Energía
Enresa necesita casi duplicar su plantilla para atender el plan de cierre nuclear
- Buscará 473 contrataciones para cumplir con el Plan de residuos del Gobierno
- La compañía debe afrontar además un proceso de renovación generacional
Rubén Esteller
La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) se prepara para afrontar una transformación histórica en su estructura operativa. Según la planificación derivada del Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos, la compañía pública prevé incorporar hasta 473 nuevos efectivos en su Dirección Técnica, lo que supone casi duplicar su actual plantilla en este departamento, que a día de hoy asciende a 256 profesionales.
Este crecimiento se enmarca en la necesidad de dar respuesta al desmantelamiento programado de las centrales nucleares, la gestión de los almacenes temporales y, especialmente, la puesta en marcha del almacén geológico profundo (AGP), que deberá albergar de forma definitiva los residuos de alta actividad.
En total, Enresa cuenta con 380 trabajadores, frente a los 319 registrados a cierre de 2020. El incremento se ha producido a pesar de las rigideces del régimen de contratación del sector público, sujeto a las limitaciones anuales de la Ley de Presupuestos Generales del Estado. Enresa ha recurrido a mecanismos extraordinarios previstos en la normativa -como disposiciones adicionales específicas para empresas estratégicas- para justificar la ampliación de efectivos ante la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos.
De los nuevos puestos previstos, 35 corresponderán a cada central nuclear con un solo reactor en proceso de desmantelamiento, a los que se sumarán 15 adicionales en el caso de instalaciones con dos reactores. Además, se estima la incorporación de 12 personas por cada Almacén Temporal Descentralizado (ATD) y de otras 125 para el AGP. El plan contempla también tres nuevas plazas por cada desmantelamiento vinculado a El Cabril, el centro de almacenamiento de residuos de baja y media actividad.
El crecimiento no solo es cuantitativo, sino también cualitativo. La plantilla de Enresa se caracteriza por su alta estabilidad -con bajas mínimas y casi siempre por jubilación- y por su elevado nivel de cualificación técnica. La compañía explica los desafíos operativos que suponen las limitaciones normativas en la contratación y las particularidades del mercado laboral: perfiles técnicos altamente especializados, zonas geográficas poco atractivas y largos periodos de formación, especialmente para aquellos puestos que requieren licencias específicas.
Además, Enresa deberá simultanear este refuerzo extraordinario con los procesos ordinarios de reposición derivados de la jubilación del personal nacido en la época del baby boom, que se producirá en los próximos años.