Las alumnas aventajadas del Ibex 35 en el camino a las 'emisiones cero'
- Destacan Acciona, Bankinter, BBVA y Santander
- La descarbonización es casi una obsesión para las empresas
elEconomista.es
La neutralidad de emisiones se ha convertido prácticamente en una obsesión para gobiernos y compañías. Más aún con el reciente impulso que ha supuesto la COP26 en Glasgow, la cita climática más relevante de los últimos seis años. El foco está puesto en mantener a raya el calentamiento global, "por debajo de 2 grados centígrados, preferiblemente a 1,5 grados, respecto a los niveles preindustriales". No hacerlo implicaría devastadoras consecuencias a raíz de ese calentamiento, que ya ha tenido sus consecuencias.
Con este telón de fondo, y teniendo en cuenta la creciente importancia que otorgan los inversores a los criterios climáticos, mantener esos 1,5 grados es objetivo primordial. De los tres pilares de la inversión ESG (acrónimo anglosajón que alude a los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo), la E (environmental, ambiental) es la que más conocen los inversores. Al mismo tiempo, la regulación europea de finanzas sostenibles se ha centrado precisamente en la pata climática, en teoría la más fácil de medir. De ahí que haya visto ya la luz la taxonomía -aunque esté aún por rematar- verde de la Comisión Europea.
Por todo esto, no es de extrañar que las compañías mejor posicionadas para avanzar en esa transición ecológica quieran sacar músculo. Es cierto que la naturaleza de cada empresa es distinta: nada tiene que ver la actividad de una firma tecnológica como puede ser Amadeus, con la de una industrial, como ArcelorMittal. Sin embargo, todas tienen la posibilidad de compensar de distintas formas sus emisiones, de cara a reducir a cero la llamada huella de carbono, ya sea comprando derechos de emisión o bien realizando proyectos sostenibles de impacto.
La ayuda de la tecnología
En mayor o menor medida, todas las empresas están reduciendo sus emisiones gracias, sobre todo, a la aplicaciones de tecnologías e innovaciones técnicas que lo facilitan. Sin embargo, algunas todavía están muy lejos de cumplir con las exigencias. "Desde 2010 las emisiones se han incrementado en un 16%, mientras que deberían haberse reducido en un 45% para no exceder la subida de temperatura de un grado y medio en este período", advierten desde ING.
Ophélie Mortier, estratega de inversión responsable de DPAM, destaca el relevante papel que juegan en ese proceso de transición ecológica las finanzas sostenibles: "La financiación del clima es un determinante clave del éxito de la COP26. Como inversores institucionales, jugamos un papel decisivo a la hora de contribuir al éxito del Acuerdo de París. Está claro que la transición energética es la prioridad", explica. "Como gestora responsable y sostenible, pensamos que los resultados de la COP26 impactarán y guiarán nuestra estrategia sobre el clima en el futuro. Es nuestro deber fiduciario que así sea", añade.
Sí, es posible llegar a emisiones netas cero, pero "será un proceso lento, caro y desigual, que costará cerca de 150 billones de dólares en los próximos 30 años, 2 veces el PIB actual", arguyen desde Bank of America. "Estimamos que la descarbonización podría aumentar la inflación mundial hasta un 3% anual, ya que la financiación del balance de los bancos centrales aumenta en 500.000 millones de dólares al año", agregan.
Independientemente del país y el sector en el que operen, las empresas deberán realizar reducciones de emisiones hasta alcanzar la cota cero de emisiones netas en 2050 o antes. "Para alcanzar las metas propuestas es esencial una mayor transformación de los medios de producción y los sistemas de energía, que son origen de tres cuartas partes de las emisiones de gases", apuntan desde Ostrum. "Para alcanzar la neutralidad en carbono en 2050 es necesario que casi el 90% de la electricidad sea renovable, especialmente a través de la eólica y la solar, que deberán representar casi el 70% del total", explican. En 2020 solo el 29% de la energía se generó de forma renovable. Otro punto clave será la movilidad. Según los analistas de esta entidad, "el 86% de los coches deberán ser eléctricos en 2050 frente al 20% que deberá ser en 2030 y al 1% que es actualmente; en total, las energías fósiles, que hoy representan cuatro quintas partes, deben reducirse hasta solo una quinta parte del total de cara a 2050", concluyen.
La realidad de las españolas
En este sentido, las empresas españolas se han esmerado en incluir en sus respectivas estrategias los criterios y el camino a seguir para alcanzar estos objetivos. No obstante, aquellas que tienen en el plan conseguir la neutralidad de emisiones antes de 2050 lo muestran orgullosos, mientras que para encontrar las metas de las que no lo van a conseguir es preciso bucear mucho más en sus informes y cuentas anuales.
