El apagón dispara las alarmas en Bruselas por la fragilidad de la red
- Un informe del Parlamento Europeo pide medidas inmediatas
Rubén Esteller
El apagón que dejó sin suministro eléctrico a amplias zonas de España, Portugal y el sur de Francia el pasado 28 de abril de 2025 ha sido un catalizador político en Bruselas. La crisis energética ha servido para subrayar la urgente necesidad de modernizar y reforzar las redes eléctricas europeas.
En un informe visto ayer en el Parlamento Europeo se reconoce expresamente que la interrupción sufrida en la Península Ibérica evidencia "la importancia de contar con una red eléctrica mantenida, protegida y equilibrada en todo momento" y pide medidas inmediatas para reforzar la resiliencia del sistema eléctrico continental.
"El sistema actual fue diseñado para un modelo centralizado y fósil del siglo XX, no para una economía electrificada y digitalizada que depende en creciente medida de energías renovables intermitentes", alertan los eurodiputados. El apagón ibérico ha puesto de manifiesto fallos estructurales en la planificación y la capacidad de interconexión.
Según el informe parlamentario, más del 40 % de las redes de distribución en la UE tienen más de 40 años, lo que limita su capacidad para integrar generación renovable distribuida y gestionar la demanda de forma flexible. El documento reclama inversiones de hasta 584.000 millones de euros en redes eléctricas hasta 2030, de los cuales entre 375.000 y 425.000 millones deben destinarse a distribución.
Una de las principales preocupaciones recogidas en el informe es la existencia de cuellos de botella estructurales y la falta de interconexiones robustas entre regiones con características climáticas y de producción energética diferentes. "En unas zonas se produce un exceso de renovables que debe limitarse administrativamente, mientras otras sufren escasez y precios altos", advierte el Parlamento.
El caso de la península ibérica es paradigmático. A pesar de contar con una de las mayores cuotas de producción renovable de Europa, la limitada capacidad de evacuación y conexión con el resto del continente reduce su margen de maniobra y aumenta su exposición a interrupciones del servicio.