Golmayo: "Es curioso, no sabemos qué causó el apagón pero sí que las renovables no tienen la culpa"
- "Tenemos una red para el siglo XX, no para el XXI y las inversiones se están retrasando"
- "Cuando se subvencionó la gasolina en la guerra de Ucrania no vi manifestaciones de ecologistas"
- Acaba de publicar "La fiebre del oro verde"
Rubén Esteller
Miguel Golmayo, Capitán de Navío de la Armada Española, es ex consejero de defensa de la OSCE y experto en energía e inteligencia militar. Acaba de publicar "La fiebre del oro verde".
El Gobierno apunta a una sobretensión para explicar el apagón. ¿Es necesario revisar la transición energética como defiende en su libro?
En toda esta situación creo que hay dos defectos. Uno, que es un poco acelerada; y otro, que es un poco descabezada. Entonces, la suma de la aceleración y hacerlo sin mucho sentido común son dos cosas negativas que más que sumarse, se multiplican. Y eso es malísimo.
¿El apagón supone una llamada de atención?
Hace aproximadamente cuatro años, el jefe del Estado Mayor de la Defensa austríaca dijo que había que estar preparado para un gran apagón. Él lo refirió un poco a la guerra de Ucrania y a una dependencia exagerada, energéticamente hablando, de Rusia. Pero ya dijo que no solo se refería a Austria, se refería a Europa. Hay que estar preparado para un gran apagón. La gente se olvidó de aquello, y no solo se olvidó, sino que cuando lo dijo, la gente se rió. Y fíjate tú, de las risas a lo que hemos pasado.
¿Podemos identificar una causa del apagón o es más complejo?
Hay que seguir un poco lo que llaman algunos la teoría del queso de gruyere. Es decir, ¿hay una sola causa? No. Hay muchos agujeros y el problema es que la capa que separa los agujeros desaparece y entonces se hace un agujero muy grande. En cuanto tienes un agujero muy grande, es cuando viene el apagón o los grandes problemas.
Buscar una única causa es difícil. La red eléctrica nacional -que algunos la consideraban la mejor del mundo antes del apagón y después del apagón también, lo cual es sorprendente- está un poco anticuada. Es una red diseñada para el siglo XX, no para el XXI. Tiene grandes proyectos de modernización, pero las inversiones se retrasan. Y, sin embargo, grandes instalaciones solares y eólicas se van metiendo en la red. Hay un cierto desfase.
¿Se ha descuidado la estabilidad con esta integración de renovables?
Hemos querido que las energías solar y eólica sean baratas, y al final lo barato sale caro. Se ha hablado mucho sobre si son energías más o menos inestables. Es cierto que son mucho más inestables que aquellas que tienen, por decirlo de alguna manera, un volante de inercia, que es lo que estabiliza la red.
Pero tanto la solar como la eólica se pueden hacer estables. Solo que eso es caro. Entonces, ¿qué pasa? Que, con la idea de que sea barato, no se les ha exigido que estabilicen su energía, porque encarecería mucho el producto.
¿Un 70% de las plantas están preparadas pero no pudieron actuar por falta de normativa?
Efectivamente. Es lo mismo que pasa con quienes quieren poner cientos o miles de cargadores de vehículos por España, y la normativa no les deja. Hay un parón burocrático, como el que sufre Red Eléctrica. Si lees sus planes de modernización, son bastante sensatos. Y te preguntas: ¿a qué están esperando? Lo que esperan es financiación y autorización. El papel lo aguanta todo. Tenemos cosas muy buenas, pero si no las arrancas, pasa lo que pasa. Si metes una cantidad de energía inestable pequeña, el sistema la asume. Pero si metes mucha, el sistema no lo soporta. Es así de sencillo.
De hecho, hay muchos sitios que no autorizan más de un 50% de energía solar o eólica precisamente para no crear una inestabilidad inaceptable. Siempre estás asumiendo riesgos. Puedes asumir hasta el nivel que consideres oportuno. Cuanto más riesgo, más probabilidad de que salga mal. Y aquí salió francamente mal.
¿Existen límites legales?
Sí. Si miras la legislación, en las Islas Baleares, por ejemplo, está limitado, precisamente para que no tengas este problema.
¿Ahí influye que están aisladas?
Es como la Península Ibérica: estamos energéticamente aislados. Tenemos una pequeña conexión con Marruecos y con Francia, que gracias a Dios nos sacaron al principio las castañas del fuego para reiniciar la red. Curiosamente, Francia, cuya electricidad es prácticamente toda nuclear, y Marruecos, que produce casi todo quemando carbón. Pero eso se olvidó decirlo.
¿Qué opina de que el Gobierno mantenga la hipótesis del ciberataque?
Los ciberataques se pueden producir, pero en este caso Red Eléctrica dijo a las 24 horas que no fue un ciberataque. Francamente, me parece asombroso que hayan pasado más de tres semanas y todavía no sepamos la causa. Es curioso que no sabemos qué fue, pero sí sabemos lo que no fue. Y que las renovables no tienen la culpa.
Vale, ¿y cuál fue el motivo?
No lo sabemos, pero aseguran que no volverá a pasar. Hombre, si no sabes qué ha pasado, decir que no se repetirá es casi una temeridad. La presidenta de Red Eléctrica también aseguró que teníamos la mejor red del mundo. Y tras el apagón, seguimos teniendo la mejor red del mundo. Pues qué pena me da el resto del mundo.
¿Vamos a un enfriamiento de la 'fiebre del oro verde'?