Acciona logró ser neutra en carbono en 2016; fue la primera del Ibex 35 en conseguirlo
La conclusión es que ahora mismo solo siete de las 35 firmas del Ibex van a adelantarse al objetivo 2050. Estas son Acciona, Aena, Bankinter, BBVA, Enagás, Mapfre y Santander (ver gráfico más arriba). "El impacto de cara a la inversión de no actuar sería significativo, ya que podría perderse un 5% del valor bursátil mundial [2,3 billones de dólares] de forma permanente por la revalorización de la política climática, con un impacto extremo en los beneficios de las empresas de determinados sectores", señalan desde Bank of America. "Sin embargo, las fuertes necesidades de inversión crearán oportunidades y esto es netamente positivo para sectores como utilities, industriales y energías renovables", agregan.
Acciona ha sido la primera compañía del Ibex 35 en declararse neutra en carbono. Lo hizo ya en 2016, cuando se firmó el Acuerdo de París, y lo hacen a través de la iniciativa de proyectos de reducción de gases invernadero y de la compensación de emisiones adquiriendo derechos en el mercado.
Las siguientes compañías en llegar a la neutralidad total fueron tres entidades bancarias, como son Santander, BBVA y Bankinter, que alcanzaron este objetivo el año pasado. Santander, por ejemplo, lo ha hecho a través de la compra de créditos de carbono generados por proyectos que o bien evitan emisiones (energías renovables) o bien captan gases ya emitidos (reforestación). Bankinter, por su parte, consiguió la neutralidad en España ya en 2018
Las siguientes firmas que alcanzarán la meta en esta carrera son Aena y Enagás. El gestor aeroportuario lo logrará para la mayor parte de sus instalaciones antes, en 2026 y tiene prevista una reducción del 94% de las emisiones por pasajero de cara a 2030.
En el caso de Enagás, hasta el pasado mes de marzo se conformaban con la fecha tope de 2050. Sin embargo, decidieron adelantar una década la consecución de la neutralidad total de emisiones y lo harán a través de 50 proyectos de eficiencia climática. El desarrollo de la tecnología del hidrógeno verde (utilización de energía renovable sobre el agua para separar las moléculas de hidrógeno y oxígeno y que "es la principal solución para descarbonizar los sectores más intensivos en energía, donde reducir estas emisiones es complicado de otra forma", apuntan desde Robeco. El hidrógeno, que no deja de ser un gas, necesita de la infraestructura de Enagás para poder ser transportado, ya que el resto de vías muestran más dificultades.
El dinero se dirige hacia el ESG
Los inversores miran actualmente hacia la inversión sostenible como no lo habían hecho antes. Si la pandemia de Covid-19 supuso un reto que pasará a la historia, el cambio climático es la montaña que es necesario escalar ahora. Y el papel de las finanzas sostenibles -cómo el inversor, en definitiva, puede contribuir a cambiar el mundo con su dinero-ha cobrado una gran importancia. En gran medida, por el papel que les ha otorgado la propia Comisión Europea, que les ha dedicado un Plan de Acción específico.
Los productos de inversión sostenibles van arañando cuota en España. De acuerdo con los datos difundidos por Vdos, el patrimonio en fondos nacionales que son sostenibles por folleto asciende a 45.719 millones de euros, el 14,4% del patrimonio total en fondos de inversión. El porcentaje es ligeramente más alto que el de cierre del pasado junio, cuando se situaba en el 13,7%. Por gestoras, Caixabank Asset Management es, de acuerdo con los datos de este proveedor, la líder por patrimonio, con 14.159 millones de euros, seguida de cerca por Kutxabank Gestión, con 14.041 millones. Entre las dos acaparan prácticamente el 62% del patrimonio en fondos responsables en este país. En tercer lugar se sitúa Santander AM, con 5.142 millones de euros.
Flujos mundiales
Si ampliamos el foco y miramos el mundo en su conjunto, datos recientes muestran cómo los flujos hacia fondos ESG globales prácticamente se duplicaron en medio año, hasta alcanzar los 3,9 billones de dólares al cierre de septiembre, de acuerdo con los registros de Morningstar. Este veloz crecimiento se debería "principalmente a las nuevas reglas de divulgación europeas", señalan los expertos de este proveedor de datos en su último informe de flujos a productos sostenibles, que recoge datos correspondientes a los nueve primeros meses de 2021.
"El nuevo lenguaje ambiental, social y relativo al gobierno corporativo que se ha añadido a los folletos de los fondos tras la introducción, el pasado marzo, del Reglamento Europeo de Divulgación de información relativa a la sostenibilidad (SFDR) ha provocado un aumento del número de productos incluidos en nuestro universo de fondos sostenibles", explican. Ese reglamento entró en vigor el pasado 10 de marzo, marcando un antes y un después para las gestoras.