Especial medio ambiente

Iberdrola trabaja para combatir el cambio climático


    elEconomista.es

    Las empresas están incorporando la sostenibilidad como un eje prioritario de sus estrategias y como un vector clave para la creación de valor económico, medioambiental y social, tanto a corto como a largo plazo, contribuyendo de esa forma al aumento del bienestar y al auténtico progreso de las generaciones presentes y futuras.

    Son ya casi 20 años los que Iberdrola lleva contribuyendo a conducir la transición energética hacia un futuro sostenible, con una inversión acumulada de 95.000 millones de euros, que le ha llevado a que dos tercios de su capacidad instalada sea hoy libre de emisiones. Además, sus emisiones específicas son inferiores en un 38 por ciento a la media del sector eléctrico europeo.

    En esta lucha contra el cambio climático, ha sido fundamental el papel impulsor desarrollado por el presidente de Iberdrola, Ignacio S. Galán, desde su llegada a la compañía. Entre sus contribuciones destacan el respaldo a las negociaciones internacionales de cambio climático mediante su participación en todas las Cumbres del Clima desde la COP21 de París; y el apoyo al Acuerdo de París con su presencia en la ceremonia de firma celebrada en Naciones Unidas en abril de 2016.

    El presidente de la compañía ha defendido la ambición climática ante los gobiernos y organizaciones reunidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas que tiene lugar cada año en septiembre -intervino en 2017 y en 2018-. Ha trasladado en persona al secretario general de la ONU, António Guterres, su compromiso con el cumplimiento de los objetivos climáticos.

    Galán afirmó este año en Naciones Unidas que "tenemos la obligación moral de parar el cambio climático" y, como consecuencia de ello, hizo un llamamiento a "actuar ya". "Hay que pasar de las palabras a los hechos y han de involucrarse todos los agentes implicados: Gobiernos, empresas y la sociedad civil", señaló durante su intervención en la sesión UN Global Compact in Action: Driving progress and scaling impact, celebrada en Nueva York en el marco de la Cumbre de Líderes UN Global Compact 2018.

    En su exposición, incidió en la necesidad de desarrollar estrategias a largo plazo coherentes con la consecución de los objetivos del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para 2030, pero también de adoptar medidas de calado hoy. "Debemos incrementar la eficiencia en la utilización de los recursos naturales, y la electrificación de la economía a través de las energías renovables es un buen ejemplo".

    Por otra parte, durante un evento de alto nivel celebrado en la COP22 de Marrakech, el presidente de Iberdrola también se implicó en el lanzamiento de la plataforma global para la descarbonización de la economía Pathways to Low-Carbon and Resilient Development, impulsada por el Pacto Global de las Naciones Unidas (UN Global Compact).

    Galán forma parte del grupo de los CEO que ha liderado el apoyo a un marco sólido de información y gestión de riesgos en torno al cambio climático, basado en las recomendaciones de la Task Force on Climate - related financial disclosure (TFCD) del Financial Stability Board. Además, ha reclamado en numerosas ocasiones un marco sólido global de políticas climáticas, destacando el papel clave de la señal de precio de CO2 para cumplir con los objetivos climáticos. En este ámbito es destacable su participación en un panel de alto nivel en el marco del proyecto Carbon Pricing Corridors, impulsado por el Banco Mundial, la coalición We Mean Business y CDP.

    Compromisos

    Iberdrola se ha comprometido a reducir su intensidad de emisiones de CO2 en un 30 por ciento para 2020 con respecto a sus niveles de 2007 y en un 50 por ciento para 2030, hasta situarlas por debajo de 150 gramos por kWh. Para 2050, la compañía se ha comprometido a ser neutra en carbono. Estos objetivos han sido aceptados por la iniciativa Science Based Target (SBTi).

    El grupo es miembro de la iniciativa Low Carbon Technology Partnerships, liderada por el World Business Council for Sustainable Development, y se ha comprometido con la implicación corporativa responsable en las políticas climáticas y con la implementación de las recomendaciones del task force sobre divulgación de información financiera relacionada con el clima. Además, Iberdrola pertenece a Powering Past Coal Alliance -Alianza para la Transición más allá del Carbón-.

    Según exponen desde la compañía, Iberdrola innova e invierte para convertir el problema del cambio climático en una oportunidad. La compañía es uno de los principales inversores en tecnologías de baja emisión -destinará 11.840 millones de euros a generación renovable entre 2018 y 2022- y líder mundial en energía eólica. También centra sus inversiones en redes inteligentes, necesarias para la integración de las renovables en la red de suministro.

    El grupo está completamente comprometido con el Acuerdo de París y con los ODS, que ha integrado en su estrategia. De los 17 puntos, Iberdrola se centra especialmente en el número 7 y el número 13 -energía asequible y no contaminante y acción por el clima-, si bien contribuye notablemente al cumplimiento de otros como el fin de la pobreza -ODS 1-; la igualdad de género -ODS 5-; el trabajo decente y crecimiento económico -ODS 8- o la puesta en marcha de alianzas para lograr los objetivos -punto 17- .

    Este compromiso se enmarca en el concepto de dividendo social incluido en las normas de buen gobierno de la empresa, que exige de ésta una aportación clave al desarrollo social y económico de las comunidades en las que opera y a la protección del medioambiente.

    En relación a la acción climática, Iberdrola lanzó hace unos años su Plan de Acción sobre el Cambio Climático, centrándose en cuatro áreas principales: el desempeño de un papel principal en las organizaciones internacionales más importantes y en las coaliciones empresariales; la implicación activa en las negociaciones internacionales en el Convenio Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas; la implementación de un Plan de Concienciación Social con medidas internas y externas; y acciones internas para la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo.

