Energía

Los regantes de la Axarquía se unen por la desaladora

  • Agricultores y Mancomunidad Oriental han constituido la Junta Central de Usuarios para agilizar el proceso de licitación de esta infraestructura esencial para la comarca
     
  • Los episodios de sequía se han vuelto recurrentes en la zona oriental de la provincia
  • Reportaje publicado en la revista Agua y Medio Ambiente
El embalse de La Viñuela se encuentra al 21,7% de su capacidad. EFE

Inés Oria

El campo malagueño encara el primer trimestre de 2025 en unas condiciones más favorables que las del año pasado por estas mismas fechas, aunque todavía lejos de alcanzar una situación de moderada normalidad.

De hecho, el último informe de la Dirección General de Infraestructuras del Agua elaborado por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía revela que varias zonas han podido salir del nivel de emergencia tras las precipitaciones registradas en octubre. Los pantanos de la provincia rondan el 27% de su capacidad y las lluvias caídas en las últimas semanas están suponiendo un alivio para muchos agricultores que pueden plantearse comenzar a sembrar algunos cultivos, como los cereales, aunque lamentan que el agua no haya llegado a tiempo para salvar la cosecha del olivar.

Pese a esta mejoría, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) alerta de que la situación sigue siendo de "extrema gravedad" para el regadío. Afirma que el nivel de los embalses destinados esta actividad "apenas ha mejorado medio punto en los dos últimos meses del año, que suelen ser los más húmedos" y no descarta restricciones de riego que podrían alcanzar hasta el 100% en algunas zonas para aguas superficiales.

La Axarquía y Málaga capital son las que se encuentran en peor situación. Ambas dependen del embalse de La Viñuela, que con poco más de 35 hectómetros cúbicos no llega al 22% de su capacidad total, y son las únicas comarcas que no consiguen superar el nivel grave o de emergencia.

Estas cifras vuelven a poner en evidencia el alarmante problema de escasez que atraviesa la zona oriental de la provincia, una situación que en los últimos tiempos se ha convertido en recurrente y que hizo saltar todas las alarmas hace un año cuando el nivel de la presa apenas superaba los 12 hectómetros cúbicos. Con el fin de ayudar a paliar el déficit hídrico que vive la región, el Gobierno central anunció en 2023 la construcción de una desaladora que contribuyera a abastecer a los usuarios de la zona.

Agua desalada para 2029

El proyecto ha comenzado a dar los primeros pasos con la constitución de la Junta Central de Usuarios de la Costa del Sol Oriental-Axarquía. La entidad, que está integrada por representantes de la administración supramunicipal, de la Junta Central de Usuarios del Guaro y de la Junta Central de Regantes de la Axarquía, será la única concesionaria de las aguas desaladas y se encargará de gestionar la nueva planta de tratamiento de aguas. Su primera labor será redactar el proyecto básico, un requisito indispensable para poder seguir avanzando hacia las siguientes fases.

Una vez presentado este documento, que se espera que esté listo en las próximas semanas, se procederá a la evaluación del impacto ambiental, la licitación del proyecto y la ejecución de la obra. El pliego de condiciones estima en 18 meses el tiempo necesario para realizar el estudio de los documentos y el impacto medioambiental, por lo que la licitación de los contratos de proyecto y obra se realizarían a finales de 2026 y la desaladora podría comenzar a funcionar en 2029.

Un proyecto de 100 millones

La desaladora de Axarquía es un proyecto crucial para el riego y abastecimiento de una población que en temporada alta puede llegar a superar las 230.000 personas y como tal fue declarado de interés general por el Ejecutivo central.

La planta se ubicará en Las Campiñuelas, en el término municipal de Vélez-Málaga, y aportará 25 hectómetros cúbicos anuales de los que el 50% será para consumo humano y el otro 50% estará destinado al riego agrícola. La instalación cuenta con una inversión inicial de 100 millones de euros y será financiada por los usuarios mediante un canon a largo plazo.

El objetivo de la desaladora es garantizar el abastecimiento de agua potable a la población, contribuir a las necesidades hídricas de la agricultura y reducir la sobrexplotación de los acuíferos de la zona.

La entidad pública Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), como encargada de tramitar el proceso de licitación, adjudicación y ejecución de las obras, ha iniciado ya los trámites para buscar una ingeniería especializada que se encargue de revisar los estudios ambientales y los anteproyectos elaborados por regantes y Axaragua.