Repsol invierte 500 millones en España para impulsar su apuesta por los combustibles 100% renovables
- Repsol se encomienda a Draghi para que la UE aproveche potencial del combustible renovable
EFE
De perder competitividad a albergar una instalación pionera en la Península Ibérica. En menos de dos décadas, el complejo de Repsol en Cartagena (Murcia) se ha convertido en una muestra de la transformación industrial de España, un giro de 360 grados que culmina ahora con su proyecto estrella.
En concreto, esta pionera planta, la primera de la Península Ibérica dedicada en exclusiva a la producción biocombustibles a gran escala y puesta en marcha en abril de este año, ha supuesto ya la ejecución de la mitad de esas inversiones, con 250 millones de euros, generando 1.000 puestos de trabajo en sus diferentes fases.
Además, Repsol prevé la puesta en marcha de una segunda planta de combustibles renovables en 2026 en Puertollano, donde está previsto invertir 120 millones de euros en reconvertir una de las unidades del complejo industrial, con el objetivo de replicar este modelo en un tercer centro industrial en España antes de 2030.
Asimismo, en Bilbao, construirá, con Saudí Aramco como aliado, la primera planta de demostración industrial de combustibles sintéticos de la Península.
Estos 500 millones de euros de inversión corresponden así a los proyectos ya aprobados por la empresa, pero Repsol tiene "muchos más en cartera en estudio", según indicó la directora de Combustibles Renovables del grupo, Berta Cabello, en un encuentro con la prensa.
Y es que la compañía dirigida por Josu Jon Imaz aspira a producir entre 1,5 y 1,7 millones de toneladas en 2027 y entre 2,4-2,7 millones de toneladas anuales en 2030 en la Península Ibérica y en Estados Unidos, incluyendo hidrógeno renovable y biometano.
Para ello, el grupo cuenta con una cartera de proyectos en España en los que trabaja, aunque no tomará una decisión final de inversión hasta contar con las garantías necesarias respecto a la evolución del marco regulatorio y fiscal en el país, entre ellos la prolongación o no del impuesto extraordinaria a energéticas y banca que se adoptó para hacer frente a la crisis por la guerra de Ucrania.
De esta manera, el plan estratégico de Repsol para el periodo 2024-2027) contempla inversiones de hasta 6.800 millones de euros en los negocios industriales de la compañía, condicionados a esa evolución del marco regulatorio y fiscal en España, de los cuales un 44% están destinados exclusivamente a proyectos bajos en carbono como combustibles renovables, biometano, hidrógeno renovable y gasificación de residuos, entre otros.
"Nuestros planes estratégicos los decimos y los cumplimos", señaló el director del Complejo Industrial de Cartagena, Antonio Mestre, mientras que Cabello afirmó que Repsol es de las empresas del sector que "más reinvirte sus ganancias".
Fabricados a partir de los residuos orgánicos, como aceites de cocina usados, restos de poda o residuos agrícolas y ganaderos, así como de la industria agroalimentaria, fomentando la economía circular, los combustibles renovables son una de las grandes apuestas de la compañía para la descarbonización del transporte, como alternativa o complemento a la electrificación y, en un futuro, al hidrógeno renovable.
Actualmente la planta de Cartagena -con una capacidad para producir 250.000 toneladas anuales de estos combustible- se surte de residuos orgánicos procedentes del mercado nacional y solamente se acudiría a otros mercados, como el asiático, si no existiera suficiente, indicó Mestre.
Así, el objetivo de Repsol es consolidar el papel de este diésel renovable y combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) en sectores donde la vía de la electrificación es menos viable, como la aviación, marítimo o transporte pesado (autobuses o camiones), pero también en los automóviles, aprovechando su amplia red de infraestructuras de repostaje.
Incentivos fiscales para estos biocombustibles.
No obstante, Repsol pide también la existencia de "incentivos fiscales" para estos biocombustibles, ya que ayudarían a su implementación más rápida. "No está igualada la de la electricidad a los combustibles renovables", consideraron los directivos, que mostraron su confianza en que Europa "está en camino de darse cuenta" del papel que pueden jugar otras vías para la descarbonización.
Desde la compañía tienen clara ya su competitividad a nivel precio, estando en línea con los combustibles 'premium' (aquellos de alta gama con tecnología específica para los motores más exigentes) y, con los descuentos para el consumidor a través de la aplicación de pago de Repsol, Waylet, "muy cerca" de los convencionales.
30 millones de litros
De hecho, las ventas en lo que va de año de estos combustibles renovables -que no hacen necesaria ninguna modificación en el motor de los vehículos actuales para su uso- superan para Repsol ya los 30 millones de litros, estando así en unos niveles muy cercanos al 'premium'. "Se está sustituyendo" por el consumidor uno por otro, indicó Cabello.
Otra de las virtudes para la compañía es que, debido a que aprovechan residuos orgánicos, este biocombustible, diseñado en el centro de investigación Repsol Technology Lab, reduce las emisiones de CO2 hasta un 90% en comparación con el combustible mineral al que sustituye.
Para el impulso definitivo de estos biocombustibles, Repsol ya se encarga de su suministro a día de hoy en más de 500 de sus estaciones de servicio en la Península Ibérica, con el objetivo de alcanzar las 600 a finales de 2024 y las 1.500 en 2025.
