Energía

China devuelve a las emisiones de CO2 a la casilla de salida

  • La reapertura de las economías en 2021y 2022 se compensó con creces el descenso en la pandemia
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elEconomista.es

Lo que vivimos en los albores de la pandemia, en cuanto a sostenibilidad se refiere, ha quedado a una suerte de inquietante espejismo. Así, la realidad es tozuda y, según se desprende de un informe de Bank of America, el incremento de las emisiones de CO2 es toda una realidad en nuestro presente. Cierto es que estas emisiones experimentaron el mayor descenso de la historia con el Covid-19, pero lo que aconteció nos devolvió a una casilla de salida, si cabe, más cruda.

Así las cosas, toda vez que se produjo la reapertura de las economías en 2021y 2022 se compensó con creces el descenso del que dábamos cuenta en el inicio de este artículo. Ahondado en esta radiografía, China es un agente protagonista en la escena, pero, obviamente, no el único. Más de una cuarta parte del aumento fue impulsado por el país asiático, mientras que Estados Unidos y la Unión Europea también experimentaron aumentos del 7% interanual. No olvidemos la India, pues un repunte de la demanda de carbón para la generación de energía condujo a un aumento del 11% interanual en las emisiones de CO2, superando los niveles de 2019.

Y es que las reducciones de emisiones se acercaron a 1,9 Gt (gigatoneladas) de CO2 en 2020 por el colpaso del transporte mundial. Ahora bien, las emisiones de CO2 relacionadas con la energía aumentaron en más de 2 GT de CO2 a lo largo del ejercicio hasta llegar a 36 Gt en 2021, el mayor incremento interanual de la historia.

Pero las proyecciones siguen pintando horizontes irrespirables. Atendiendo a recientes tendencias de crecimiento de la demanda energética, inferimos que el mundo está preparado para otro aumento significativo de las emisiones de carbono en 2022. En esa línea, con un uso de la energía térmica que aumentará aún más en 2023, las emisiones de CO2, probablemente, asfixiarán al planeta.

¿Por qué la crisis energética en Europa es un arma de doble filo para el CO2?

En este noviembre de 2022 se ha celebrado en Egipto la COP27. Sus participantes se han comprometido a reducir las emisiones totales provocadas por el humano de 52 Gt a 40 Gt para 2023. Eso sí, estos datos quedan lejos aún del objetivo estimado de 27Gt para 2030 con el fn de llegar a la Red Cero en 2050.

En el tablero, entra como pieza clave para ordenar el 'puzzle' la geopolítica de la energía. Ésta ha irrumpido en la escena con la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de este mismo año, repercutiendo en el carbono de dos maneras. Por un lado, el colapso de las exportaciones de gas ruso y los precios récord han obligado a las empresas de servicios públicos a recurrir en mayor medida a la generación de energía con carbón, provocando un aumento de las emisiones del sector eléctrico este año. Por otro lado, a medio plazo, una combinación de precios muy altos y volátiles de combustibles térmicos, junto con nuevos riesgos de seguridad energética podría acelerar las inversiones en energías renovables. Tanto Europa como China y Estados Unidos buscan alternativas energéticas a bajo coste con el objetivo de reducir la dependencia de los exportadores de combustibles fósiles hostiles.

Por último, hemos de reseñar que la inversión en energías limpias se encuentra en peligro. Los precios y su aumento desmedido nos abren la explicación. Los costes estimados de 5.000 millones de dólares al año para alcanzar los objetivos de emisiones netas cera en 2050 han aumentado en los últimos 12 meses en medio de la creciente inflación mundial y el consiguiente incremento de los tipos de interés. Con algunos mercados desarrollados luchando por equilibrar sus presupuestos gubernamentales, los problemas fiscales podrían sumarse a una política monetaria más estricta a medida que aumenten los costes de financiación, frenando estas inversiones verdes. No se espera que los balances de los bancos centrales sean una gran fuente de demanda de bonos verdes hasta que la inflación disminuya. ¿Desempeñará, entonces, el sector privado un papel cada vez mayor en la descarbonización para cumplir los objetivos de 2050? Incluso entonces, los EUA, los CCA y las compensaciones voluntarias de carbono seguirán siendo tan importantes como siempre para alcanzar los objetivos climáticos. A más largo plazo, es probable que la carrera hacia el Net Zero se acelere por los altos precios de los combustibles fósiles, la compresión de las primas verdes y los riesgos de seguridad nacional.