Goldman Sachs fija en el 7,3% la tasa para incentivar las redes eléctricas en España
- Los analistas consideran que cualquier cifra inferior puede afectar al nivel de inversiones
Rubén Esteller
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se enfrenta este año a una de las decisiones más relevantes para el futuro del sistema eléctrico español: la definición de la rentabilidad regulada para el próximo periodo regulatorio (2026-2031). Esta tasa determina el incentivo económico que recibirán las empresas de distribución y transporte de electricidad por las inversiones realizadas en la red, y condiciona directamente el volumen de capital que estas estarán dispuestas a desplegar en los próximos años.
Según un análisis de Goldman Sachs, el retorno permitido en España -actualmente fijado en un 5,6% nominal antes de impuestos- se encuentra entre los más bajos de Europa. La firma estima que, en línea con los tipos actuales del mercado y con una actualización realista de las condiciones de financiación, la CNMC debería situar el nuevo retorno en torno al 7,3% para preservar el atractivo inversor del sector y garantizar el despliegue de redes que exige la electrificación.
El informe parte de un escenario base en el que el tipo libre de riesgo en España ronda el 3,25%, y añade una prima de 50 puntos básicos para compensar el desfase temporal en la remuneración de inversiones -que, en España, se produce con hasta dos años de retraso-. Esta combinación permitiría elevar el retorno "efectivo" hasta el entorno del 7,3%.
La cifra contrasta con el nivel planteado por la CNMC -un 6,5%-, que supondría una señal negativa para los inversores.
Según Goldman Sachs, esta diferencia podría parecer menor desde una óptica financiera inmediata, pero implicaría una fuerte penalización en los múltiplos de valoración a medio plazo y una rebaja generalizada en las expectativas de crecimiento orgánico y capex regulado.
La comparación con otros marcos regulatorios refuerza la tesis de que el retorno español debería ajustarse al alza. En Italia, por ejemplo, los retornos nominales para redes superan el 7,4% y las inversiones se remuneran desde el momento en que se realizan. Además, los esquemas italianos incluyen incentivos adicionales por eficiencia que elevan aún más el retorno efectivo, ampliando la brecha con España.
En este contexto, una revisión conservadora en España no solo impactaría a las compañías, sino que podría poner en entredicho el cumplimiento de los objetivos climáticos nacionales y europeos.
Una hipotética rebaja de 50 puntos básicos respecto a las expectativas tendría un impacto contenido en beneficios a corto plazo, salvo en el caso de Redeia (antigua Red Eléctrica), cuya actividad depende en más de un 95% de los ingresos regulados en España. Goldman Sachs estima que una reducción de este tipo implicaría un recorte del 6% en su beneficio por acción (BPA) para 2026.
La presidenta de la CNMC, Cani Fernández, aseguró ayer en el Congreso que la retribución de las redes se incrementa con la propuesta planteada y recordó que su misión es balancear la necesidad de nuevas redes con el coste económico que supone para los consumidores construirlas.
Las eléctricas aseguran que el aumento de demanda es capaz de reducir el coste de las nuevas inversiones gracias al proceso de electrificación de la economía.