    Hasta el momento, Iberdrola ha evitado que 60 millones de toneladas de CO2 se emitan a la atmósfera a lo largo de los últimos tres años, gracias a una firme apuesta por la eficiencia y las renovables. Al cierre del primer semestre de 2018, el 67 por ciento de la capacidad total instalada del grupo es libre de emisiones y el 60 por ciento corresponde a energías renovables. La empresa ha logrado reducir un 15 por ciento sus emisiones de NOx específicas; un 34 por ciento de SO2 específicas y un 12 por ciento sus emisiones de partículas específicas, en comparación con el ejercicio 2007.

    Líder en energía renovable

    Iberdrola ha invertido unos 100.000 millones de euros desde 2001 en energía renovable (incluyendo hidroeléctrica, eólica on-shore y offshore, y fotovoltaica solar), así como en las redes necesarias para integrar estas energías y en almacenamiento eficiente (centrales de bombeo). Gracias a este enfoque pionero, la empresa se ha convertido en uno de los líderes mundiales en energía renovable, con una capacidad de casi 30.000 MW, y en el número uno mundial en la producción de energía eólica. Pero esto también ha reportado beneficios para sus accionistas. Gracias a la estrategia adoptada, Iberdrola es actualmente mayor, más rentable y más global.

    La empresa continuará desarrollando una estrategia de negocio plenamente alineada con los objetivos climáticos, que contempla una inversión de 32.000 millones de euros entre 2018 y 2022, de los que un 50 por ciento irá a implementar nuevas redes y mejorar las existentes y un 37 por ciento se destinará a generación renovable.

    Además, para Iberdrola cerrar las plantas de combustible fósil es esencial de cara a avanzar en la descarbonización y la apuesta por las energías limpias. Ha clausurado ya 15 plantas de carbón y petróleo, con una capacidad combinada de 7.000 MW.

    Hace un año, el grupo comunicó su intención de cerrar las dos últimas centrales de carbón que le quedan en todo el mundo (ambas en España) y que suman una capacidad de 874 MW (el 1,8 por ciento de la capacidad total instalada del grupo). La decisión no afecta al empleo, ya que los trabajadores se recolocarán en otras instalaciones o participarán en el proceso de desmantelamiento.

    Al mismo tiempo, la compañía invierte en tecnología para seguir avanzando hacia una mayor penetración renovable. Por ejemplo, para su parque eólico marino East Anglia One, situado en Reino Unido y que supondrá una inversión de 3.000 millones de euros, se ha construido la mayor subestación marina del mundo en corriente alterna.

    La compañía es también el principal emisor corporativo de bonos verdes. Entre 2014 y 2018, la cantidad de transacciones verdes en los mercados de capital ascendió a casi 8.100 millones de euros, después de ser la primera empresa española en cerrar una colocación de estas características, en 2014.

    Una de las cuestiones que se plantea Iberdrola es cómo alcanzar nuevas cotas. Para ello, participa activamente en el Diálogo de Talanoa, una importante conversación internacional facilitada por el Convenio Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas. En la misma, los países verifican el progreso y buscan aumentar la ambición global para cumplir los objetivos del Acuerdo de París. El grupo trabaja además para concienciar acerca del cambio climático y animar a empresas, personas y decisores políticos a adoptar medidas enérgicas. Ello incluye el desarrollo de materiales como podcast y documentales.

    A escala mundial, la acción climática de Iberdrola ha aportado muchos beneficios, contribuyendo a la creación de riqueza y empleo. Ofrece empleo estable y de calidad a una plantilla formada por cerca de 34.000 personas. En 2017 se realizaron 4.100 nuevas contrataciones y se impartieron 42 horas de formación por empleado al año, es decir, cuatro veces la media europea.

    Al mismo tiempo, en 2017, Iberdrola destinó 8.700 millones de euros a la compra de bienes y servicios a más de 22.000 proveedores, con una contribución fiscal directa de más de 7.100 millones de euros.

    Por otra parte, es una de las cuatro únicas empresas españolas incluidas en el Bloomberg Gender Equality Index.

    En línea con el ODS 7 -energía asequible y no contaminante-, el programa Electricidad para todos, diseñado para asegurar el acceso a la electricidad en áreas vulnerables de los países emergentes, ha beneficiado a más de cuatro millones de personas desde el 2014 y se propone como nueva meta llegar a 16 millones de beneficiarios en el 2030. Además, el compromiso del grupo con la creación de valor sostenible contribuye a revitalizar industrias y sectores.

    Un ejemplo lo tenemos en la relación de Iberdrola con Navantia, actualmente un proveedor tecnológico y eficiente de cimientos (jackets) y subestaciones offshore.

    ¿Qué políticas son necesarias?

    "Necesitamos directrices de implementación estrictas para el Acuerdo de París en la próxima COP24, que envíen señales claras a los inversores y aseguren la integridad medioambiental", afirman desde Iberdrola. "Ya hemos apelado a los decisores políticos europeos para que adopten marcos de política climática más exigentes y ambiciosos, para asegurar la implementación efectiva de la estrategia climática a largo plazo actualmente desarrollada por la Comisión Europea".

    Según la compañía, algunos de los elementos clave que dichos marcos deben incluir son: un diagnóstico en profundidad que reconozca el empleo de combustibles fósiles como la principal causa del cambio climático y el papel principal de la electrificación basada en renovables como medio para entrar en la ruta sostenible en el sector energético; políticas transversales, como la fiscalidad basada en el principio de quien contamina paga, la eliminación de los costes no relacionados con el suministro de los precios de la electricidad y la eliminación de las subvenciones para los combustibles fósiles; la promoción de la información y la concienciación, así como planes y medidas sectoriales para abordar el problema de las barreras a la descarbonización en diversos ámbitos.