147 proyectos eólicos con 1.600 millones de inversión en Andalucía esperan viento a favor en 2024

La eólica confía en remontar el próximo año el parón de 2023, en el que según estimación de la Asociación Empresarial Eólica se han instalado sólo 600 MW en toda España. En Andalucía actualmente hay en tramitación un total de 47 proyectos eólicos por una potencia total de 1.361 MW. Sacarlos adelante supone una inversión estimada de unos 1.600 millones de euros y la creación de más de 3.800 puestos de trabajo durante su construcción y más de 800 en su fase de operación y mantenimiento. Al menos 7 son de eólica marina, el sector donde se acumulan más incertidumbres. Los 147 proyectos en trámite suponen prácticamente duplicar la potencia instalada actual, generada en 167 parques eólicos en funcionamiento.

El objetivo andaluz es convertirse en la primera potencia nacional en renovables, para lo que tiene actualmente en trámite alrededor de 1.200 proyectos que suman en conjunto una potencia instalada de casi 20.000 MW, y que más de la mitad (en torno a 11.000 MW) ya han recibido autorización para su construcción. Una capacidad adicional que se irá sumando a los 10.868 MW de potencia renovable ya instalada en la comunidad andaluza. La eólica, por tanto, es la hermana menor en Andalucía, donde la principal apuesta es la fotovoltaica..

Granada

Granada concentra 17 nuevos proyectos eólicos con una inversión de 524 millones y 437 MW. Esta provincia acapara prácticamente un tercio de la tramitación de energía producida con viento en la comunidad, seguida de Sevilla (11 proyectos) y Cádiz (8). También hay iniciativas en Almería y Málaga (4) y Huelva (3). En Córdoba y Jaén no hay ninguno actualmente, según datos de la Consejería de Energía.

La potencia eólica instalada ya en Andalucía apenas representa un 10% del total español, muy lejos de Castilla y León y Galicia, que rondan el 20% cada una.

Y va creciendo muy lentamente: en 2022, de los 1.640 MW instalados, el 50,1% se concentró en Castilla-La Mancha, con 837 MW. En segundo lugar, Aragón continuó ocupando una posición importante en el ranking de Comunidades Autónomas, con 492 MW, un 29,4%. Las otras Comunidades en las que se instaló nueva potencia fueron Castilla y León (105 MW, un 6,3%), Cataluña (73 MW, un 4,3%), Canarias (53 MW, un 3,2%), Navarra (50 MW, un 3,0%), Asturias (40 MW, un 2,4%) y Andalucía (20 MW, un 1,2%).

A finales de 2022, existían en España 1.345 parques eólicos (48 parques más que en 2021), instalados en 1.053 municipios. Las comunidades con mayor número de instalaciones son Castilla y León (276 parques, un 21,2%), Aragón (187 parques, un 14,4%), Galicia (183 parques, un 14,1%), Andalucía (167 parques, un 12,8%) y Castilla-La Mancha (160 parques, un 12,3%).

A estas cifras hay que sumar el parque eólico recientemente inaugurado por Verbund Green Power Iberia, filial española de la principal utility austriaca, en Ayamonte, de 34,8 MW de capacidad, ubicado en la provincia de Huelva.

Ayamonte es el segundo parque eólico que Verbund pone en marcha este año, tras la energización del parque de Loma de los Pinos (39 MW) en Lebrija (Sevilla) en julio de 2023.

Los retos

El primer escollo para los proyectos en trámite es burocrático. La Asociación Empresarial Eólica (AEE) advirtió recientemente que buena parte de estos proyectos están pendientes de obtener la autorización administrativa de construcción (AAC) el próximo 25 de enero de 2024.

A nivel mundial, un informe de Allianz Research advertía este año de que "el sector (en su conjunto) se encuentra en un momento decisivo en su camino, donde las ocho mayores empresas han anunciado una disminución de activos por valor de 3.000 millones de dólares solo en el primer trimestre del año debido a las condiciones turbulentas, en particular a los proyectos de energía eólica, cuyos costes se han disparado y las condiciones para financiarse también", en referencia a la situación de Iberdrola, General Electric, NexEra Energy, Vestas, Siemens Gamesa, Jinko, Brookfiel Renewable y Enphase.

Los problemas se suceden en varios puntos de la cadena de valor, desde fallos de fabricación en los molinos a falta de rentabilidad por la evolución del mercado, especialmente en la eólica marina, donde las inversiones necesarias son importantes.