Energía

El Gobierno inicia la primera fase para la instalación del 'cementerio nuclear'

  • El Ejecutivo ha diseñado ocho etapas para la construcción del almacén geológico profundo
  • Enresa contrata a Amphos 21 Consulting para llevar a cabo un análisis global de la situación
  • El CSN autoriza los contenedores para almacenar los residuos de las centrales
La central nuclear de Almaraz

Rubén Esteller

La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) ha iniciado después de casi treinta años de parón el desarrollo del Almacén Geológico Profundo, una suerte de 'cementerio nuclear' que albergará el combustible de las centrales nucleares españolas.

Tal y como adelantó elEconomista.es, la intención de Enresa era retomar durante este ejercicio las etapas para la construcción de esta instalación tras el cese de este proyecto en 1996 después de casi once años de estudios.

Enresa se ha puesto manos a la obra y ha iniciado ya la primera etapa de este ambicioso proyecto. Para ello, la compañía que preside Olga García, ha adjudicado un contrato a la consultora especializada Amphos 21 Consulting para la elaboración de la primera, de las ocho etapas en las que se divide la puesta en marcha de la instalación cuya vida se extenderá hasta el año 2100.

La primera fase consiste en la actualización del conocimiento. Enresa recopilará hasta finales de este años las tecnologías disponibles, revisará la información técnica existente y evaluará el plan de I+D. Al final de esta fase, se elaborará un informe base y se planteará un marco legislativo para el programa.

A partir de este punto, ya desde el año que viene, el balón pasará a manos del Gobierno puesto que se tendrá que desarrollar la preparación del marco legislativo, que se espera que se produzca entre los años 2026 y 2028.

El Gobierno definirá el marco legal para el proceso de selección del emplazamiento. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) evaluará la documentación técnica preliminar y se fijarán los límites para el diseño del futuro AGP.

Entre 2029 y 2032 se llevará a cabo la tercera fase, que consiste en la identificación de emplazamientos. Se aplicará el proceso de selección legalmente establecido para identificar las posibles ubicaciones. Se elaborará un inventario de sitios candidatos y se actualizará la documentación técnica.

A partir de ese momento, se entrará en una de las fases más importantes, ya que se tendrá que llevar a cabo el análisis pormenorizado de las posibles ubicaciones, un extremo que está previsto para los años 2033 a 2039. Se realizará la caracterización preliminar de los emplazamientos con estudios geológicos y geofísicos. Se seleccionará la ubicación definitiva y se presentará al CSN el plan detallado de caracterización y el proyecto de laboratorio subterráneo.

Una vez decidida la ubicación arrancará la quinta etapa con el llamado licenciamiento de la instalación, entre los años 2040 a 2059. Se construirá un laboratorio subterráneo y se verificará la idoneidad del emplazamiento. Se diseñará la instalación, se elaborarán los documentos para las autorizaciones y se completará la evaluación ambiental. Esta fase durará casi 20 años y ya mira con gran interés los proyectos que se están llevando a cabo en el mundo, pero principalmente el de Cigeo en Francia que está siendo adoptado por Enresa como un modelo de referencia.

Con las autorizaciones concedidas, comenzará la construcción del AGP entre los años 2060 y 2071. Se instalarán los equipos y, opcionalmente, una instalación piloto. Se preparará la documentación para la autorización de explotación, que supone el último permiso necesario para la puesta en marcha de esta planta.Tras obtener la autorización de explotación, comenzará el almacenamiento de combustible gastado y residuos de alta actividad, iniciando una fase de pruebas entre los años 2072 y 2073.

Desde ese momento, comenzarán los traslados de los residuos nucleares hasta el AGP dentro de su Operación normal, que se prolongará hasta su llenado definitivo en el año 2100. A partir de ese momento se procederá al sellado definitivo, tras lo cual se mantendrá en vigilancia institucional con posibilidad de reapertura si la tecnología futura lo permite tanto para poder aprovechar el combustible existente como para poder reciclarlo.

Antes de llegar a esta instalación, y dentro del calendario de desmantelamiento previsto hasta el año 2035, las centrales nucleares están construyendo ya sus almacenes temporales para albergar el combustible nuclear hasta el arranque del AGP.

Esta misma semana, el Consejo de Seguridad Nuclear ha dado un paso importante para poder preparar el cierre de las centrales.

El organismo que preside Juan Carlos Lentijo, ha informado favorablemente, con límites y condiciones, la solicitud presentada por la Enresa correspondiente al diseño del contenedor HI-STORM FW Versión G, para el almacenamiento temporal del combustible nuclear gastado de las dos unidades de las centrales nucleares de Almaraz y Ascó; y de Cofrentes y Vandellós II.

El mencionado contenedor está diseñado para albergar de forma segura el combustible nuclear gastado de los reactores de agua a presión (PWR) y de agua en ebullición (BWR). En el caso de los PWR, el contenedor podrá alojar 37 elementos combustibles, mientras que, para los BWR, el diseño permite almacenar 89 unidades de dichos elementos.

En la misma línea, Enresa ha cerrado ya el plazo para recibir propuestas para el diseño del plan de desmantelamiento de la central de Almaraz.

La compañía amplió hasta el 18 de julio la posibilidad de recibir ofertas para un trabajo que se espera que dure hasta el año 2030 y para el que la compañía asegura que no tiene recursos internos suficientes para llevarlo a cabo, un extremo que esperan resolver en los próximos años casi duplicando la plantilla de la empresa estatal.