Energía
La 'ofensiva solar' pone de manifiesto el gran problema de la nuclear en Europa (y España): el bajo precio de las renovables
- En España varios reactores han parado su actividad por el mercado mayorista...
- ... y en Francia la producción se recorta
- Todo esto mientras el mercado si inunda de energía solar
Álvaro Moreno
La energía nuclear es un tema realmente espinoso en Europa. Un 24% del suministro continente viene de esta fuente de energía en particular gracias a Francia, aunque países como Suecia y otros fuera de la UE como Reino Unido la comienzan a abrazar. Hasta Alemania está dando un giro de 180 grados a su política energética. Solo España están dando pasos ya casi definitivos para culminar el abandono total de esta forma de energía. Mientras el debate sobre la fisión sigue muy presente, Europa ha dado pasos hacia el renacimiento nuclear incluyéndola como 'energía verde' y fomentando desde Bruselas su adopción. En 2024 los países de la UE votaron triplicar su capacidad de producción de cara a los próximos años.
Si bien estos objetivos a largo plazo siguen presentes, Francia está viéndose abocada a recortar producción mientras que plantas en España están teniendo que parar su actividad puntualmente por la producción de energía renovable y la caída de demanda por la Semana Santa. Lo que se está viviendo ahora con las centrales es una de las 'contraindicaciones' que ha traído el doble camino que recorre el continente: el choque entre la energía nuclear y las renovables.
Según los datos de la Agencia Internacional de la Energía el coste de la energía solar en EEUU fue de 1,7 dólares por kilovatio. En el caso de la nuclear este fue de entre 6,95 dólares y 7,5 dólares. A falta de cifras concretas en Europa, la institución ilustra con esto la diferencia entre ambas fórmulas de generación de electricidad y el problema que surge en los mercados mayoristas. La producción nuclear de electricidad no entró en las subastas diarias de España porque la demanda se cubrió con energías más baratas, las renovables.
Pero, ¿qué sentido tiene entonces que todo el sistema energético no vire hacia fuentes renovables? Desde Lazard explican que la clave es que estas fuentes de energía "no tienen capacidad de almacenamiento suficiente" como para mantener un sistema eléctrico y necesitan una fuente que sí pueda aportar regularmente energía.
Esta dinámica coloca en una situación extraña a la nuclear pues su uso tiene ese sentido dentro de un mercado que quiere 'desconectarse' de los combustibles fósiles, pero vive en un mercado en el que los cambios abruptos de precios que traen las renovables hacen bailar su rentabilidad y provocan importantes distorsiones.
La amenaza solar
Esto es lo que está pasando ahora mismo, con la energía solar viviendo un vigoroso despertar que está provocando grandes variaciones en el mercado. Según los últimos registros de Ember la producción solar en Europa se disparó un 32% durante el primer trimestre de 2025 frente al mismo periodo del año anterior. La generación total ascendió a 68 teravatios hora y su peso en el sistema escaló hasta el 8,2%.
Ante esta realidad Francia ha tenido que ver como la producción de sus centrales se reducía. Desde el sector galo están cargando sobre el caos para la planificación que supone la potente actividad de las renovables. En un informe de EDF, Jean Casabianca, inspector general de seguridad nuclear y protección radiológica comenta que "la imprevisibilidad y la brevedad de estas fuertes modulaciones perturban la planificación de actividades, el mantenimiento programado y las pruebas periódicas".
En Suecia, donde la energía nuclear representa aproximadamente el 30% de la electricidad del país, también hablan de este tema. El operador estatal Vattenfall AB declaró en su informe de sostenibilidad de 2024 que los reactores "se enfrentan a una mayor competencia de la producción renovable" y que los propietarios de centrales nucleares ahora ajustan rutinariamente la producción si los precios caen por debajo del coste de producción.
En España las centrales nucleares de Almaraz y Cofrentes han tomado la decisión histórico de parar la operativa. Curiosamente, no ha sido por la energía solar, sino por la eólica e hidroeléctrica que dispararon la producción gracias al temporal que azotó la Península Ibérica. Desde Foro Nuclear explican que las causas son similares y se han producido porque "su oferta no ha resultado casada en el mercado mayorista debido al escenario de precios bajos sostenidos como consecuencia del descenso de la demanda, la alta penetración renovable de los próximos días y la desproporcionada carga tributaria que lastra sus costes".
En el país ibérico, los precios de la electricidad en el mercado mayorista han caído hasta los 4,23 euros por megavatio hora, un descenso del 67% en lo que va de año. Eso sí, sigue siendo más cara que el año pasado por estas fechas, cuando cotizaba en los 31 euros. Misma situación en Alemania, donde los precios han caído un 35% en el año y un 3% respecto al año pasado. En Francia ha caído un 14,46% hasta los 10,1 euros el megavatio hora.
El punto fuerte de la nuclear
La asociación española pro nuclear explica que "la energía nuclear sigue siendo imprescindible para la firmeza y estabilidad del sistema, a pesar de estos escenarios de mercado puntuales. Las condiciones externas hacen que la generación con energía renovable sea muy variable, de ahí que para mantener de manera continua el correcto funcionamiento del sistema sea necesario contar con una potencia constante". Hay que recordar que en 2024 prácticamente el 20% de la generación eléctrica fue de origen nuclear.
La variación en los precios con la energía renovable supone una seria amenaza para futuros proyectos. Según el último informe de la AIE y la Comisión Europea el umbral de rentabilidad para que sea rentable abrir un reactor está entre los 80 y los 110 euros por megavatio hora. En el caso de España para que esta sea rentable debe superar un rango de entre 35 y 50 euros el megavatio hora.
"Las energías renovables probablemente tendrán un impacto mucho mayor en las operaciones nucleares europeas en los próximos meses que en el pasado", señaló Staffan Bergh, jefe de análisis de Bodecker Partners AB, a Bloomberg. "Vamos a ver muchas más horas con precios negativos y solo aumentarán durante la primavera".
Sin embargo, esto no ha detenido al múltiples países que consideran a la nuclear como el futuro para protegerse de vientos geopolíticos como la guerra de Ucrania o el conflicto comercial con Trump. Prueba de ello es que Bélgica ha abolido la ley de desconexión nuclear, algo paradigmático pues este país era uno de los más avanzados en desnuclearización con el objetivo para 2025. Y ya no es solo que no la abandone, sino que ha optado por duplicar su capacidad. También la siguen apoyando Países Bajos, Polonia, República Checa y Suecia. Francia por su parte está inmersa en un plan para actualizar toda su flota. Sin embargo, esto, más que un plan de expansión supone una actualización de la infraestructura que levantó en los ochenta y que hoy está empezando a envejecer de forma preocupante.
En un comunicado de la UE en el plan RePowerEU, la Comisión Europea explica que quiere mantener la nuclear como uno de los pilares porque "la necesidad de garantizar un suministro estable y continuo ante la intermitencia de otras fuentes, la convierte en una tecnología complementaria esencial para garantizar la estabilidad del sistema". Sin embargo, en el marco de ese rol la nuclear tiene por delante un camino plagado de desafíos y, en particular, una espinosa convivencia con las renovables.