Energía

El 80% de las redes españolas de calor y frío usan renovables

  • De las 549 redes censadas, 426 utilizan la biomasa como principal fuente de energía. La geotermia y la solar térmica también aparecen en el mapa.
Central Tánger, de la Red Districlima Barcelona.

Concha Raso

Las redes de calor y frío, capaces de suministrar energía térmica a múltiples usuarios a la vez, se han convertido en una herramienta clave para avanzar en la descarbonización de las ciudades, haciendo que la producción de la energía sea más sostenible gracias al uso de fuentes renovables.

España cuenta actualmente con un total de 549 redes censadas, lo que supone un crecimiento del 3% respecto a las 533 registradas el año anterior, y ocupan una longitud de 1.058 kilómetros, extensión que se ha visto ampliada un 8,4%, según los datos que maneja la Asociación de Empresas de Redes de Calor y Frío (ADHAC) y que presentó recientemente en la sede del IDAE en Madrid.

Aunque este tipo de infraestructuras sigue aumentando en nuestro país, España sólo satisface el 0,15% de la demanda final de calefacción con redes de distrito, cuando la media europea es del 10%, indicó Jeanette Bain, project manager en Ecodes, durante la presentación del censo.

El conjunto de redes de calor y frío activas en España, según ADHAC, ha dado servicio a un total de 6.805 edificios, un 8,7% más respecto a 2023, ampliando la potencia total instalada hasta los 1.668 MW, lo que incrementa en un 2,2% la potencia registrada el año anterior. Además, han supuesto un ahorro de 322.995 toneladas de CO2, aumentando un 5,6% el ahorro generado hace tan solo un año.

Datos por CCAA, tipos de redes y clientes

Por regiones, Cataluña lidera el mercado de redes de calor y frío en España con un total de 222, que supone el 40% de la cifra total. La segunda posición la ocupa Castilla y León con 68 infraestructuras y el 12,4% del total, seguida de Navarra con 53 redes censadas y el 9,7% del total, de manera que las tres regiones representan el 60% del conjunto de redes a nivel nacional. Si tomamos como base los datos de potencia instalada, Cataluña y Navarra siguen ocupando la primera y tercera posición con 489 MW y 220,8 MW, respectivamente, mientras que Madrid se cuela en segundo lugar con 370,9 MW instalados, registrando las tres regiones el 65% de la potencia instalada.

Otro de los datos que recoge el censo es que el 92% de las redes españolas (506) suministran solo calor, el 7% (40) suministran calor y frío y el 1% (3) solo suministran frío. Además, las redes de calor y las de calor y frío suponen casi la totalidad de la potencia total instalada. Las primeras suman 862 MW y las segundas 805 MW, mientras que las tres únicas redes de frío existentes (Castilla-La Mancha, Canarias y Baleares) no superan los 2 MW. Otro dato relevante es que el 79% de la potencia instalada se destina a la generación de calor, mientras que el 21% restante va para la generación de frío.

Respecto a la distribución de las redes por tipo de clientes y potencia, los datos de ADHAC reflejan que la mayoría de los usuarios que se benefician de este tipo de servicio, concretamente el 74%, pertenecen al sector terciario y supone el 54% de la potencia total instalada, el 20% son clientes del sector residencial donde se registra el 31% de la potencia instalada, mientras que solo el 6% son clientes del sector industrial y representan el 15% de la potencia.

Por otro lado, cabe señalar que el 59% de las redes censadas son de titularidad pública, el 39% son privadas y el 2% mixtas. Sin embargo, por potencia instalada las cifras se equilibran, de manera que el 40% de la potencia instalada se corresponde con redes de titularidad privada, el 33% públicas y el 27% mixtas.

Fuentes renovables

Las primeras redes de calor datan de finales del siglo XIX en Estados Unidos y empezaron a aparecer en Europa en el primer cuarto del siglo XX, empleando combustibles fósiles como el gas, el carbón y el gasoil como fuente generadora de calor.

En los últimos años, el despliegue de energías limpias ha permitido que estas infraestructuras se alimenten también de fuentes renovables como la biomasa, geotermia o solar térmica, ya sea por separado o de manera conjunta, lo que permite que sean más eficientes, ayuden a reducir las emisiones contaminantes y se ahorre energía. Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), si la mitad de la demanda se suministrara con redes de calor y frío, se podría ahorrar un 7% del consumo nacional de energía gracias a la eficiencia de las redes urbanas frente a los sistemas individuales.

En España, tal y como recoge el censo de ADHAC, la biomasa está presente en la mayoría de las instalaciones, concretamente en 426 de las 549 registradas, convirtiéndose en la fuente de energía más utilizada. En segunda posición está el gas natural, presente en 115 de las instalaciones. A más distancia, y ocupando la tercera posición, están la electricidad (26), seguida del gasoil/GLP (20), geotermia (11), cogeneración/trigeneración (9), solar térmica (7) y biogás (4).

Si tenemos en cuenta que la biomasa está presente en el 76% de las redes de calor y frío españolas y que el resto de fuentes limpias empleadas se usan en un 3% del total de instalaciones, tenemos que casi 8 de cada 10 redes emplean energías renovables como principal fuente de energía, frente al 17% del gas natural. Por otro lado, si tenemos en cuenta los datos por potencia instalada, las energías renovables se utilizan para proporcionar algo más de la mitad (52%) de la potencia total instalada, frente al 47% del gas natural.

El parque de edificios español consume el 30% de la energía utilizada en el país, siendo la mayor parte de dicho consumo para calefacción y agua caliente sanitaria (ACS), de ahí que la descarbonización de estos sistemas sea uno de los retos pendientes más importantes para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos.

El manifiesto lanzado por la Plataforma por la Descarbonización de la Calefacción y el Agua Caliente, impulsada por Ecodes e integrada por una decena de entidades, propone una serie de medidas para poner en marcha esta transformación. Entre ellas, destaca el desarrollo, por parte de la Administración, de la "Hoja de Ruta de la Calefacción", con objetivos de instalación de sistemas de calefacción renovables a corto, medio y largo plazo; la inversión masiva en dichos sistemas, con atención especial a las personas en situación de vulnerabilidad; así como la mejora de la información al público.