Energía

La CNMC busca empresas para que ayuden al control de tensión en la red eléctrica

  • El organismo prolonga un año más su banco de pruebas
  • El regulador cree que se necesitan más participantes
La sede de la CNMC

Rubén Esteller

La Comisión Nacional de Mercados y Competencia ha decidido prorrogar doce meses el proyecto piloto de demostración regulatoria (sand-box) que permite a los grandes consumidores de electricidad, como empresas y fábricas, contribuir al control de la tensión de la red eléctrica.

Mantener la tensión de la red dentro de los umbrales de seguridad es clave para garantizar el suministro eléctrico. Tradicionalmente, la generación ha desarrollado esta tarea, mientras que la demanda (consumidores de electricidad) era un sujeto pasivo o solo participaba con incentivos estáticos a través de los peajes.

La generación renovable, que está desarrollándose gran velocidad, tiene menos capacidad de gestionar la tensión de la red que la generación convencional. Por eso, se necesita que participen nuevos agentes.

El proyecto está abierto a los grandes consumidores de energía (fábricas, empresas, etc.), sujetos a los peajes 6.1, 6.2, 6.3 y 6.4 (Circular 3/2020). Les compromete a mantener un factor de potencia inductivo; es decir, a consumir la energía reactiva que sobra en el sistema y provoca sobretensiones. A cambio, perciben una retribución variable —por el volumen de energía reactiva consumido— y la exención del término de reactiva en sus peajes.

Las condiciones y requisitos del proyecto se fijaron en noviembre de 2023 a propuesta del Operador del Sistema Eléctrico y este se lanzó en febrero de 2024.

Hasta ahora el proyecto ha permitido valorar el potencial de la respuesta de la demanda y evaluar el impacto de un posible ajuste en los incentivos del término de reactiva de los peajes. Sus resultados serán, asimismo, valiosos para el diseño del futuro mercado de control de tensión.

La prolongación del proyecto durante doce meses permitirá descubrir la capacidad de los grandes consumidores para contribuir a la transición energética y obtendrán ingresos por ello.

La CNMC explica que las tensiones en la red de transporte no han sufrido variaciones significativas gracias a la aplicación de medidas de control de tensión, pero destaca que los valores se han mantenido en niveles elevados.

Para el organismo, "en algunos momentos, las tensiones de la red de transporte han llegado a alcanzar valores máximos cercanos a los umbrales permitidos por la normativa, llegando incluso a superarlos en momentos puntuales".

La central Almaraz II (Cáceres) notificó el 9 de enero al Consejo de Seguridad Nuclear una parada automática de su planta. El suceso, que ocurrió mientras la unidad operaba a plena potencia, se produjo en la vuelta del regulador de tensión del generador a modo automático. Unas horas antes, dicho regulador se había pasado a manual por las oscilaciones registradas en la red de alta tensión. La caída de la tensión en el generador eléctrico hizo que saltaran las protecciones de la turbina y detuvo automáticamente el reactor.

Otro ejemplo de esta situación -sobrevenida por el nivel de las lluvias- se produjo durante la DANA de Valencia. La central de Cofrentes tuvo que bajar su potencia antes de que la inestabilidad en la tensión de la red -por la caída de torres- pudiera provocar una parada automática y actuó como sumidero de la energía reactiva que se generó para evitar un apagón.