Alantra planta cara a Endesa e Iberdrola: descarta una prórroga para la central nuclear de Almaraz
- La firma ve posible una prórroga a los reactores a partir de 2030
Rubén Esteller
Alantra planta cara a Iberdrola y Endesa sobre el cierre de la central nuclear de Almaraz. La firma de inversión considera que el cierre de la central seguirá el calendario previsto por el Gobierno pese a la petición de diálogo de las eléctricas. La firma de Santiago Eguidazu, no obstante, deja abierta la posibilidad de revisar los planes de clausura de las centrales programadas a partir de 2030.
Según un informe de la compañía, Almaraz –propiedad de Iberdrola, Endesa y Naturgy– afronta dificultades para mantener su operatividad debido a una posible falta de acuerdos entre sus accionistas y la necesidad de realizar inversiones considerables para prolongar su vida útil. Alantra subraya que la existencia de un calendario claro de cierre hace difícil cualquier prórroga para esta central en particular.
No obstante, la firma plantea un posible escenario alternativo en el que se estudie una extensión de la capacidad nuclear en España hasta en 5 GW, lo que podría mitigar el impacto en los precios de la electricidad. Esta opción, sin embargo, aún no forma parte de su escenario base, que sigue alineado con el calendario oficial de apagón nuclear entre 2027 y 2035.
El debate sobre la energía nuclear en España se ha intensificado tras la crisis de precios energéticos de 2022-2023, que llevó a las grandes eléctricas a exigir una reducción del impuesto especial sobre la producción nuclear. Aunque la presión sobre el Gobierno para revisar el plan de cierre ha crecido en los últimos años, hasta el momento no se ha presentado ninguna solicitud formal para modificar el calendario.
La incertidumbre sobre el futuro energético del país sigue en aumento, con sectores que defienden la necesidad de prolongar la vida útil de algunos reactores para garantizar la estabilidad del suministro y contener el alza de los precios. Sin embargo, la falta de consenso entre las grandes eléctricas y la ausencia de un marco fiscal más favorable dificultan cualquier revisión a corto plazo.