Energía

Bruselas puntuará la reparabilidad de los electrodomésticos

  • Los nuevos requisitos de ecodiseño europeos contemplan implantar un sistema de puntos para evaluar el potencial y la facilidad con la que se puede reparar un aparato
  • La normativa pretende mejorar el rendimiento de los productos relacionados con la energía.
  • Contenido publicado en la revista Agua y Medio Ambiente
Las normas de diseño ecológico han permitido reducir un 10% el consumo energético anual

Inés Oria

Menos gasto energético, más eficiencia en el uso de los recursos, ahorro de costes y reducción del impacto ambiental. Estos son algunos de los beneficios que ofrece el ecodiseño, una tendencia que se impone con fuerza en el desarrollo productivo para crear productos duraderos, seguros y reciclables minimizando la huella de carbono a lo largo de todo el ciclo de vida, desde la concepción hasta desde su diseño hasta la producción, utilización y retirada.

De hecho, numerosos estudios demuestran que un producto desarrollado bajo estos nuevos parámetros desde el inicio puede disminuir hasta en un 80% su impacto ambiental, ya que reduce considerablemente tanto la extracción como el procesamiento de las materias primas originales.

Las normas de diseño ecológico son obligatorias para los fabricantes de la Unión Europea desde el año 2009 en más de 30 grupos de productos relacionados con la energía, como ordenadores, frigoríficos, bombas hidráulicas, lavavajillas o cargadores, y se estima que esta legislación ha supuesto un ahorro de 120.000 millones de euros en energía y ha permitido reducir un 10% el consumo energético anual.

Con la entrada en vigor a mediados del año pasado del Reglamento sobre diseño ecológico de productos sostenibles (ESPR), Bruselas amplió esta obligación a prácticamente todos los tipos de productos introducidos en el mercado comunitario, excepto los alimentos, los medicamentos, los vehículos a motor y aquellos productos con repercusiones en la defensa o la seguridad nacional. Junto con el Reglamento marco sobre etiquetado energético (ELFR), la normativa pretende favorecer la adquisición de productos más sostenibles y eficientes desde el punto de vista energético por parte de los consumidores.

Así, la Comisión Europea (CE) ha lanzado ahora un plan de trabajo para el periodo 2025-2030 que incluye seis productos a los que, por su potencial para contribuir a la economía circular, se debe priorizar a la hora de introducir requisitos de diseño ecológico y etiquetado energético. La lista incluye el acero y el aluminio, los textiles (con especial atención a las prendas de vestir), los muebles, los neumáticos y los colchones.

Reparación, reciclaje y etiquetado

La Comisión Europea también contempla introducir medidas horizontales para los requisitos de reparabilidad de productos como la electrónica de consumo y los pequeños electrodomésticos. Una de las principales novedades de esta medida es que añade una puntuación de reparabilidad donde se indica el potencial y la facilidad con la que se puede reparar un determinado aparato e incluye requisitos sobre reciclabilidad de los equipos eléctricos y electrónicos para asegurar que puedan ser fácilmente procesado en las instalaciones pertinentes.

Además, los futuros requerimientos forzarán a incluir elementos relacionados con el rendimiento del producto, como la durabilidad mínima o la disponibilidad de piezas de recambio, pero también estarán obligados a adjuntar información sobre la huella de carbono y medioambiental que quedará reflejada en el pasaporte digital del artículo.