Energía
El nuevo decreto sobre aves amenaza la expansión de la eólica
- Desde el sector eólico estiman que 500 paradas anuales en el 10% de los aerogeneradores supondría un coste de 104 millones de euros al año
- La aprobación del nuevo RD también pondría en riesgo la viabilidad de nuevos proyectos y el cumplimiento de los objetivos climáticos
Concha Raso
Al sector eólico se le ha abierto un nuevo frente. El nuevo borrador de Real Decreto presentado por el Ministerio para la Transición Ecológica para reforzar la protección de la avifauna en torno a las instalaciones eólicas, ha desatado una fuerte preocupación en la industria. Si bien el objetivo ambiental es compartido, las medidas contempladas podrían generar efectos no deseados sobre la operatividad de los parques eólicos.
Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático en la Asociación Empresarial Eólica (AEE), advierte de que el texto propuesto también podría tener consecuencias económicas muy serias. "El proyecto de RD es mejorable, sobre todo porque las medidas que se proponen son demasiado generales. Muchas de ellas quedan abiertas a posteriores desarrollos reglamentarios y afectan por igual al funcionamiento de todas las instalaciones eólicas, incluidas las ya existentes". De salir adelante la normativa, tal y como está contemplada, "se pondría en peligro la inversión en nuevos proyectos y el cumplimiento de los objetivos españoles de renovables y cambio climático para 2030", señala Willstedt.
Uno de los puntos más controvertidos es la obligación de instalar, en los proyectos eólicos autorizados después de la entrada en vigor del RD, sistemas automáticos (o manuales) que paren los aerogeneradores cuando se detecten trayectorias de vuelo peligrosas.
El problema, según Willstedt, "es que esta tecnología aún es inmadura y propensa a fallos. Si por cada ave que se acerque, ya mida 8 ó 100 cm de envergadura, se activa una señal de parada, el sistema puede volverse loco. Estamos hablando de hasta 304 especies contempladas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE). Esto podría disparar las paradas aleatorias en el sistema eléctrico por toda España, un sistema donde el 25% de la electricidad proviene del viento, además de crear una inseguridad jurídica muy seria en un sector que realiza inversiones a 30 años".
Graves consecuencias
Las consecuencias económicas no son menores. Según Willstedt, "se estima que 500 paradas anuales en solo el 10% de los aerogeneradores supondrían un coste de 104 millones de euros al año por incremento del coste de la electricidad, mayores emisiones de CO2 y la compra de más gas importado para sustituir la generación eólica. Si se extrapola a todos los parques eólicos del país, con unas 3.000 paradas anuales por aerogenerador, el impacto podría superar los 3.400 millones para la economía española". Esta circunstancia, añade el director de Política Energética de AEE, "incluye pérdidas económicas para las empresas y mayores costes eléctricos para los ciudadanos al tener que sustituir energía renovable por gas".
Otro punto alarmante del borrador es la posible paralización o incluso desmantelamiento de aerogeneradores en caso de producirse tres colisiones con aves protegidas en un periodo de cinco años. "Nosotros no decimos que no se tomen medidas; de hecho, ya se establecen medidas preventivas, correctoras y compensatorias en los permisos medioambientales de los parques eólicos, pero desmantelar un aerogenerador implica perder energía limpia, ingresos municipales, empleo y pagar más por la electricidad. ¿Se ha calculado realmente el coste social y económico de esto en los 30 años de vida de la instalación?", plantea Willstedt. "Solo en lucro cesante, retirar un aerogenerador de 5 MW de potencia le puede costar unos 22 millones de euros al promotor. Por otro lado, el impacto total para la sociedad, incluyendo el coste del gas importado y la pérdida de ingresos fiscales, muchos de ellos a nivel local, se estima en más de 50 millones por unidad", afirma.
Con el objetivo de paliar estos efectos, desde el sector proponen alternativas más constructivas, como planes de reposición de especies o inversiones en hábitats de conservación alejados de los parques. "No tiene ningún sentido destruir actividad económica en la España vaciada cuando podemos invertir en mejorar la biodiversidad. Si tenemos que desmontar un aerogenerador a partir de tres colisiones, lo único que ganas son tres aves accidentadas, cuando la mejor solución sería reponer dichas especies y mejorar los hábitats".
La incertidumbre regulatoria también amenaza la financiación de nuevos proyectos. "A nosotros nos consta que algunas empresas han recibido negativas por parte de bancos para financiar sus proyectos eólicos por la imposibilidad de estimar con precisión cuántas paradas pueden llegar a tener al año", afirma Willstedt. "El problema es que nadie puede predecir cuántas aves van a migrar a una zona en concreto. Y si no puedes estimar las paradas, no puedes calcular los ingresos y la rentabilidad, por tanto, no hay inversión", añade el representante de la AEE.
La nueva normativa también afectaría a las repotenciaciones, que ya de por sí deben someterse a Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) más estrictas que hace dos décadas, lo que incrementa aún más los costes y las barreras.
En este contexto, el sector pide una regulación más flexible, que contemple salvaguardas, rangos de aplicación realistas y diálogo entre las partes interesadas. "Si ocurre algo que no se puede prever, debe haber una solución. La naturaleza es impredecible. El invierno pasado, por ejemplo, llegaron 10.000 milanos reales a Castilla y León que no estaban antes. ¿Qué puede hacer un parque si le llegan esas aves y colisionan dos?"
Pese a las críticas, el sector eólico no niega el impacto que sus infraestructuras pueden tener sobre la fauna. "No decimos que la eólica no sea un problema para algunas especies, pero también ha sido una oportunidad para mejorar la situación de especies emblemáticas. Gracias a su presencia se han financiado estudios, anillado de aves y conservación de especies como el águila imperial o el quebrantahuesos."
La industria reclama sensatez y colaboración: "Queremos seguir luchando contra el cambio climático y proteger la biodiversidad, pero no podemos permitir que una causa justa destruya otra. Necesitamos equilibrio. Si el Real Decreto sale adelante tal y como está, el golpe puede ser muy serio para un sector estratégico en la transición energética".
18 millones de aves mueren al impactar con aerogeneradores
Más de la mitad de las muertes no naturales de aves en España están relacionadas con las infraestructuras eléctricas y eólicas, según el último informe de SEO/BirdLife. En 2023, el 49,31% de las muertes se produjeron por electrocución (10,63%), colisión con tendidos eléctricos (38,68%) e impacto con aerogeneradores (4,6%). La colisión con líneas eléctricas muestra una tendencia ascendente desde 2008. El impacto de los parques eólicos es significativo, con estimaciones de hasta 18 millones de aves muertas al año, cifra que podría haber aumentado con el crecimiento del 30% en el número de aerogeneradores desde 2011. Casos como el de La Alfranca (Zaragoza) o Tarifa muestran un aumento preocupante en especies amenazadas como el milano real, el cernícalo primilla o el buitre leonado. Juan Carlos Atienza, jefe de la Unidad de Incidencia para la Transición Verde de SEO/BirdLife, reclama "una reforma urgente del RD 1432/2008, ya obsoleto, para incorporar tecnologías más efectivas, ampliar su aplicación a todo el territorio y evitar nuevas instalaciones en zonas de alta sensibilidad". Atienza propone "mesas de trabajo con administraciones, empresas y expertos para diseñar soluciones consensuadas que garanticen la protección de la biodiversidad".