, y no nosotros de los demás", afirma el escritor de Kanada (2017).
"Hay que adquirir conciencia sobre nuestros conocidos, porque pocas veces nos preguntamos si alguien está demasiado solo"
"Hay que adquirir conciencia sobre nuestros conocidos. Pocas veces nos preguntamos si alguien está demasiado solo. Quizás pensamos en los mayores, pero las estadísticas dicen que hay una fortísima soledad en jóvenes. Uno no se plantea que un chico de 24 años no tenga herramientas para relacionarse". ¿Nos revuelve aproximarnos a la soledad de los otros? Resulta paradójico que la misma sociedad que nos pide ser independientes asocie la soledad al fracaso.
"Nos incomoda mucho hablar de esto. Decía Olivia Laing que la soledad es una experiencia tan aterradora que hacemos cualquier cosa por olvidar que la hemos padecido. Y rodearnos de una persona solitaria nos lleva al recuerdo de nuestra propia soledad. Además, creo que hay una cierta sensación de contagio. Es lo que pasa con la persona marginada de la clase: sientes que te mancha. Muchos lo hemos vivido tanto por un lado como por el otro. 'Esta persona no es deseable, es un tabú, y acercarme a ella me va a impregnar de su rareza. Por lo tanto, me alejo'. También hay que reconocer las personas solitarias son difíciles de tratar. A veces porque han desarrollado manías, y pueden no parecer agradecidas cuando nos acercamos a ellas", apunta el autor.
Escribir a solas para sentirse menos solo
Hay momentos en los que la soledad es sinónimo de control, aunque esto resulte, en ocasiones, tramposo: "En cierto modo, no se puede fracasar socialmente si tú escoges no relacionarte. El deseo a veces no nos viene modelado, por lo que no estamos deseando las cosas correctas. Hay quien te dice: 'es que prefiero estar solo'. Bueno, igual lo que te ocurre es que tienes miedo de no triunfar socialmente. O que no sabes decir que no. En mí mismo he identificado eso. Pero esa no es una buena razón para buscar la soledad. Hay que escogerla sin caer en lo patológico ni huir de las carencias".
En su caso, la abraza desde la infancia. De niño se sentía "distinto", apartado. En la escritura encontró un apoyo, aunque potenciara su aislamiento. "En cualquier caso, aunque la escritura es una labor solitaria, el artista es un comunicador: sale afuera a explorar, pero regresa para contarlo". Mapa de soledades lo escribió a solas, pero es un libro "poblado de personas".