Energía

Enresa prepara una gran transformación para afrontar el desmantelamiento nuclear

  • La compañía quiere acelerar el ritmo de contrataciones para superar el pico de trabajo
Olga García, presidenta de Enresa

Rubén Esteller

Enresa se prepara para dar un salto en tamaño y en capacidades para afrontar el apagón nuclear. Según explicó ayer su presidenta, Olga García, tras la aprobación en diciembre de 2023 del Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos, se ha producido un punto de inflexión. Este programa obliga a la compañía a adaptarse internamente.

"Enresa no será la misma en poco tiempo", subrayó, "porque emprende un camino, no exento de dificultades, pero para el que está preparada porque cuenta con un excelente nivel de profesionalidad y responsabilidad", indicó García.

La presidenta explicó que "debemos redimensionar nuestros equipos, reorganizar nuestras estructuras, desarrollar nuevos métodos de trabajo y garantizar la mejor coordinación posible con todos los actores implicados" y destacó la importancia de la transferencia de conocimiento y la formación continua.

"Nuestra experiencia es amplia y se ha forjado en proyectos emblemáticos: la fábrica de uranio de Andújar, el desmantelamiento de la central de Vandellós I -cuyas fases 1 y 2 ya hemos completado con éxito-, el proyecto Pimic o el actual desmantelamiento de la central José Cabrera, primer desmantelamiento completo de una central comercial en España", explicó.

Recientemente, Enresa ha iniciado también los trabajos en la central de Santa María de Garoña, otro hito en su trayectoria.

Para la presidenta de Enresa, el Séptimo Plan marca una hoja de ruta que incluye desmantelamientos, nuevos almacenes, el AGP (Almacén Geológico Profundo), la ampliación del almacenamiento en El Cabril y mejoras en los sistemas de transporte.

Por ello, insiste en que este escenario requiere una empresa moderna, ágil y con visión de largo plazo para lo que incide en que Enresa está preparada para afrontarlo gracias al altísimo nivel profesional y de compromiso de su plantilla.

La presidenta -que no se refirió a las demandas presentadas por Endesa e Iberdrola- lanzó, eso sí, un mensaje claro sobre el sentido público de la misión de Enresa, que nunca debe perder el enfoque de defensa del interés general. Este carácter público se refleja en muchos aspectos, desde la sujeción a la normativa hasta los procedimientos de contratación. Por ejemplo, en Garoña estamos gestionando 90 contratos por más de 235 millones. En el caso de la fase final del desmantelamiento de la central José Cabrera, hay vigentes 57 contratos que superan los 50 millones. Y en el centro de almacenamiento de El Cabril, gestionamos contratos de ingeniería por casi 86 millones, con la participación de 29 contratistas distintos. La presidenta explicó que la intención es reforzar la compañía con perfiles técnicos formados por la propia compañía para acometer los desmantelamientos.

La Abogacía del Estado defenderá a Enresa de las eléctricas

El Ministerio de Transición Ecológica salió ayer al paso sobre la demanda presentada por Endesa por daños y perjuicios por el incremento de la tasa que financia la gestión de residuos radiactivos y el desmantelamiento de las centrales nucleares, la denominada 'tasa Enresa'.

El Gobierno asegura que ha encargado su defensa a la Abogacía del Estado en este caso. Fuentes consultadas aseguran que este departamento considera que la subida es incluso menor a lo que supondría una actualización de precios de la gestión de residuos.