Además, ha cerrado acuerdos para su suministro con empresas líderes de diferentes sectores de la movilidad como Scania, XPO, Serveto, Alsa o Avanza, entre otros; en el transporte aéreo para impulsar el SAF con Iberia, Ryanair, Vueling, Air Europa o Volotea; y en el marítimo con Royal Caribbean o Trasmapi.
'Informe' Draghi
De perder competitividad a albergar una instalación pionera en la Península Ibérica. En menos de dos décadas, el complejo de Repsol en Cartagena (Murcia) se ha convertido en una muestra de la transformación industrial de España, un giro de 360 grados que culmina ahora con su proyecto estrella.
A las puertas de su 75 aniversario, se adentra en una nueva etapa tras la puesta en marcha de la primera planta dedicada en exclusiva a la producción a gran escala de combustibles 100% renovables en suelo ibérico, lo que supone un hito no sin desafíos para la compañía, que confía en que el 'informe Draghi' impulse a estos productos.
El punto de inflexión para el recinto fue la inversión de 3.200 millones de euros aprobada en 2007. Años más tarde, Cartagena es noticia gracias a los combustibles renovables, fabricados a partir de residuos orgánicos como aceites de cocina usados, restos de poda o de la industria agroalimentaria, que se presentan como alternativa complementaria a la electrificación de la movilidad.
Lo hace en un momento convulso para Europa, inmersa en su transición hacia una economía descarbonizada y en el debate acerca de qué tecnologías son las más apropiadas para conseguirlo.
El último en abordar esta coyuntura ha sido el ex primer ministro italiano y expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que en su diagnóstico sobre la competitividad europea, dentro del apartado sobre el automóvil, admite que el vehículo eléctrico es la tecnología dominante.
Sin embargo, dedica un apartado al "potencial de los combustibles alternativos", como el biodiésel y los e-fuels, para la descarbonización de grandes flotas y de los vehículos de combustión en circulación.
En 2021, casi el 93% de la energía empleada en el transporte por ferrocarril y carretera en la Unión Europea procedía de combustibles fósiles, según un informe del Tribunal de Cuentas europeo, que advertía de la "falta de claridad" en la ruta que ha venido siguiendo la región en relación con los biocarburantes.
De acuerdo con un estudio internacional del 'Future Power Systems Group' de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), el uso de biocombustibles podría reducir en un 90% la emisión de humo negro de los coches.
SAF como revulsivo
La postura de Draghi ha sido bien acogida por Repsol, que ha invertido 250 millones de euros en su innovadora planta de Cartagena. Con una superficie total de 46.000 metros cuadrados, tiene una capacidad de producción de 250.000 toneladas al año, y puede elaborar diésel renovable.
También combustibles de aviación (SAF), cuya demanda está abocada a dispararse con la entrada en vigor en 2025 de la normativa comunitaria ReFuelEU Aviation, que exigirá suministrar, como mínimo, un 2% de combustible ecológico, porcentaje que irá aumentando hasta el 70% para 2050.
Por lo pronto, este ejercicio ya "hay buenas ventas en SAF" porque las aerolíneas se están adelantando al compromiso, dice la directora de combustibles renovables de Repsol, Berta Cabello. De hecho, el pasado julio, la energética y el grupo IAG acordaron la mayor compra de SAF en España.
Retos
El combustible renovable funciona "exactamente" igual que el tradicional y tiene una "disponibilidad real" en las estaciones de servicio, cuenta Cabello.
Pero las limitaciones existen y la primera es la demanda, marcada por lo que los clientes están dispuestos a pagar y por la regulación. Otra es la tecnología y poder usar cada vez residuos más complicados.
Pero si no crece la demanda, "no fomenta las inversiones que hacen crecer las tecnologías", sostiene, y apunta que "si hay incentivos fiscales en forma de subvención, irá más rápido".
El precio del combustible renovable de Repsol es el mismo que el del diésel y la gasolina 'premium' convencionales. Con todo, es un sobrecoste, traducido en unos diez céntimos por litro, que muchos conductores todavía no están dispuestos a desembolsar.
Lo reconoce cabello, que relata cómo es más caro que el tradicional en toda su cadena
A modo de anécdota, habla del carbono 14, una técnica que utilizan para demostrar que el combustible tiene un origen 100% renovable. Como en España no hay ningún laboratorio, han tenido que recurrir a lugares como Miami, lo que incrementa el coste.
En cualquier caso, la evolución de la tecnología "siempre acaba por mejorar el precio final", insiste.
Este año, hasta agosto, Repsol ha vendido más de 30 millones de litros de este producto, alrededor del 8 ó 10% de las ventas de los puntos (más de 500) donde se comercializa.
Inversiones
La multinacional mantiene su objetivo de producir entre 1,5 y 1,7 millones de toneladas en 2027 y hasta 2,7 millones de toneladas anuales en 2030. Cuenta con más de 500 millones de euros aprobados en inversión para este tipo de proyectos.
Sus puntas de lanza serán Cartagena y, desde 2026, Puertollano (Ciudad Real). La meta es replicar el modelo en un tercer centro antes de 2030. Además está la construcción, con Saudí Aramco, de una planta demostrativa de e-fuels en Bilbao.
"No tengo miedo a la inversión", señala Cabello, que se encomienda a la demanda de la aviación, el transporte marítimo y pesado, difíciles de electrificar. Pero también a la carretera, donde "hay recorrido" con un parque móvil antiguo que aguarda con incertidumbre la prohibición de las ventas de motores de combustión para 2035.