Así se ha convertido un país de Asia Central en uno de los grandes pilares energéticos que sostienen Europa
- Kazajistán, a 5.000 kilómetros de distancia, ofrece el 11% del suministro petrolero
- El vecino de Rusia y China ha aprovechado el vacío que ha dejado Moscú
- Su producción está en récord y las exportaciones le 'salvan' de un tsunami inflacionario
Álvaro Moreno
Europa está tratando de reducir de forma drástica el consumo de crudo ruso. Aunque este empeño lleva vivo desde la guerra de Ucrania aún no se ha conseguido 'desengancharse' por completo del oro negro del gigante euroasiático pero los pedidos están en mínimos. Las importaciones de crudo han caído un 93% desde enero de 2022 hasta el último mes registrado. El Eurogrupo ha optado por reforzar sus lazos con socios tradicionales como EEUU, que ya se encarga del 15% del mismo o Noruega, con 14,1%. Sin embargo, este viaje ha provocado que se produzcan alianzas algo extrañas y ha llevado a que un país de Asia Central, se convierta en uno de los pilares del suministro europeo, regalando un potente crecimiento económico y ofreciéndole una salvación frente a los problemas que asolan a la región.
Este es el caso de Kazajistán, que se ha instalado como el tercer máximo socio en lo que respecta a importaciones petroleras de Europa. Concretamente, Astaná se ha hecho cargo del 11% del suministro total, lo que lleva a que la UE ya represente el 70% de todas sus exportaciones. Tal ha sido el auge que Italia, por ejemplo, ya copa el 18,8% de sus exportaciones, superando a China, su socio tradicional. Solo la UE ronda el 40% de todas sus ventas al exterior independientemente del producto.
¿Cómo es posible que un país sin acceso a ningún océano y tan lejano se haya convertido en uno de los pilares del suministro de Europa? El país ya estaba enviando crudo a Europa previamente gracias a la gran ruta del Caspio (a través de una senda marítima y gasoductos controlados por Rusia), enviando su 'oro negro' a través de este mar interior y, posteriormente, viendo como cruza Azerbaiyán, Georgia y Turquía para, finalmente, acabar en manos de sus clientes europeos. Esta ruta hacia occidente que ya existía se ha disparado los últimos años y esto le ha llevado incluso a enfrentarse abiertamente con la OPEP, convirtiéndose en uno de los 'rebeldes' que se han saltado las medidas impuestas por el cártel.
El país ha anunciado que ante una demanda récord quiere producir 88,4 millones de toneladas métricas este año, según ha anunciado su ministro de energía Almasadam Satkaliyev. Una cifra reducida frente las 90 millones que prometió hace unos meses y que le costó la amenaza de Arabia Saudí de hundir el precio del crudo inyectando barriles en el mercado debido a que suponía una violación de los recortes pactados. Para entenderlo en otros términos Astaná ha prometido que tendrá 1,82 millones de barriles fluyendo (1% del suministro mundial) y que la gran mayoría acabará en Europa. Además Satkaliyev ha prometido que llegará para 2026 a los 2 millones de barriles diarios. El ministro también ha anunciado que levantarán una refinería con capacidad de 10 millones de toneladas y que las inversiones se están disparando hasta los 21.000 millones de dólares en la producción petrolera, unas cifras totalmente inéditas.
Para entender la importancia de estas cifras esto le haría superar a México y ser el undécimo mayor productor de todo el mundo mirando de cara a países como Kuwait (2,6 millones de barriles diarios) y dejando ya definitivamente atrás a Noruega (1,894 millones) o a Catar (1,3 millones). Respecto a sí mismo marca un ascenso meteórico desde los 1,4 millones que llegó a bombear en 2022, los 1,56 millones de 2023 y, de hecho, este mismo año (de confirmarse las previsiones) ya estaría en el nivel de producción más alto de toda su historia.
Para entender la importancia de Europa en todo este proceso, Satkaliyev explicaba que el oleoducto del Mar Caspio hacia occidente pasará de llevar 1,5 millones de toneladas métricas a 20 millones todos los años. Hasta ahora la ruta más común de este país había sido con China, con la que tienes frontera directa. Sin embargo a medida que Rusia ha ido viendo como se desploman sus envíos ha Occidente ha mirado a Pekín y, en consecuencia, Astaná ha hecho lo contrario.
Europa salva a Astaná
La expansión petrolera se ha convertido en la gran baza de un país atrapado en una espiral inflacionaria. El IPC se ha desacelerado al 8,9% este 2024 frente al 17,2% del año pasado y se espera que apenas caiga al 6%, según las perspectivas del Banco Asiático de Desarrollo (ADB, por sus siglas en inglés). La institución destaca que el petróleo está permitiendo "un fuerte crecimiento del PIB del 3,6% y unas perspectivas del 5,1% para 2025". Al mismo tiempo permite un saldo positivo en su balance comercial que ha permitido "crear unas potentes reservas de liquidez" que, coordinándose con medidas monetarias restrictivas "han permitido una apreciación de la moneda nacional". Esto ha sido clave para impedir que el problema inflacionario se convierta en una crisis con mayúsculas.
Desde Credit Agricole confirman que el petróleo está siendo la clave del crecimiento del país pues "los ingresos del gas y el petróleo, que representan alrededor del 35% del PIB y el 75% de las exportaciones". En ese sentido esta bonanza por el oro negro contrasta con país debilitado en el consumo interno y el resto de los frentes. "Hay clima económico incierto" con la tasa de pobreza aumentando hasta el 14% frente al 6% donde se encontraba en 2016.
Desde Fitch comentan que el país está manteniendo "una posición muy sólida gracias a un colchón externo (por las exportaciones) muy grande" pero que están apostando demasiado por el petróleo y otros recursos mineros como el zinc o el cobre. "Hay una altísima dependencia de la materias primas, tiene muy débiles indicadores de gobernanza y una alta inflación que reflejan una política económica menos desarrollada que otras naciones con un rating similar (BBB)".
"Aunque hay apoyo al sector privado, hay empresas estatales que mantienen posiciones dominantes"
La agencia se muestra preocupada por un déficit general del 2,9% respecto a su PIB que se expandirá hasta el 3% el año que viene. "El país se está encomendando a un mayor gasto fiscal financiado con grandes transferencias presupuestarias". En cualquier caso ven un gran margen al tener una deuda prácticamente inexistente en el 284% del PIB. Sin embargo, ve problemas porque prácticamente tiene muy poco acceso a financiación internacional por lo que prácticamente todo viene de crédito interno.
Además explican que la alta participación del sector público en la economía está limitando el crecimiento pues "aunque hay apoyo al sector privado, hay empresas estatales que mantienen posiciones dominantes en muchos sectores". Esto sumado al resto de problemas "no genera suficiente impulso para aumentar notablemente cualquier parte del PIB que no está relacionada cupón el petróleo". En conclusión "hay un deterioro en la combinación de políticas económicas que, por ejemplo, socava la previsibilidad de la política monetaria o la confianza en la flexibilidad del tipo de cambio para responder a shocks externos".
Además, la agencia señala que está en un gran riesgo geopolítico pues, a pesar de que el tránsito del crudo, el factor que explica toda su economía, es por el Mar Caspio, se realiza por el Consorcio del Caspio (CPC), una ruta que controla Rusia. Por lo tanto "está fuertemente expuesta a factores geopolíticos" y recuerda que "ya en 2022 se produjeron interrupciones". Además, Astaná ha sido acusada varias veces de reexportar crudo ruso algo que "está reduciéndose claramente" pero que puede ser un frente para sanciones de la UE, el gran socio al que ahora mismo se han encomendado.