Energía

Fallece a los 99 años Enrique Eskenazi, socio de Repsol en Argentina y amigo de Kirchner

  • El empresario llegó a controlar un 25% de YPF
  • Vendió a Burford el laudo por la expropiación de la petrolera argentina
Antonio Brufau y Enrique Eskenazi en la firme del acuerdo para entrar en YPF

Rubén Esteller

Enrique Eskenazi, fundador del Grupo Petersen, ha fallecido a los 99 años. El que fuera socio de Repsol en Argentina durante la batalla entre la petrolera española y el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner vendió los derechos del laudo arbitral por la expropiación al fondo Burford, que sigue todavía a día de hoy reclamando un cobro millonario que ha sido ya reconocido por las autoridades judiciales de EEUU.

Ingeniero químico con un posgrado en Chicago (EEUU), Eskenazi hizo carrera dentro del consorcio del sector alimenticio Bunge y Born hasta que en 1980 ingresó como directivo en Petersen, compañía que años más tarde compró a la familia fundadora de la constructora.

El empresario se estrenó en el mundo financiero en 1995 con la compra del Banco de San Juan, al que Petersen controla con una participación del 51,4 por ciento.

Conoció en 1996 a Kirchner, durante su gestión como gobernador de la sureña provincia de Santa Cruz (1991-2003), cuando Eskenazi se interesó en la privatización del banco provincial.

En 1998 se quedó con el 51 por ciento de la entidad, cuyas acciones restantes conserva el Estado provincial.

El banco administraba entre otros fondos los casi 600 millones de dólares que la provincia de Santa Cruz giró al exterior por decisión de Kirchner, quien debió repatriarlos por la polvareda que levantó la polémica operación.

Eskazani era amigo personal de Kirchner e integró la selecta lista de los consejeros del ex presidente, antes de ser sucedido en el gobierno por su esposa, Cristina Fernández.

Según el diario La Nación, de Buenos Aires, Sebastián Eskenazi era "uno de los pocos hombres de Argentina" que entraba y salía del despacho presidencial "sin pedir permiso a otra persona" que no fuera el jefe del Estado.

Además del control del Banco Santa Cruz, Eskenazi también tenía negocios en la tierra natal de Kirchner a través de la constructora Petersen Thiele y Cruz (PTC), habitual en las licitaciones de obras públicas en Santa Cruz.

Eskenazi retomó la expansión de Petersen en 2003 -ya con Kirchner como presidente de Argentina- con la adquisición del 93,4 por ciento del Nuevo Banco de Santa Fe por parte del Banco de San Juan. Dos años más tarde el Nuevo Banco de Santa Fe adquirió el Nuevo Banco de Entre Ríos.

Con estas cuatro entidades, el conglomerado bancario que capitanea Eskenazi sumaba en aquella época activos por 9.877 millones de pesos (3.135,5 millones de dólares), préstamos por 4.369 millones de pesos (1.387 millones de dólares), depósitos por 7.681 millones de pesos (2.438,4 millones de dólares) y un patrimonio neto de 1.500 millones de pesos (476 millones de dólares), según datos del Banco Central.

Eskenazi fue miembro fundador de la Coordinadora de la Industria Alimenticia Argentina (COPAL) y presidió el Centro de Investigaciones de Conservación de Frutas y Hortalizas. Asimismo, ocupó cargos en la Unión Argentina de la Construcción, la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPPRA) y la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA).