Endesa asegura que la presión fiscal sobre la luz triplica la de los carburantes
- Endesa ha descontado del cálculo el mantenimiento de las carreteras
- Los impuestos ambientales bajaron en España un 1,7% en 2016
Tomás Díaz
Endesa sostiene que la presión fiscal sobre la electricidad triplica la de los carburantes. Las empresas petroleras defienden lo contrario: los impuestos son casi cuatro veces mayores en los carburantes que en la electricidad.
Endesa sostiene que la presión impositiva sobre el consumidor de electricidad es tres veces mayor que la existente sobre el conductor de un vehículo de combustión interna, si ambos casos se comparan "en igualdad de condiciones" y en una unidad energética común, como euros por tonelada equivalente de petróleo (tep).
Así lo comentó Juan María Moreno, director general Nuclear de Iberia de Endesa, durante su intervención en una jornada sobre la energía del átomo celebrada recientemente en el Congreso de los Diputados. Moreno no dudó en mostrar su sorpresa -"Helado me he quedado", confesó- porque creía lo contrario, que la presión fiscal es superior en los carburantes que en la electricidad.
La compañía eléctrica presidida por Borja Prado ha elaborado el cálculo, al que ha tenido acceso elEconomista, como parte de sus propuestas para la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética. El resultado es que en el año 2015, de cada tep eléctrica se recaudaban 906 euros, mientras que sólo se recaudaban 310 euros en cada tep de combustible fósil.
Cálculo muy particular
Los números de Endesa no son los habituales. Según explica la compañía, ha tenido en cuenta lo que considera "carga impositiva equivalente". En el caso del consumidor eléctrico ha incluido el IVA, el impuesto especial, las ayudas a las energías renovables y la cogeneración, las compensaciones extrapeninsulares y las anualidades del déficit. Y en el caso del conductor de un vehículo de combustión interna ha contabilizado el IVA, el impuesto especial, el de matriculación, el céntimo sanitario y ha descontado la inversión en carreteras.
La eléctrica explica que ha optado por hacer ese cálculo sui géneris porque el consumidor eléctrico paga en su factura el coste de la infraestructura de transporte y distribución, mientras que los carburantes no incorporan el coste asociado con el desarrollo y mantenimiento de la red pública de carreteras, que se sufraga con los Presupuestos Generales del Estado: "Así pues, al comparar la carga impositiva de la electricidad y la gasolina o el gasoil, es necesario deducir de la imposición a los combustibles los importes necesarios para mantener la red de carreteras".
A juicio de Endesa, la electricidad soporta cargos ajenos al suministro, derivados de actuaciones de política energética que deberían ser sufragados por los Presupuestos, como las renovables: como es mucho más difícil incorporarlas a los carburantes, el coste de alcanzar los objetivos ambientales recae en una mayor medida sobre los consumidores de electricidad.
Por lo tanto -prosigue- hay que "reequilibrar" la presión fiscal entre electricidad y combustibles "para reflejar su verdadero coste para la sociedad (incluidas externalidades)". ¿Cómo? Con una reforma fiscal que excluya de la tarifa eléctrica los cargos relacionados con decisiones de política energética: "Despenalizar la electricidad favorecerá la electrificación de la demanda y, por tanto, la penetración de renovables y la reducción de emisiones".
Plantea un nuevo fondo de 8.100 millones
Endesa propone crear un fondo estatal nutrido con lo recaudado en todos los sectores energéticos, en función de su impacto ambiental, que podría ascender a unos 8.100 millones de euros anuales.
Recibiría los ingresos asociados a la Ley 15/2012 -unos 2.400 millones-, los impuestos sobre los combustibles fósiles no sometidos al mercado de carbono comunitario -unos 750 millones-, lo obtenido de las subastas de emisiones de CO2 -alrededor de 450 millones- y, retomando una vieja idea, lo recaudado con un nuevo impuesto para repartir el coste de las renovables entre la electricidad y los combustibles en función del consumo final de energía y las emisiones contaminantes, que descargaría la tarifa eléctrica de unos 4.500 millones.
AOP: en los carburantes es cuatro veces mayor
La Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP) disiente absolutamente de los cálculos de Endesa. Tras ser consultada por elEconomista, ha hecho su propio análisis de las cargas fiscales sobre los combustibles de automoción y sobre la electricidad y el resultado es diametralmente opuesto al de la compañía eléctrica: los carburantes sufren una presión fiscal que casi multiplica por cuatro la de la electricidad: 457 euros por tep frente a 115 euros por tep.
En el caso de los carburantes, AOP ha tenido en cuenta el coste de la gasolina y del gasóleo considerado por el Ministerio de Energía el pasado octubre. Éste usa la media ponderada de las cotizaciones CIF Med (70%) y CIF NWE (30%); como costes de distribución incluye el de las estaciones de servicio y su transporte hasta ellas, las reservas estratégicas, los biocarburantes y la aportación al Fondo Nacional de Eficiencia Energética desde julio de 2014.
En el caso de la electricidad, AOP ha usado la factura de un hogar con una potencia contratada de 5,5 kW y un consumo de 556 kWh. Así, ha incluido en el cálculo el coste de producción, los incentivos a las energías renovables y otros costes.
En ambos casos les ha aplicado los impuestos especiales y el IVA.
Teniendo en cuenta esas variables, en un litro de gasolina (1,21 euros por litro) el coste del combustible es el 30%, la distribución es el 14% y los impuestos el 54%. En un litro gasóleo A (1,11 euros por litro), el coste del combustible representa el 35%, la distribución es el 14% y los impuestos el 49%.
Y en la factura eléctrica referida (0,25 céntimos de euros por kWh) el coste de la electricidad representa el 64%, el coste de distribución es el 15% y los impuestos son el 22%.
AOP también ha realizado la comparativa entre la imposición de los carburantes y la electricidad en euros por kWh: sobre la electricidad recaen 0,991 céntimos, mientras que sobre los carburantes recaen 3,93 céntimos.
La fiscalidad energética bajó un 1,7% en 2016
Los impuestos que recaen sobre la energía recaudaron el año pasado 17.130 millones de euros, un 1,7% menos que en el ejercicio precedente, según los datos publicados la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los impuestos sobre la energía son los más releventes de la fiscalidad ambiental, en la que se incluyen también los impuestos sobre el transporte -sin atender a la energía que consume- y los impuestos sobre la contaminación y los recursos.
En 2016, los impuestos sobre la energía representaron el 83% de toda la fiscalidad ambiental, que ascendió a 20.640 millones. A su vez, la fiscalidad ambiental alcanzó el 8,4% de todos los impuestos que gravan la economía española, dos décimas menos que en 2015.
España ha subido peldaños en la escala de la presión fiscal ambiental en la UE, pero sigue estando por debajo de la media. Según Eurostat, aquí representó el 6% de la presión fiscal en 2015, frente a una media europea del 6,3%.
En el caso de la presión sobre la energía, en España ascendió a 209 euros por tep, frente a una media comunitaria de 233 euros por tep. Dinamarca impuso la mayor presión, con 409 euros por tep, e Islandia la menor, con 44 euros por tep.