Energía

El autoconsumo fotovoltaico sigue sin tocar techo en Valencia con 650 millones de inversión

  • Se ha pasado de apenas 500 instalaciones en 2019 a más de 63.000
  • La potencia fotovoltaica para autoconsumo ya supera a la conectada a la red
  • Empresas como Pamesa, Ford, Mercadona o Consum apuestan por ella
Instalación de paneles en una nave industrial

Ángel C. Álvarez
Valencia,

Cada vez quedan menos cubiertas de grandes naves industriales en la Comunitat Valenciana en las que no se vean placas solares para aprovechar la energía fotovoltaica de uno de los mayores activos de la región: el sol.

En los últimos dos años la explosión del autoconsumo a partir de solar fotovoltaica ha sido exponencial. Si en 2019 existían menos de 500 instalaciones en Alicante, Castellón y Valencia, con apenas 5 MW de potencia de estos equipos, en junio de este año se habían superado las 63.300 con más de 692 MW de potencia.

La subida del precio de la energía ha sido uno de los puntos de inflexión. Durante el año pasado no sólo se triplicó la potencia instalada en 2021, hasta 311 MW, sino que se duplicó toda la que había instalada en la región. En un momento en que florecen los grandes parques fotovoltaicos en toda España promovidos por inversores ávidos de apostar por las renovables, la potencia fotovoltaica valenciana en autoconsumo ya supera a los huertos solares conectados a la red, con 427 MW en la región.

El despliegue de estas instalaciones ha supuesto una inversión de 650 millones de euros, según la asociación autonómica de las empresas de renovables Avaesen. Alrededor del 40% de las instalaciones corresponden a industrias, que también tienen un mayor peso en potencia, mientras que el mercado representa otro 40% del número total y el resto se reparten entre comercios e instituciones públicas.

De Pamesa a Ford

Entre las primeras existen casos como el de Pamesa, que apostó en 2019 por invertir 15 millones de euros en la mayor planta de Europa en autoconsumo de la mano de IM2 con 13,2 MW y ya la ha ampliado hasta más de 20 MW. Una experiencia a la que se apuntaron otros grandes grupos cerámicos, como Porcelanosa, Argenta y numerosos fabricantes, hasta el punto de que el año pasado las instalaciones fotovoltaicas en el sector crecieron un 150%. La misma Ford, con miles de metros cuadrados de cubierta vacía, y grupos alimentario como Importaco y Vicky Foods, o la textil alicantina Athenea, han dedicado fuertes inversiones para poder generar parte de su energía.

"El precio de la electricidad obviamente ha influido, porque convirtió las instalaciones de autoconsumo en una de las inversiones más rentables que se podía hacer en aquel momento", reconoce Pedro Fresco, el recientemente nombrado director general de la patronal valenciana de renovables Avaesen. Pero también apunta otros motivos que han favorecido el auge en el conjunto de España, como las horas de sol y la competitividad en costes. "En el caso valenciano por la mayor irradiación solar que recibimos en comparación con el tercio norte de España, pero también por causas como la deducción en el IRPF que existe en nuestro tramo autonómico o la predisposición de nuestro sector comercial e industrial a instalar este tipo de soluciones", señala el que también fuera responsable de Transición Ecológica en el anterior Gobierno valenciano.

Precisamente el cambio de tendencia en los precios de la electricidad es uno de los factores que puede frenar el crecimiento. Como indica Pedro Fresco "el precio ha decaído y probablemente se normalice en un tiempo. Sin duda influirá y, de hecho, ya se observa que el crecimiento exponencial que vimos durante el año pasado se ha detenido". Pese a todo, la previsión del sector es que este año se batirá otro récord, con más de 400 MW de nuevas instalaciones.

Unas cifras que para el director de Avaesen alejan el fantasma de una posible burbuja. "Estamos en un proceso de electrificación masiva de los consumos energéticos y, por tanto, vamos a necesitar enormes capacidades de generación solar y eólica. En este contexto hablar de burbuja me parece que no tiene sentido, porque todas las instalaciones solares que pongamos en marcha van a acabar siendo necesarias. El riesgo es que la electrificación de la demanda no vaya tan deprisa como la instalación de renovables y eso podría dar lugar a algunos desajustes temporales".

Además, las empresas también apuntan que quedan pendientes de resolver problemas para impulsar los autoconsumos colectivos. "Nuestros asociados se enfrentan a una gestión infernal para legalizar estas instalaciones frente a la administración, distribuidoras y comercializadoras", señala Fresco que además recuerda que el 65% de los españoles viven en bloques de vivienda", comenta Fresco.

Sector en ebullición

Compañías especializadas en este segmento como Sapiens Energía o Enercoop, el grupo de la cooperativa eléctrica de Crevillent, han apostado por ofrecer servicios para diseñar y asesorar en estos procesos. Ayuntamientos como el de Cheste, que ha aprobado un proyecto de 16 millones de euros inversión, o el propio de Valencia han planteado extender plantas colectivas a la que se puedan conectar sus vecinos

El autoconsumo se ha convertido en nueva oportunidad para empresas valencianas, tras el primer fiasco solar que llevó al cierre de los fabricantes de paneles solares existentes hace una década. Una ola a la que se han subido distribuidores de equipos como Bet Solar, que ahora pone su foco en las baterías para estos equipos y aspira a pasar de facturar de 200 a 1.000 millones de euros en 2027; grupos que abarcan desde el diseño a la explotación como Umbrella Solar, que sacará al Nasdaq a su firma de autoconsumo y baterías Turbo Energy; o instaladores como la alicantina Cubierta Solar, que acaba de recibir 16 millones con la entrada de un fondo italiano.