Lo primero es definir qué incluimos en la "fiebre del oro verde". En España, por ejemplo, la nuclear no es verde, sino negra cetrina. Pero el otro día leía que los daneses, viendo lo que ha pasado aquí, decían: "Nos vamos a pasar a la energía nuclear, sí, gracias." Si consideramos la nuclear como verde, y si vamos más despacio y lo hacemos mejor, probablemente se frenen las inversiones. Pero hay que hacer inversiones más serias. Y la legislación tiene que acompañar. El legislador se tiene que poner las pilas porque la industria va a una velocidad y el legislador a otra.
¿Qué falla exactamente?
Los plazos para instalar centrales solares, eólicas o incluso minas para tierras raras son astronómicos. El legislador y la industria no van al mismo ritmo. No hay sintonía. El inversor irá donde haya mayor rentabilidad y menos dificultades. En energías verdes, Europa sigue a la cabeza, pero hay que mirar las condiciones. Por ejemplo, los paneles solares los montamos aquí, pero todo viene de China, el marco de aluminio y la base. Lo que da un beneficio escaso. La energía solar es barata porque está hiper subvencionada: se subvencionan los componentes, la instalación y la producción.
¿Esta distorsión se refleja también en otras tecnologías, como el coche eléctrico?
Por supuesto. Mucha gente me pregunta qué es más caro: 1 km en coche eléctrico o 1 km en coche de gasolina. Pero no se pueden comparar. En la gasolina, más del 50% son impuestos. En el coche eléctrico, el impuesto es del 21%, pero si sube la luz, se baja al 10%.
Estamos comparando churras con merinas. Si a eso sumamos que ahora ya no hay ayudas para instalar placas solares en hogares, las instalaciones han caído en picado.
¿Qué papel juegan las subvenciones en las decisiones de inversión?
Un amigo del sector me dijo: "Miguel, no seas idiota. Nosotros buscamos lo que tiene más subvención." Lo mejor del mundo puede ser la fotovoltaica, con un 35% de subvención. Pero si la eólica marina tiene un 80%, pues apuesto por ella. El inversor no siempre busca lo más eficiente energéticamente, sino lo que le da más retorno vía ayudas.
¿Faltan estudios serios y una planificación equilibrada?
Absolutamente. Hace falta que todas las inversiones vayan al mismo ritmo: red eléctrica, solar, eólica, nuclear, etc. Recuerda la tormenta Filomena. Todos pudimos encender la luz porque teníamos ciclos combinados. Con Filomena, la solar era cero y la eólica, prácticamente cero.
La solar y la eólica son baratas cuando funcionan. Pero cuando no lo hacen, necesitas tener un sistema duplicado. Y quien tiene una central parada once meses al año, te cobra los doce. No son una ONG.
¿Los precios negativos de la electricidad son reales o engañosos?
No lo son para el consumidor. A ti no te la dan gratis. Lo aprovecha la distribuidora. El productor que no cobra durante tres horas, te lo carga en las tres anteriores y las tres posteriores. Y así, el precio medio del día puede salir más caro, aunque haya habido horas a precio negativo.
¿Hay posibilidad real de una fiscalidad energética común en Europa?
No. Se intentó con el Fit for 55, pero se necesita unanimidad y no se logró. Cada país tiene su situación: en Francia la gasolina paga más del 60% de impuestos, en Polonia queman carbón barato. Buscar una solución común es prácticamente imposible.
¿Es viable el hidrógeno verde?
Es carísimo. Se está impulsando con subvenciones brutales. Y no estoy en contra de las subvenciones para arrancar. Pero muchas de las cosas que se están subvencionando nunca serán rentables.
Por ejemplo, los biocombustibles en EE. UU. a 17,6 dólares el litro. A ese precio, acabamos todos en bicicleta. El litro de gasolina hoy cuesta 1,6 euros. Y aunque pongas impuestos a los hidrocarburos, no hay manera.
¿Qué lectura hacen los grandes inversores internacionales?
Las inversiones en petróleo y gas se frenaron entre 2017 y 2020, pero desde 2021 se han disparado. BlackRock ha vuelto al gas y al petróleo. Las petroleras como BP están haciendo un giro estratégico. Los fondos activistas lo saben: están regresando a lo fósil.
¿Se sobreestima el potencial eléctrico frente al consumo energético total?
Se habla mucho del mix energético, pero la realidad es que el 75% de la energía que se consume en España no es eléctrica. Y en el mundo, el 80% de la energía sigue viniendo de hidrocarburos. La electrificación como solución es parcial y lejana.
¿Los objetivos climáticos de 2040 o 2050 son alcanzables?
No se van a cumplir. Europa va a toda velocidad, mientras el Tercer Mundo no puede ir al mismo ritmo. No le puedes decir a la India que se industrialice con energías caras. Ellos contestan: "Págamelo tú." Y si no, queman carbón.
¿Hay una hipocresía estructural en Occidente?
Sí. Se llenan la boca con la ecología, pero en Semana Santa hay 25 millones de coches en circulación. Y en verano, 50 millones. En la última COP, todos llegaron en jets privados. No vi a nadie llegar en camello. Y cuando se subvencionó la gasolina tras la guerra de Ucrania, no hubo manifestaciones ecologistas. Nadie se quejó.
¿Hay una lucha geopolítica detrás del discurso verde?
Total. Controlar la energía es tener poder. El gas, el petróleo, el carbón... son armas. Ahora, el objetivo es controlar las tierras raras. China lo ha entendido y quiere ser energéticamente independiente. Y quiere el mango de la sartén.
¿Qué puede hacer Europa ante eso?
Poco. Con el Global Gateway intentamos algo, pero no explotamos nuestros propios recursos. Tenemos uranio, tierras raras, materiales críticos... pero la legislación lo impide. En España, incluso está prohibido por ley extraer uranio. Nos quejamos de no tener recursos, pero no queremos explotarlos. Seguiremos siendo dependientes. Y los chinos, mientras, se quedan con el poder.