Energía

Dangote, el hombre más rico de África, depende de una refinería en Nigeria para conservar su fortuna

  • La instalación producirá 650.000 barriles diarios de petróleo refinado
El patrimonio de Dangote asciende a 10.400 millones de dólares. Bloomberg.

Javier Fernández Sánchez
Madrid,

La crisis energética, agravada por la invasión rusa de Ucrania, ha forzado a los países dependientes de los hidrocarburos rusos a buscar proveedores alternativos. Ello ha revalorizado la posición de Nigeria, el mayor productor de petróleo y gas natural de África, que prevé construir una tubería submarina a través de la cual viaje su gas hasta Europa. Sin embargo, Nigeria es el tercer país africano que más petróleo refinado importa, llegando a comprar el 90% del oro negro refinado empleado para satisfacer la demanda doméstica. Para solucionar esta cuestión, el gobierno nigeriano confía en la planta de refinado construida por el conglomerado empresarial de Aliko Dangote, la persona más rica de África que está sujeta a una enorme presión por las dudas respecto al futuro desempeño de la refinería, la cual será la más grande del continente.

La refinería Dangote es una instalación en construcción por el Grupo Dangote, una multinacional que opera en los sectores de la construcción, agricultura, refinado de petróleo, fertilizantes y telecomunicaciones. Con un coste de 19.000 millones de dólares, el proyecto se localiza en la Zona Libre de Lekki, una región situada al este de Lagos -frente al Atlántico- cuyos costes de aduaneros son ínfimos para fomentar así la actividad económica. La refinería, de la cual la empresa estatal NNPC es propietaria en un 20%, tiene una capacidad de producción prevista de 650.000 barriles diarios de petróleo refinado. No obstante, la refinería comenzará a operar el próximo mes de diciembre con una producción de 350.000 barriles.

Asimismo, el plan es que la refinería produzca 50 millones de litros de gasolina y 15 millones de litros de diésel de forma diaria. Por otra parte, cuenta extensión de 2.635 hectáreas, y consta de una única unidad de destilación de crudo, siendo la instalación más grande de este tipo en el mundo. Además, posee un sistema de tuberías que alcanza los 1.100 km, capaces de transportar 3.000 millones de metros cúbicos de gas diarios, que permitirán ampliar la cuota de mercado del petróleo nigeriano en 21.000 millones de dólares. Finalmente, está previsto que se creen 34.500 puestos de trabajo directos e indirectos.

Sin embargo, este proyecto, que cuenta con la financiación del banco británico Standard Chatered Bank -multado por quebrar las sanciones contra Irán entre 2007 y 2019- y por la Agencia de Comercio y Desarrollo de EEUU, ha sido objeto de numerosas críticas debido a los retrasos en la construcción y al incremento del coste de la misma. En este sentido, en 2013 Aliko Dangote señaló que la refinería estaría lista en 2016, sin embargo, diversos cambios de localización demoraron la puesta a punto de esta instalación, la cual estará operativa en diciembre. Por otro lado, el coste del proyecto se ha duplicado desde que se proyectara una inversión inicial de 9.000 millones de dólares al comienzo del mismo. Ello ha obligado a Aliko Dangote a asumir una deuda de la cual aún tiene que pagar el 30%, es decir, 2.700 millones de dólares, según afirmó Godwin Emefiele, gobernador del Banco Central de Nigeria.

Los retrasos y la deuda generan dudas en torno a la capacidad de producción de la refinería. El magnate, consciente de ello, quiso ahuyentar las críticas señalando en declaraciones a Financial Times que pocas personas habrían sido capaces de afrontar los desafíos que ha experimentado su firma. Sin embargo, reconoció que actualmente "o nos hundimos o navegamos", señalando que agradecerán al "todopoderoso" por haber llegado al menos al destino.

Parece que Dangote depende ahora del desempeño de esta refinería para apuntalar su fortuna, la cual, si bien está valorada actualmente en 10.400 millones de dólares, está en disminución desde que en 2014 llegara a los 25.000 millones. Tras una vida impulsado por Dangote Cement -el mayor productor de cemento de África- y en medio de acusaciones de protección gubernamental contra potenciales competidores, el magnate quiere subirse a la ola de revalorización de Nigeria como 'hub' energético continental y sacar beneficio de ello.