Audax Renovables y Grenergy activan su blindaje con las llamadas acciones de lealtad

Audax Renovables y Grenergy acaban de poner en marcha las llamadas acciones de lealtad que supondrán que sus principales accionistas, Francisco José Elías y David Ruiz de Andrés, tendrán la capacidad de ejecutar el doble de derechos de voto en las juntas de accionistas.

Ambas compañías han notificado a la CNMV el registro oficial de esta medida aunque se encontraban aprobadas por las juntas de accionistas de Grenergy a mediados de 2021 y de Audax Renovables en junio de 2022.

Según explica Grenergy, en el documento la aprobación se trata de una novedosa previsión que se ha introducido en el Derecho Español por medio de la Ley 5/2021, de 12 de abril, por la que se modifica el texto refundido de la Ley de Sociedades de Capital, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, y otras normas financieras, en lo que respecta al fomento de la implicación a largo plazo de los accionistas en las sociedades cotizadas. Aunque la acción de lealtad no es un mecanismo contemplado en la generalidad de los Estados miembros de la Unión Europea sí se ha reconocido por algunos Estados relevantes como es el caso de Francia, Italia, Holanda y algunos países escandinavos.

Grenergy explica que el fin buscado es favorecer la estrategia a largo plazo de la compañía para lograr un crecimiento robusto y sostenible en el tiempo reduciendo la presión cortoplacista a las que están sometidas, pero han estudiado también la implicación que supone el refuerzo de control por parte de sus accionistas mayoritarios.

El Consejo de Administración de Grenergy considera que su adopción será beneficiosa para la compañía, por el estado de crecimiento en el que se encuentra, pues favorecerá la realización de operaciones corporativas que refuercen su capital social y la progresiva dilución del accionista mayoritario, manteniendo la dirección estratégica que hasta ahora ha guiado la compañía. El voto por lealtad deberá ser renovado con las mismas mayorías a los cinco años, si bien permitiendo a los titulares de las acciones de lealtad utilizar éstas en la votación de esa renovación, pero también a los diez años y en esta ocasión sin considerar en la votación el efecto de las acciones de lealtad.